Una nueva gobernanza para un nuevo tiempo
28 diciembre, 2020 (08:54:28)La “Agenda Estratégica de I+D+I del Turismo” presentada recientemente por la Plataforma Tecnológica Thinktur (https://www.hosteltur.com/141280_nueva-agenda-estrategica-de-idi-del-turismo.html) es, sin duda, un documento de interés para establecer prioridades en el tiempo post-pandemia que se avecina. Pese a las urgencias por la supervivencia a corto plazo que todavía acucia a buena parte del sector, ese nuevo tiempo debe abordarse sin improvisaciones y con una visión estratégica, en cuyo diseño y puesta en acción la gobernanza turística tendrá un papel fundamental. De ahí que haya que (re)plantearse cuál es el modelo a adoptar. Es un tema que ya había abordado en otros posts en 2016, si bien el contexto actual viene a acentuar lo que ya en ellos se proponía. Ver:
https://www.hosteltur.com/comunidad/004802_la-gobernanza-de-un-destino-turistico-i-no-puede-haber-respuestas-adecuadas-sin-realizar-las-preguntas-correctas.html
https://www.hosteltur.com/comunidad/004803_la-gobernanza-de-un-destino-turistico-y-ii-la-transicion-necesaria.html
Como se dice en la página 24 del referido documento: “Los destinos turísticos se están reconfigurando para ser capaces de adecuarse mejor a los requerimientos de los turistas y poder ofrecerles una mejor experiencia. Se podría decir, incluso, que se están desarrollando destinos a la carta en función de las necesidades del turista”.
Una de las necesidades detectadas (pág. 57) “aparece vinculada a la reflexión sobre el modelo de desarrollo turístico… que se concreta en la involucración de la sociedad civil y de la ciudadanía tanto en los procesos de definición de los escenarios de visión de futuro, como en el propio proceso de experiencia turística. En un escenario cada vez más competitivo, en el cual los diferentes destinos y recursos deben ofrecer valor añadido, parece que la propia sociedad de acogida, en el sentido más amplio, se consolida como el activo más diferencial. En este sentido, los instrumentos de gobernanza y de participación se convierten en valores estratégicos para el destino”.
Sin embargo, llama la atención que entre las líneas de I+D+I que se proponen no se deriva ninguna, al menos explícitamente, sobre los modelos de gobernanza turística. Para contribuir a llenar esta laguna, un reciente artículo publicado por quien suscribe en la revista “Worldwide Hospitality and Tourism Themes” (disponible en: https://www.emerald.com/insight/content/doi/10.1108/WHATT-07-2020-0066/full/html), postula tres cambios fundamentales en los roles a desempeñar por los entes gestores de los destinos: de comercializador a orquestador de los operadores en el destino; de intermediario en la cadena de valor, a facilitador de oportunidades para sus miembros; de promotor de marca a promotor de inteligencia y mente estratégica del destino.
De forma más detallada, los nuevos desafíos (tecnológicos, ambientales y los derivados de la pandemia) a encarar en este nuevo tiempo que se abre en 2021 requieren de la evolución y adaptación de la gobernanza turística, bajo el impulso de una nueva alianza con la sociedad, la mejora de las capacidades de gestión y unos valores renovados.
Aunque, en general, las alianzas público-privadas (el llamado modelo de las 3Ps) han representado un avance significativo en la gobernanza turística, es decir, en la gestión de los conflictos de intereses que inevitablemente se producen, la necesidad de establecer una nueva alianza con la sociedad (el modelo de las 4Ps o "public-private-people partnership") es más necesaria que nunca en el escenario actual de reconstrucción turística: de hecho, esta alianza debe ser parte de ese proceso de reconstrucción. La pandemia debe ayudar a recuperar la centralidad de las comunidades locales y sus expectativas, dándoles un papel más activo en la definición del futuro del turismo en sus destinos. Para convertir la turismo-fobia, desatada antes de la pandemia, en turismo-filia, la implicación y complicidad de las comunidades locales es más que deseable.
Como parte del proceso de aprendizaje estimulado por la pandemia, la era post-viral requerirá la mejora de las capacidades de gestión de los destinos en varios campos, a saber:
• El desarrollo de un enfoque más proactivo en la gestión de las crisis y la preparación de planes de contingencia, con especial énfasis en cuestiones como la salud y la seguridad.
• La gestión de comunidades en línea con una gobernanza participativa, involucrando a la sociedad y fomentando colaboraciones híbridas entre organizaciones públicas y privadas, formales e informales, con fines de lucro y sin fines de lucro.
• Actualización tecnológica para una gestión del conocimiento y una toma de decisiones más eficaz, con una clara apuesta por el paradigma del turismo inteligente y la gobernanza centrada en el ciudadano.
• La búsqueda de la resiliencia con el apoyo de una base de clientes más diversificada.
Además, la renovada importancia de ciertos valores no puede faltar en ese proceso de aprendizaje: la centralidad de las personas, ya mencionada, junto con la creación de vínculos más sólidos con las comunidades locales para ganar legitimidad y apoyo social. También conviene inyectar dosis de humildad en el día a día de la acción de gobernanza, pues la pandemia nos ha recordado lo frágiles que seguimos siendo y lo limitada que es nuestra capacidad de controlar los resultados de nuestras decisiones en sistemas tan complejos como el sector turístico.
Feliz año nuevo, que vislumbramos como el inicio de la tan ansiada recuperación, aunque no será el “business as usual”, sino un camino con inercias a revertir y acciones nuevas a explorar.
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