Siento vergüenza ajena III – ¿El Director de Hotel del Siglo XXI, ejerce como Director o es dirigido?
14 mayo, 2015 (11:38:03)Siento vergüenza ajena III – ¿El Director de Hotel del Siglo XXI, ejerce como Director o es dirigido?
Viene de: Siento vergüenza ajena II – Por qué he sido Director de Hotel
Continúo esta serie de post, iniciada el 09/05/2009 con “Siento vergüenza ajena”, y que iniciaba escribiendo “COMO HA DEGENERADO LA FIGURA DEL DIRECTOR DE HOTEL” al haber incluido una segunda parte seis años después con el título “Siento vergüenza ajena II – He sido Director de Hotel” el 09/05/2015 a la vista del post Soy director de hotel, cuyo contenido, después de haber asistido a la charla a que se hace mención en el post anterior, unido a los últimos artículos de nuestro Presidente “¿Por qué quieres estudiar turismo?” publicado el 21/04/2015 y “Por la dignidad de los directores seniors y juniors” publicado a la semana siguiente, me han animado a continuar esta serie, dado que tal y como señalo en el capítulo anterior, por mi parte me quede con ganas de escuchar lo que sus ponentes no manifestaron en la citada charla.
Dado que siempre quise a mi lado personas orgullosas de su trabajo y de servir a los demás en un ambiente de mutuo respeto, que convierta la estancia de los clientes en nuestros hoteles, en una experiencia inigualable, haciéndoles desear regresar a visitarnos, y considerando que eso nunca lo van a conseguir directores de hotel que puedan sentirse reflejados en el post “Soy director de hotel”, voy a tratar de incluir en esta tercera parte, alguna de las cosas que quienes estuvieron en aquella charla no escucharon, y que van a formar parte de su futuro, si eligen la dirección hotelera como objetivo de su formación, dedicando varios años de su vida, a la obtención de títulos y masters varios, que van a acreditar su formación académica, pero que en ningún caso van a acreditar su capacidad para dirigir hoteles de forma que puedan ser rentables, tanto en el nivel económico como en el social.
He escuchado en muchas ocasiones a jóvenes universitarios que en la Universidad no les enseñan nada, hecho que considero incierto, porque una cosa es que la formación que se les ofrece, no sea la que ellos desearían recibir, para ocupar un puesto de director general al terminar la carrera, y otra cosa muy diferente que no sepan utilizar esa formación, para adaptarla a las circunstancias del mercado en el que van a tener que utilizarla, porque no están teniendo en cuenta que sus profesores por muy buenos que puedan ser, en la materia que les enseñen, solo pueden enseñarles sobre experiencias del pasado, ofreciéndoles hipótesis de lo que podrán encontrarse en el futuro, sin embargo, quienes van a tener que enfrentarse con un futuro incierto, son ellos mismos y no sus profesores, y en esa incertidumbre lo importante no es saber lo que habrá que hacer en cada circunstancia, sino tener la suficiente capacidad de análisis para adelantarse a los cambios que puedan irse generando, adaptándose a los mismos.
Desgraciadamente a muchos jóvenes estudiantes les gustaría que la formación que reciben, les enseñe lo que van a tener que hacer ante las circunstancias que se les puedan presentar a lo largo de la vida, y no tienen en consideración el lema de la Universidad de Salamanca que dice “Quod natura non dat, Salmantica non praestat”, lema que me ha ayudado a apreciar por encima de cualquier otro tipo de formación, la de aquellos profesores que en lugar de decirme “lo que había que hacer, frente a un determinado problema”, me animaban a pensar “que soluciones era capaz de encontrar para enfrentarme a ese problema”. Con ese tipo de aprendizaje, llegue a la conclusión de que en el mundo de la hostelería, si hacía lo mismo que los demás, nunca podría tener garantizado el éxito de la gestión, porque si el modelo resultaba exitoso, crearía un efecto llamada que atraería a la competencia, reduciendo la rentabilidad del modelo, de forma creciente cuanto más éxito aparentase el mismo, por lo que siempre consideré más acertado el uso de modelos de gestión que se diferenciasen de los usados por la competencia, sin crear falsas expectativas de éxito por medio de altos niveles de ocupación.
