Los pasaportes de vacunación no sirven
3 marzo, 2021 (05:23:01)La decisión de las autoridades europeas de emitir un certificado de vacunación o de estar libre de infección, denominado equivocadamente pasaporte, ha sido acogida con entusiasmo por la mayor parte de los Gobiernos, del sector turístico y de los medios de comunicación, en la confianza de que ayudará a la rápida y necesaria recuperación del turismo este verano.
Los partidarios han rechazado las objeciones centrándose en dos tipo de ellas, las éticas y las científicas y han obviado las legales y sobre todo las prácticas.
Como ha señalado al Financial Times el Director General de Last Minute, Marco Corradino el proceso de implementación es tan complicado que es imposible que la población europea disponga de “pasaporte“ antes de junio cuando ya se habrá iniciado la temporada de verano. Nuestro primer mercado emisor el Reino Unido tardará aún más, puesto que no se ha establecido el sistema de aceptación por parte de la Unión Europea del certificado británico equivalente- si es que quieren emitir uno, lo que dudo- y el que se emita a ciudadanos españoles serviría para viajar al extranjero, pero es más que dudoso que se exija para viajar dentro de España lo que plantearía un problema legal, puesto que habría una discriminación entre ciudadanos europeos.
Se refutan objeciones de poca monta como la de que ya se exija un certificado de vacunación contra la malaria o la fiebre amarilla para viajar a ciertos países, obviando la escasa importancia turística de los mismos, la alta mortandad de esas enfermedades y la obligación de pasaportes tradicionales y visados.
Las autoridades españolas ya señalan que los que no estén en posesión del certificado europeo también podrán entrar en España, aunque no sabemos en qué condiciones.
Se pone el ejemplo de Dinamarca y Suecia que ya están trabajando en sus propios certificados sin tener en cuenta que son para uso interior en países altamente digitalizados. Lo mismo ocurre con Estonia y Letonia más digitalizados aún.
Tampoco vale el ejemplo de Israel, un país pequeño geográficamente, altamente militarizado y también digitalizado, que ha tenido que hacer acuerdos con Grecia y Chipre al no poder hacerlos con sus vecinos.
Nos olvidamos de que el valor de los pasaportes depende del país receptor, no del emisor, lo que quita valor a los ejemplos señalados. Y no olvidemos que no hace falta que el certificado sea emitido por una autoridad nacional sino que si las autoridades españolas los aceptan valdrían los que están en estudio por parte de diversas entidades privadas.
Si en lo que respecta al turismo receptor español no están incluidos ni Gran Bretaña, ni la propia España ni los países que no pertenecen a la UE se limitaría a algo más del cuarenta por ciento del total de nuestros potenciales turistas.
El documento que están diseñando incluiría veinte datos. Se desconoce la duración del mismo.
En mi opinión en vez de trasladar la responsabilidad al nivel europeo las autoridades de los países receptores como España, Grecia e Italia deberían ponerse de acuerdo – no es imprescindible- para determinar que tipo de documento aceptaran para acceder al respectivo país y la fecha de emisión. ¿Si hasta ahora ha bastado con simples pruebas de antígenos en la mayor parte de los casos porque complicar las cosas?
En todo caso cuando se inicie la temporada alta el avance hacia la inmunidad de grupo será más rápido y se podrán aligerar las exigencias.
Lo importante es aumentar el ritmo de vacunación tanto en los países emisores de la Unión Europea como en España y acelerar el rastreo y la realización de test.
Las compañías aéreas ya han decidido que van a operar la temporada de verano con una oferta muy superior a la del pasado verano y algo más del cincuenta por ciento de la de 2019. Con sus decisiones ellos si se juegan el dinero y no todos están de acuerdo con el Presidente de Quantas que afirmó: “no jab no fly“ (no inyección no vuelo).
El turismo veraniego depende en gran medida de las familias y si los menores de dieciséis años no están incluidos en los programas de vacunación no podrán tener certificado y o se les exceptúa o no tendremos turismo familiar en las vacaciones escolares.
Son demasiadas cuestiones para pretender que nos las arreglen en Europa. Tendremos que tomar las decisiones aquí y asumir el riesgo que conlleva.
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