Cancelaciones, cuarentena, cierre de fronteras, corredor aéreo, ... Son palabras que están a la orden del día en un sector que parece gravemente herido, el turismo. La pregunta que queda en el aire es: ¿turismo responsable o responsables con el turismo?
Sin embargo, todos sabemos que el sector turístico es uno de los más resilentes que existen, que se ha visto atacado por poderosos enemigos: crisis económica, terrorismo, crisis del petróleo, catástrofes naturales,... Pero como si con él no fuera, como el ave Fénix, siempre ha sabido resurgir de sus cenizas.
Pero ahora, con esta pandemia, ha encontrado un hueso duro de roer pero, con paciencia, se roerá.
El sector turístico en España es una de las patas principales que soportan el peso de la economía nacional. Y no se ha sabido encauzar el choque de la primera oleada de la pandemia. Miles de sellos que han surgido y que no tienen ninguna confianza por parte del consumidor, tiene buena culpa de ello.
Cuando en un mismo país se dan una enorme cantidad de sellos que pretenden comunicar lo mismo, se genera mucho ruido, y termina por dar una sensación de desconfianza enorme, ya que surgen preguntas como: ¿por qué tantos sellos?, ¿salieron unos fallidos y para cubrir sus carencias salen otros?, ¿cuáles son los buenos?, ¿cuál es el sistema que se sigue para otorgarlos?, ¿cómo se certifican?, etc...
Quizá ese ha sido nuestro talón de Aquiles, el hecho de no saber comunicar que somos destino seguro, no haber marcado claramente una estrategia nacional en esa línea, con un único sello, que fuera gratuito para los establecimientos y que estuviera bien fundada tanto el camino a seguir dicha acreditación, como cuál iba a ser el modo de inspeccionarlo y certificarlo.
Luego, claro está, un buen plan de comunicación conjunto gobierno nacional - gobiernos autonómicos, que haga entender a los mercados emisores que se han puesto en marcha todos los medios y que las empresas se han esforzado, al máximo, para ofrecerles unas vacaciones seguras con unos riesgos de contagio minimizados.
Es eso lo que nos ha faltado, una línea única de actuación con un mensaje claro, el de generar confianza total en un destino único, como es el nuestro. Una clara línea de trabajo con unos objetivos de comunicación claros, concretos y muy medibles y fáciles de monitorizar.
Todo ello, claro está, sin olvidarnos de seguir un modelo de sostenibilidad que debe ser la envidia del resto del mundo, ya que sostenibilidad y salud, van de la mano en estos tiempos, de cara a generar confianza.
El sector turístico español necesita volver a resurgir dando la imagen de destino único y de total seguridad que hemos venido demostrando ser durante las últimas décadas. Solo así volveremos a estar a la vanguardia del turismo mundial.
Está claro que el turismo tiene que ser responsable, pero también debemos ser mucho más responsables con el turismo.
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