Cómo la nueva ecotasa afectará a Menorca
18 abril, 2016 (11:44:50)Lo sé, sé que el término ecotasa es incorrecto, porque el nuevo "Impuesto del turismo sostenible" de Baleares, que es como se llama, ni es una tasa ni va a ser "eco"..., pero permítanme esta licencia en el titular.
¿Cómo afectará este nuevo impuesto a la isla de Menorca? De ello estuvieron hablando en el Cercle Artístic de Ciutadella Luis Pablo Casals, presidente de la Asociación Hotelera de Menorca (Ashome), Joan Sánchez Tuomala, portavoz del Cercle d'Economia y Jaume Garau, economista y asesor turístico. Les resumiré lo dicho por unos y otros porque está claro que los efectos no serán neutros...
Antes de nada, ¿están de acuerdo con este impuesto los hoteleros menorquines? Según Casals, dentro de Ashome hay opiniones diversas que van del no rotundo al sí con matices. Pero coinciden en rechazar las formas del Govern en la aplicación del impuesto. "Las políticas de Mallorca no nos sirven aquí", asegura el presidente de los hoteleros, "en Menorca llevamos años trabajando por la sostenibilidad, con una política territorial restrictiva e instalados en el crecimiento cero, porque ha sido la voluntad de los menorquines". Lo dice en el sentido de que en Menorca ya se han hecho los deberes de preservación mediambiental y control del crecimiento que están pendientes en el resto del archipiélago, y que en gran parte justifican la imposición del nuevo impuesto, tal y como Luis Pablo Casals explicó a HOSTELTUR en esta entrevista: “Con la tasa turística pueden hundirnos, no saben el daño que van a hacer”
Bien, vayamos ahora a conocer los efectos del impuesto en la economía de la isla.
De izquierda a derecha, Jaume Garau, Luis Pablo Casals, Joan Sánchez Tuomala y el moderador Pere Bagur.
Efectos negativos:
- Aunque la ley del impuesto prevé que también van a pagarlo los alojamientos no regulados, todo el mundo se pregunta cómo será posible, con 12 inspectores para toda la Comunidad Autónoma y 400.000 plazas en falso. En Menorca hay unas 47.000 plazas turísticas regladas y otras 50.000 no regladas. El reto del Govern para hacer que el impuesto no sea discriminatorio es evidente: estamos hablando de que van a pagarlo solamente el 50% de las plazas existentes.
- Dicen los hoteleros, y en Menorca pienso que prácticamente todo el mundo estaría de acuerdo, que el Govern desconoce la realidad de la isla, y que hace políticas para Mallorca que luego se trasladan a las otras islas, tengan o no sentido. Así pues, los hoteleros reclaman que todo lo recaudado en Menorca sea invertido en Menorca, y que sean los menorquines quienes digan en qué.
- Los hoteleros deberán pagar de su bolsillo el impuesto de 2016 puesto que los contratos con los TTOO están firmados de hace tiempo. Podrá favorecerles el hecho de que los TTOO necesitan camas este verano y les será más difícil poner trabas al coste del impuesto, pero en muchos casos no será posible repercutir en el cliente el coste del impuesto de 2 euros por persona y noche.
- El aumento de la presión fiscal sobre las empresas tendrá dos efectos inmediatos: menos contratación y menos inversión.
- Los más directos competidores extranjeros de Menorca en sol y playa no tienen impuesto y en cambio, sí tienen instalaciones mejores y precios más competitivos, mientras en la isla es imposible aumentar el número de habitaciones e intentar mejorar la rentabilidad con esta medida, aplicada por muchos hoteleros en la vecina Mallorca.
- En Menorca no existe la temporada baja, en invierno simplemente se cierra. La temporada de verano empieza el 1 de mayo, pero no tiene sentido cobrarle lo mismo (2 euros, el máximo previsto) al turista que llega a la isla en mayo y paga 30 euros, que al que viene en agosto y paga 70 ó 100. La temporada alta, en Menorca, debería considerarse solamente en julio y agosto.
- Los residentes también pagan el impuesto, algo que en un territorio discontinuo como el del archipiélago es mucho más que anecdótico.
- El 80% del sector es intermediado en Menorca, por lo tanto se trata de empresas cuya rentabilidad es muy sensible al precio y que dependen de los grandes TTOO. En este momento de crisis en el Mediterráneo los TTOO necesitan camas, pero esta situación puede cambiar en cualquier momento. Esta gran dependencia es un handicap muy importante para la isla.
- El hecho de que este primer año de aplicación el dinero recaudado por el nuevo impuesto vaya a dedicarse al gasto corriente del Govern hace que en Menorca haya escepticismo sobre si realmente algún día ese dinero se destinará a algo que los menorquines hayan elegido y necesiten.
- El impacto del impuesto puede hacer que Baleares pierda entre el 0,5% y el 1% de los turistas, los más sensibles al precio, lo que equivale en cifras globales a entre 80.000 y 100.000 turistas, un impacto bajo sobre 13 millones de turistas, según Jaume Garau, pero que puede significar un gran perjuicio para algunos negocios.
Vista de la playa de Santo Tomás desde el Sol Beach House Menorca.
Posibles efectos positivos:
- El impuesto aporta un valor añadido al destino Menorca, a su papel como reserva de la biosfera, a la calidad de sus aguas y su medio ambiente. El turista contribuye a todo ello con este impuesto.
- También se da una señal clara de que lo que Menorca quiere es calidad y descongestión. Para ello serían necesarias otras medidas, además del impuesto turístico, que sin duda llegarán como sucede en otros destinos, en opinión de Garau.
- Un impuesto similar se aplica en 17 países de la Unión Europea, en 45 de los 50 estados de EEUU y en otros destinos de sol y playa como el balear (Croacia, Hawaii), sin efectos negativos en la competitividad y en el número de visitantes. El turista está acostumbrado a este tipo de impuestos, que significan un porcentaje muy pequeño sobre el total del viaje, según Garau.
- El Govern contará en caja con entre 50 y 80 millones de euros que no tendría sin este impuesto, y que podrá invertir en reequilibrar la economía de las islas a favor de otros sectores no tan rentables como el turismo. Eso a partir de 2017, claro.
Sea como sea, el impuesto del turismo sostenible será una realidad el 1 de julio. Queda por desplegar la ley y decidir cómo y quién decidirá en qué se va a gastar el dinero a partir de 2017, porque para este año está previsto que vaya a gasto corriente del Govern, o sea, a pagar nóminas y papel de oficina. Sin duda, las formas no han sido las mejores, y que este primer año de aplicación lo recaudado se vaya a pagar lo que cuesta tener un Gobierno autonómico sobredimensionado que no se reduce ni transfiriendo competencias a los consells insulares, no va en absoluto a favor de la imagen positiva de este impuesto.
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