Impacto de la Pandemia en la Nieve
¿Cuándo retomaremos la actividad? 31 diciembre, 2020 (10:12:45)Antecedentes
En Jaca siempre ha sido muy importante la nieve.
Estamos en una ciudad eminentemente turística, la actividad económica gira en torno al turismo como único motor de desarrollo económico, atrayendo fundamentalmente turistas nacionales, gracias a su entorno natural y al importante patrimonio, destacando el románico.
Al igual que en otros destinos de montaña la temporada más importante es el verano, pero desde el inicio de la estación de esquí de Candanchú, pionera y visionaria, Jaca destacó sobre otros destinos de montaña, acompañada posteriormente por otras estaciones de esquí, una pista de hielo y la organización de eventos y diversas competiciones deportivas.
Madurez del deporte blanco
Desde hace ya unos años, ese importante incremento de destinos de nieve ha supuesto que Jaca perdiera esa exclusividad en beneficio de un sector que fue creciendo también en otros destinos, hasta que la nieve se convirtió en un sector maduro.
¿Qué significa que sea maduro? Simplemente que se ha consolidado en unas cifras que ya no crecen, pero se mantienen estables.
¿Y es eso malo? En absoluto, puesto que el esquiador es un cliente con un alto grado de fidelización: todos los años se guardan unos días para disfrutar del deporte blanco.
En algunos casos los esquiadores repiten en el mismo destino (donde han desarrollado lazos afectivos de diversa índole), o en ocasiones deciden hacer un viaje de semana para conocer amplios dominios esquiables, fundamentalmente en los Alpes.
Eso ha supuesto que la actividad en las estaciones de esquí aragonesas se ha concentrado en periodos festivos, como navidades, o semana santa, así como en fines de semana y puentes (la inmaculada, o carnaval, fundamentalmente).
Impacto de la pandemia del COVID 19
La temporada pasada (2019-20), la temporada se interrumpió abruptamente con la declaración del estado de alarma (primera ola), perdiendo la Semana Santa, tras unos meses de enero y febrero bastante buenos, en líneas generales.
Pero la temporada 2020-2021 no ha conseguido comenzar como debería. Tras perderse el puente de la inmaculada, estamos sufriendo unas navidades con unos niveles de restricción de movilidad que incluso impide a la mayoría de aragoneses acceder a las estaciones, lo que ha llevado a una reducida apertura (únicamente Astún) y con una afluencia de visitantes muy inferior a la habitual.
Y si no fuera suficiente con esto, en plena desescalada de la segunda ola, iniciando la vacunación tan esperada, ya se comienza a hablar de una tercera ola e incluso de endurecer esas restricciones que tanto daño están haciendo.
¿Tendremos un hilo de esperanza?
A estas alturas ya podemos dar por perdidas las navidades (así como le puente de la inmaculada y el mes de diciembre). En el calendario de la temporada nos quedaría como hitos importantes fundamentalmente el mes de febrero (con carnavales como hito importante), tradicionalmente punto álgido de la temporada, y la semana santa.
Ojalá los efectos beneficiosos de la incipiente aplicación de la vacuna, así como la responsabilidad de todos en el cumplimiento de las actuales restricciones impuestas, permitan una desescalada de esta segunda ola para llegar a febrero trabajando a pleno rendimiento.
Aunque sea con aforos reducidos, pero con esquiadores de todas las comunidades autónomas, tal y como estuvimos trabajando en todos los valles en verano, periodo en el que se demostró que los protocolos anti-contagio fueron efectivos.
Evidentemente serán precisos todos los protocolos COVID para evitar contagios, pero es vital para estos valles recuperar la actividad y no perder la temporada, que finaliza en semana santa y no podrá retomarse hasta el mes de diciembre.
Lo perdido es irrecuperable, la habitación, o la mesa no vendida en navidades será imposible venderla en carnaval, o en semana santa, pero todos necesitamos recuperar la actividad: desde los trabajadores en paro (algunos de ellos sin ingreso económico alguno), hasta los empresarios que han ido renovando inversiones (cuya financiación deben seguir afrontando, así como otros muchos pagos, como impuestos, tributos, seguridad social de los ERTE, etc.).
Incluso los propios esquiadores, actualmente confinados en sus casas sin poder esquiar, están desenados volver a la nieve. No olvidemos que la actividad física en entornos naturales, como es el esquí, es una potente herramienta para combatir el estrés (no menospreciemos este daño colateral de la pandemia) y contribuye a la felicidad de las personas.
Ojalá pronto podamos volver a ver los esquiadores disfrutando de la nieve y en nuestros valles vuelvan las contrataciones para poder atender a nuestros clientes y amigos con nuestra mejor sonrisa (detrás de una mascarilla, eso sí).
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