Con esa experiencia personal, al leer el post de Vicente “¿Por qué quieres estudiar turismo?”, me llamo poderosamente la atención el párrafo donde los estudiantes, le dicen que aspiran a trabajar fuera de España haciéndolo en una cadena española, que si bien parece garantizar una carrera exitosa, tengo mis dudas de que les prepare adecuadamente para la dirección hotelera, aunque lleguen a dirigir hoteles de alguna de esas cadenas antes de los treinta años, después de tres o cuatro años de contratos en prácticas en la mayoría de casos, y muy altas posibilidades de pasar al desempleo al sobrepasar los cuarenta años de edad y ser sustituido por profesionales más jóvenes y baratos, como se siga por el actual modelo de gestión de los recursos humanos, por parte empresarial, con pocas posibilidades de encontrar nuevos trabajos que les permitan disfrutar del nivel de vida al que se habían acostumbrado, al no estar adecuadamente preparados en la mayoría de casos para adaptarse a la dirección de hoteles independientes, en los que no puedan contar con las ayudas y directrices de los equipos corporativos de las cadenas en las que se habían acostumbrado a trabajar, y en las que no les han permitido ejercer su labor de director de hotel, convirtiéndoles en poco más que, lo que podría considerarse como un “controller” o auditor interno, cuya misión más importante es verificar que los resultados se ajustan a las previsiones marcadas por el equipo corporativo de la empresa, y ejercer un papel de relaciones públicas en determinados casos, sin dejarles cumplir con las funciones que como Directores de Hotel, debieran corresponderles.
El análisis de la situación descrita me hace ver, que pese a un alto nivel académico de muchos de los estudiantes de nuestras universidades o escuelas de turismo en las que se les ofrece formación como gestores de hoteles, no se les capacita para el análisis, sin que la programación de sus posteriores prácticas, tenga la calidad necesaria para alcanzar el éxito como Directores de Hotel, porque las decisiones propias del cargo, van a quedar supeditadas a las del empresario o el equipo corporativo, dejando al Director de hotel sin autonomía alguna rodeado, en muchos establecimientos, de quienes como Jefes de Departamento con título de Directores de xxxxx, van a convertirse en un lastre más, de una organización en la que se les ofrece títulos directivos, en lugar de la autonomía que como directivos debieran tener dichos cargos, teniéndose que limitar a verificar que se están alcanzando los objetivos empresariales, sin ninguna capacidad de influencia sobre la estrategia a seguir para poder lograrlos.
La consecuencia en muchos casos, es que a pesar de la existencia, en determinados hoteles, de un alto número de directores, nadie en ellos ejerce las competencias propias de un director, que de acuerdo con la RAE tiene dos acepciones, una como adjetivo que se usa también como sustantivo y es la “Persona a cuyo cargo está el régimen o dirección de un negocio, cuerpo o establecimiento especial”, la otra en su uso como adjetivo nos señala “Que dirige”.
Cabe preguntarse si es Director/a la titulación que deben ostentar las personas responsables de seguir las instrucciones del empresario, el equipo corporativo o el manual operativo de la empresa, sin autonomía ni capacidad alguna para tomar iniciativas, debiendo consultar prácticamente cualquier cambio que pretenda realizar, y al que se dan los objetivos empresariales, sin opción a participar en su creación o las estrategias que puedan ser necesarias para lograrlos.
Pasa a: Siento vergüenza ajena IV – ¿Es adecuada la reputación del director de hotel, a lo que significa el cargo?
Autor: Miguel Ángel Campo Seoane
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