Siento vergüenza ajena II – Por qué he sido Director de Hotel
9 mayo, 2015 (13:47:51)Siento vergüenza ajena II – Por qué he sido Director de Hotel
A punto de cumplirse seis años después de haber publicado el post “Siento vergüenza ajena”, me avergüenza nuevamente la lectura del artículo aparecido en TecnoHotel el 4 de mayo de 2015, con el título Soy director de hotel, pensando que a algún director de hotel, le pueda servir de terapia leer lo que se desprende del mismo, como me avergonzó en su día la lectura de EL DIRECTOR DE HOTEL (III) ¿Como ha evolucionado el Director de Hotel?, en el que aparecía la redacción de ese artículo en el comentario #3 mcm, y al que hice replica en los comentarios #5 y #7 publicados en aquel post, animándome a continuar tratando sobre el mismo tema, publicando en el sexto aniversario de aquella mi primera manifestación de vergüenza, una segunda parte que puede terminar dando pie a una nueva serie sobre la figura del Director de Hotel en el Siglo XXI.
Leer nuevamente, aquel escrito me vuelve a situar en la posición de querer transmitir mis sentimientos tratando de ser constructivo y molestar lo menos posible, ya que no quisiera que mis críticas a lo que se está haciendo con la profesión que me ha permitido disfrutar del trabajo que realizaba, y a la dedique toda mi vida, desde los puestos de base a la alta dirección, se interpreten como la pataleta de un viejo inconformista, que piensa que nada se hace bien en la actualidad, y que hay que volver a los viejos modelos de gestión hotelera, porque quien así pueda pensar, estaría equivocado, dado que nunca estuve conforme con las cosas que se hacían entonces, buscando siempre nuevos caminos, actualizando conocimientos y creando herramientas de gestión que pudiesen garantizar los resultados apetecidos, y no altos niveles de ocupación y ventas, objetivo de la mayoría de hoteleros de este país desde mediados del pasado siglo, mientras que los míos, siempre fueron garantizar la rentabilidad deseada por la empresa que me contrataba, con la menor ocupación posible, lo que nunca ha sido el modelo de gestión hotelera al uso.
Ese artículo, aparece en un momento en que tras asistir el pasado día 15/04/2015 a una charla en la que la Escuela Universitaria de Hotelería y Turismo (EUHT StPOL) junto con la Asociación Española de Directores de Hotel (AEDH) realizan una sesión informativa sobre la profesión de Director de Hotel, bajo el título “Director de Hotel: profesión, perfil y formación”, en la que se hizo una excelente presentación de la oferta formativa de la EUHT StPOL por parte de su Director Lluis Serra, y de las ventajas que sus egresados pueden tener para encontrar trabajo, tanto durante sus años de estudio, como una vez terminados éstos, y en la que Vicente Romero actual Presidente de la AEDH hablo de lo vocacional de dicho trabajo y de lo mucho que puede disfrutarse con el mismo. En ambos casos, cuanto manifestaron era cierto, pero por mi parte me quede con ganas de escuchar lo que tanto el uno como el otro no manifestaron en aquella charla.
Que puede disfrutarse en gran medida con esa profesión, no me cabe duda por cuanto, llevando trece años jubilado, después de 52 años de vida activa iniciada en septiembre de 1950, pasando por todos los departamentos de un hotel desde los puestos de base, hasta los de jefe de departamento, actividad complementada con la formación, la consultoría, el análisis de la gestión y por medio de estas últimas actividades, la creación de estrategias diferenciadas y puestas al día para cada tipo de establecimiento, que he dirigido o asesorado, actividades estas últimas que he seguido manteniendo de forma desinteresada una vez jubilado, lo que me permite mantenerme al día, mejorando las herramientas que fui diseñando desde que como profesor de Recepción y Administración del primer Hotel Escuela creado en España por el Programa de Promoción Profesional Obrera, comencé a analizar en profundidad las fórmulas de gestión que se utilizaban en la mayoría de hoteles, creando herramientas que me han sido de gran ayuda en mi actividad formativa y de gran productividad una vez accedí a la dirección hotelera, para la organización y control de los establecimientos que pase a dirigir o a los que asesoré durante más de treinta años.
