El turismo español tras la COVID-19
Viajes de Interior, Alojamiento Rural y Hoteles Refugio 22 abril, 2020 (10:59:28)Urge estudiar la posibilidad de apertura de los respectivos servicios turísticos en el desescalamiento, con protocolos de seguridad y en principio solo para turismo interno, en especial hacía las islas, más dependientes del sector y en donde menos está afectando la pandemia. Una adaptación que ayudaría a paliar antiguos problemas, como es el mal llamado monocultivo de sol-y playa -frente al miedo a la exposición al sol y aglomeraciones-, y así conseguir una mayor ocupación en el interior, revitalizando ciudades y zonas más despobladas; y en concreto, en la sobredimensionada planta de establecimientos rurales. Todo ello, en un nuevo entorno de la demanda, que apunta a la preferencia por destinos naturales, saludables y cercanos.
Y es urgente porque la situación del turístico tras la crisis del COVID-19, es un problema de extraordinaria relevancia, por ser el sector que más aporta a la economía española, con un 15% del PIB, y 2,8 millones de empleos (WTTC, 2019); y por su influencia en el conjunto de sectores, debido a los efectos multiplicadores del turismo sobre la producción interna y la renta. Sin embargo, a veces se considera que el turismo no satisface primeras necesidades, cuando esto no es así. El producto turístico ha demostrado ser una oportunidad para el empleo que las cubre, a pesar de limitaciones como su carácter estacional, perecedero, no replicable, y mucho menos remplazable.
El producto turístico, un evento, un servicio o un destino, no tienen, a priori, sustitución posible pasada su temporada; siendo especialmente sensible a las fluctuaciones del macroentorno, por factores económicos, ecológicos y sociales, -como los concernientes a la seguridad personal, alimentaria y sanitaria-; o político-legales, tal que hoy lo son todas las que incumben al estado de alarma. Factores que se conjugan en forma de ‘tormenta perfecta’, para dar al traste con el sector turístico en su conjunto; con unas pérdidas que ya se estiman en 100.000 millones de euros, según fuentes sectoriales, y establecimientos que no podrán soportar el impasse, hasta la recuperación del turismo asiático, previsto a principios del 2021.
Existen, sin embargo, dentro de la debacle, una serie de elementos para la esperanza; que, si bien no compensarán los 83,7 millones de turistas internacionales del último ejercicio, si pueden constituirse en un importante impulso para abordar un nuevo paradigma turístico, que augure un futuro menos incierto. Algo necesario a tenor de las amenazas del 2019, como la pérdida del mercado británico derivado del Brexit y la quiebra de Thomas Cook, la saturación y brotes de turismofobia, la infrautilización de establecimientos del turismo rural y, sobre todo, la pérdida de competitividad por abuso de los alquileres irregulares. Amenazas que, apenas consiguieron impactar en la llegada de turistas, manteniendo España su hegemonía en el ranking mundial, con 92.337 millones de euros (la segunda potencia después de Francia y antes que Estados Unidos).
El objetivo es viable si desde la oferta se atiende a: 1. La experiencia del sector en el redireccionamiento de flujos de viajeros a través de herramientas como Smart Tourism, e’commerce y Big Data, que permiten con la integración de plataformas on-line, articular de forma más precisa oferta y demanda, evitando aglomeraciones. Así como, con 2. La flexibilización de horarios y la automatización de procesos (por ejemplo, que los taxis lleguen en el momento que lo hacen los pasajeros a las estaciones, que estos sepan en tiempo real a través de su móvil el restaurantes con plazas libres) y 3. Sellos de garantía sanitaria, que pueden incluir medidas efectivas de higienización de las instalaciones, con generadores de ozono para un aire de alta calidad, o inhibidores en hoteles y restaurante, que rondan los 1.400 euros unidad y que ya se están estudiando en comunidades como Andalucía. Es decir, reforzando la función turística del acogimiento, antes que las relacionadas con la evasión y la conectividad social. Los establecimientos como centros de seguridad integral, pasarán a ser refugio para el avituallamiento y la relajación en un medio seguro; recordando esa industria primigenia, en donde lo fundamental era el restablecimiento y la protección de los viajeros.
Depositario de esa confianza necesaria, el sector ha conquistado en un mes una extraordinaria capacidad para dar respuesta a la crisis sociosanitaria. Más allá de la Responsabilidad Social Corporativa, la labor filantrópica se ha dirigido en múltiples direcciones que no huelga recordar: Acatando rápidamente la cuarentena de hoteles y cruceros cuando ha sido necesario, y posteriormente en auxilio de la ciudadanía desde todos los frentes imaginables, solo citando algunos casos: 1. Fletando los aviones de Ibera para los vuelos internacionales de provisión de material sanitario, entre otros. 2. Cediendo la principal Feria de Exposiciones (IFEMA) al Ejercito como hospital de campaña. 3. Dispensando sus instalaciones a efectos hospitalarios (Red de Balnearios y Paradores, diversos hoteles como Marriot, Miguel Ángel, Ayre Colón, Catalonia Plaza Mayor, Marriot Auditorium, Hesperia, Ohtels, Playasol Ibiza, apartamentos turísticos de Benidorm y Costra Brava-Pirineo, etc.), también para pacientes leves y personal sanitario Ilunion Hotels en diversas capitales y a los ancianos de residencias para evitar su contagio (Room Mate Alicia y Alba o el hotel Golden Tulip Andorra, Ilunion Alcora de Sevilla).
