El Sars-cov-2, virus que provoca la enfermedad COVID19, ha llegado para quedarse entre nosotros bastante tiempo.
Es por ello que debemos aprender a convivir con él y que va a cambiar, de uno u otra forma, muchos de nuestros hábitos de consumo y comportamientos. El turismo no se va a mantener al margen de dichos cambios.
El turismo tal y como lo conocemos se acaba.
Son muchas las empresas que aún mantienen ese soniquete que dice: "¡Esto va a funcionar! Llevamos más de 30 años trabajando en este sector y en esta misma zona. Sabemos perfectamente qué es lo que funciona".
Mi abuelo, hace 40 años casi iba de un pueblo a otro andando o en bicicleta, pero no por ello actualmente lo seguimos haciendo. Las cosas cambian y como indica la teoría de la evolución, todo pasa por adaptarse o morir.
Cuando pasa la temporada y, cualquier parecido entre presupuesto y realidad es una utopía, se preguntan qué ha podido salir mal, se les ve desorientados. Son como aquel protagonista de película que tras un fuerte golpe en la cabeza, no saben dónde están ni quiénes son.
Es evidente que no se han enterado de nada, que el mundo gira y gira, que los gustos cambian, que los hábitos de consumo lo hacen aún más y que no saben que es segmentar y mucho menos adecuar su producto a un nicho de mercado objetivo muy definido.
¡No! No es momento de bajar los brazos y lamentarse, más bien tenemos ante nosotros un momento histórico en el que poder repensar nuestro modelo turístico. Es el momento de reflexionar acerca de todos esos posibles errores que no nos dejan avanzar en la buena dirección, en busca de un turismo de buena calidad.
Cada uno, un nuestra parcela y a nuestro nivel, tenemos que aportar ideas que generen valor a los turistas que cada año nos visitan. Tenemos la fortuna que nos elijan entre miles de destinos, entre millones de alojamientos y servicios turísticos.
Tenemos la obligación de suprimir todo aquello que genera coste pero no valor, y de esa forma mejorar cada día nuestro destino turístico.
No estaría nada mal poner en marcha, por ejemplo, la metodología Lean, interpretar y reccionar, perseverar y pivotar.
Es el momento de aunar fuerzas e ideas, es el momento de poner en funcionamiento todo el talento del que dispone nuestro sector en este país, para que de esa forma salgamos reforzados y no nos coman el terreno otros destinos competidores, como ahora lo están haciendo.
Nos encontramos con el mazazo que nos da Inglaterra, que ahora desvían a sus turistas a otros países en lugar de visitar el nuestro y las alternativas que manejamos son pocas o nulas.
Nos quedamos con aquel personaje de la historia de "¿Quién se ha llevado mi queso?", llorando pensando como podrá venir de nuevo lo que teníamos, pero no nos atrevemos o no somos capaces de salir a buscar ese otro queso alternativo.
Por ello hay que poner de nuestra parte para que siempre tengamos planes alternativos en un mundo que se mueve y cambia a una velocidad vertiginosa.
Por último, una vez que ya tengamos claro cuál va a ser nuestro modelo, tenemos que comunicarlo al exterior de una manera clara.
Tenemos que conseguir que nuestra idea sea entendida por los países y centros emisores, para que no suceda como actualmente, momento en el que otros países están sabiendo comunicar mucho mejor que nosotros que son un destino seguro.
De ahí que nos estén cerrando fronteras y nuestro sector esté malherido. No hemos sabido convencer que España es, actualmente, un destino que es mucho más seguro que otros a los que si están llegando, por ejemplo, turistas británicos y belgas.
Nuestra comunicación al exterior, está dejando mucho que desear.
Tenemos mucho trabajo por delante, y este es el momento, es ahora o nunca.
Tenemos la obligación de repensar el modelo, para que nuestro país siga siendo ese paraíso al que medio mundo está deseando de venir a disfrutar sus vacaciones.
Ahora la pelota está en nuestro tejado.
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