En estos momentos no puedo sentirme representado por lo que se refleja en ese artículo, porque llegue a ser Director de Hotel no por ostentar diplomaturas y masters varios, ni por hablar la mayor parte de las lenguas vivas e incluso alguna de las muertas, sino por demostrar que poseía las maestrías que a algunos parecen pedirles, y más de uno no tiene, dada la situación en que se encuentran muchas empresas hoteleras, pese a la precariedad laboral y los bajos salarios que se pagan en muchas de ellas.
Nunca me he visto en la situación de tener que conseguir imposibles, porque siempre he respetado a mis clientes, al mismo nivel que he exigido a éstos que respetasen a los miembros de los equipos que en cada momento me ha tocado dirigir, y cuando el Director General o el Consejero Delegado de la empresa que estaba dirigiendo, ha tratado de que le consiguiese unas habitaciones de las que no disponía en fechas clave, como las de Semana Santa, o en las de Nochebuena y fin de año en una estación de esquí, solo he necesitado decirle que lo sentía mucho, pero que en el momento en que me lo pedía estaba todo vendido, y cuando en una ocasión, pretendieron imponerme algo parecido, incluso exigiéndome que anulase alguna reserva previamente confirmada, para dar entrada a sus compromisos, mi respuesta fue, “seríais unos verdaderos imbéciles, si a estas alturas pudiese tener disponibles las habitaciones que me pedís, y me mantuvieseis como director de este establecimiento, y si consideráis que la solución es anular reservas ya confirmadas, tenéis a vuestra disposición el planning de reservas para que elijáis a los clientes a los que deba anularse su reserva, y la disponibilidad del puesto de director de este establecimiento, para que pongáis al frente del mismo a quien pueda estar dispuesto a seguir vuestras directrices”.
He sido Director de Hotel, porque tanto mis colaboradores como mis clientes, siempre me han tenido a su disposición para solucionar los problemas que pudieran derivarse en el día a día de mi trabajo, pero nunca a su capricho, porque he sabido poner en su sitio tanto a unos como a otros cuando ha sido necesario.
He sido Director de Hotel, porque la formación adquirida antes de alcanzar dicho puesto, me ha permitido sustituir en dos ocasiones al Jefe de Cocina de un hotel que había pasado a dirigir, ocupando su puesto mientras le encontraba un sustituto, al haber pretendido aquel “marcar su territorio” contra las directrices que habíamos acordado previamente; al igual que lo he podido realizar con cualquier otro puesto del hotel, desde la administración y recepción, a las habitaciones, el comedor, los bares, el área de mantenimiento o la fregadera, sin tener problema alguno para acompañar a un cliente hasta su habitación, ayudándole a trasladar su equipaje, al no haber ningún otro empleado disponible en ese momento, todo ello sin perjuicio de analizar las causas que hubiesen hecho necesario tomar esas medidas, formando y organizando a todos los miembros del equipo, para que pudieran ser corregidos los fallos de organización y control que pudieran haber dado paso a esas situaciones.
He sido Director de Hotel porque me he hecho responsable de los fallos de todos los miembros de mi equipo, exigiendo a estos el cumplimiento de sus deberes, sancionando con mesura sus posibles incumplimientos, cuando ha sido necesario, sin pensar en momento alguno que sus fallos me pudieran eximir de responsabilidad derivada de los mismos.
En fin he realizado cuantos esfuerzos han sido necesarios para conseguir que la mayor parte de los clientes se pudieran sentir a gusto en los hoteles que dirigía, dentro de un marco de mutuo respeto, sin empacho alguno para llamar la atención e incluso llegar a expulsar del hotel, previo pago de la factura pendiente, a algún cliente que estuviese creando problemas a otros clientes o faltado al respeto a éstos o a alguno de mis colaboradores.
Como ya señale en el post “Siento vergüenza ajena”, publicado el 09/05/2009, como empleados de hostelería “somos personas al servicio de nuestros clientes, en ningún caso al capricho de los mismos”, y personalmente siento que “Soy un hombre de servicio, orgulloso de lo que como hombre de servicio he hecho a lo largo de toda mi vida, pero no he sido, ni soy, ni seré servil.”
Pasará a: Siento vergüenza ajena III - ¿El Director de Hotel del Siglo XXI, ejerce como Director o es dirigido?
Autor: Miguel Angel Campo Seoane
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