Un papel fundamental la acción social desplegada que no puede quedar sin respuesta de la administración, al emplear las instalaciones para 4. Dar cobijo y cuidar al personal sanitario (Los primeros los Hoteles Room Mate Mario, Oscar, Laura, Macarena y Enma -en Barcelona-, Leo en Granada y Gorka en San Sebastián, todos de Kike Sarasola, Crowne Plaza Madrid, Hoteles B&B 33 hoteles de toda España). 5. Atender a los más necesitados: a la cuarentena de los trabajadores inmigrantes (Hotel Senator o Cabo de Gata Hotel), personas sin hogar (Ilunion Barcelona y Fuengirola, Sweet BCN Youth Hostel). También contribuyendo el subsector restauración a través de firmas emblemáticas, sirviendo sus menús a hospitales, colegios de barrios humildes (Los hermanos Sandoval), personas con discapacidad (Ilunion Alcora) en Cáritas Diocesana, por ejemplo, la Federación de Turismo y Hostelería de Guadalajara o de Tarragona; sin olvidar el transporte, desde el sector del taxi activo para la atención a los profesionales de servicios esenciales, o La Renfe, para el traslado de enfermos entre ciudades.
Por último, sin pretender ser exhaustivos, 6. Con donaciones de camas a hospitales (Crowne Plaza Madrid Airport al de Alcalá de Henares), de estancias en agradecimiento a los sanitarios (campings gerundenses), tabletas para la comunicación de pacientes y equipos de protección (Iberostar, Vincci Hoteles), mantas y kits de aseo (Iberia) y hasta respiradores (Spring Hotels), o contribuyendo a la investigación de la Inmunidad humanas, AENA con 2 millones de euros destinados al CSIC.
En resumen, un ejercicio ímprobo de articulación del sector y respuesta coordinada con las autoridades, destacando por la aplicación de protocolos de seguridad sanitarios que sitúan los servicios turísticos españoles en una posición cualificada. De este modo, cara al verano del 2020, muchas empresas turísticas ya contarán con mejores expectativas, en concreto aquellas que puedan contar con: 1. Mayor seguridad, pero controles más ágiles (automatización de tareas a través del móvil, como el check-in o el check-out, el pago automatizado, etc.); 2. Menor contacto social y riesgo de aglomeraciones; 3. Mayor flexibilidad para cancelaciones, cambios o contratación de seguros. 4. Las que sus servicios entrañen precios ajustados y cerrados. Y, sobre todo, 5. Aquellas capaces de adoptar los cambios estructurales y funcionales más eficientes, como en el caso entre otras muchas, de los nuevos restaurantes reconvertidos a comida a domicilio (700 en la plataforma web Deliveroo), o a través de App (tal que el Kirei by Kabuki del cocinero Ricardo Sanz, con varias estrellas Michelin). En hotelería será fundamental la sustitución del sell service, por el servicio de habitaciones, y en la restauración, separar el pago en caja, del servicio en barra o sala, que además en un primer momento, podrá contar con muestrarios para el avituallamiento de productos protegidos y sellados al estilo de las gasolineras. La oferta complementaria podría trabajar al principio solo la oferta diurna, adaptando las piscinas y atractivos culturales a través de reservas previas y turnos para controlar aforo.
Del lado de la demanda, seguirá siendo el turismo, después del confinamiento, necesidad y un capítulo ineludible en la distribución de la renta familiar de los españoles (un 9% en 2019), incluso aunque requiera adoptar medidas de distanciamiento y modalidades de transporte que sean accesibles en esos momentos, como el automóvil o la autocarabana (aprovechando las excelentes comunicaciones y mejor precio de los carburantes), y hacerlo en pareja, en familia, en pequeños grupos, o en soledad con la garantía de servicios regulados.
Se agradecerá ese turismo más diurno, y el turismo slow, que cuenta con mayores facilidades para mantener las medidas de autoprotección sanitaria en ciudades monumentales o en plena naturaleza, ajuste del gasto y la función compensatoria y regenerativa del turismo, a título personal y en relación con el medio. Porque más allá de pronósticos cuantitativos de la demanda, y del impacto psicológico de la catástrofe, es esperanzador conocer que, el COVID-19 queda debilitado con el calor, el aire, el sol, el cloro, la sal y el jabón; que, además de evocar cualquier verano de la península ibérica serán, las temperaturas y el medio, de nuevo ventaja competitiva y argumentos para esperar que el verano mitigue la propagación del virus. Es decir, reposicionando esa nueva marca de turismo español saludable, centrado en la eficiencia demostrada por su planta alojativa y por su sistema sanitario, para el acogimiento y la restauración del bienestar personal, al tiempo que el de la económia que lo hace posible.
Para comentar, así como para ver ciertos contenidos de Hosteltur, inicia sesión o crea tu cuenta
Inicia sesiónEsta opinión no tiene comentarios.