Hablemos de comunicación
13 mayo, 2016 (11:17:18)
El otro día, escuchando la entrevista que Julia Otero le hizo al editor del Washington Post Online, Emilio García-Ruiz (y que pueden escuchar un poco más abajo), pensaba que el periodismo y los medios de comunicación, al igual que las empresas del sector turístico, también han tenido que aprender a ver una oportunidad y no una desgracia en la revolución digital, una revolución que García-Ruiz tiene bien claro que "solo acaba de empezar". Aviso a navegantes...
Está claro que la forma en que los humanos nos comunicamos ha sufrido más cambios en los últimos años que en los siglos precedentes, cambios no solo tecnológicos, sino de toda índole. Nadie niega que el teléfono fue un gran invento, también el fax (¿se acuerdan del fax, por cierto?), pero es que ahora la comunicación ocupa el 80% de nuestro tiempo diario gracias a los dispositivos móviles, que se han convertido en insustituíbles compañeros. Todo el día, durante todo el tiempo, nos estamos comunicando: por Whatsapp, por correo, enviando fotos, reuniéndonos por Skype, en las redes sociales, buscando información, leyendo y compartiendo, escribiendo comentarios o críticas, puntuando...
Adaptarse a un nuevo papel
Esto hace que los medios de comunicación tengan que replantearse constantemente su papel en el mundo. Ante un lector hiper conectado, que tiene a disposición de su dedo toda la información que circula en internet, ¿cuál es el papel de los medios en este momento? Dice Emilio García-Ruiz, y me parece que tiene toda la razón, que ese papel no ha cambiado sino que se ha ampliado: hay que informar verazmente, hay que servir a la verdad, pero además hay que tener criterio para explicarle al lector las cosas complicadas que pasan en el mundo e intentar que no se pierda dentro de la selva de informaciones, contrainformaciones y mentiras de la red. Es cierto que a pesar de la banalidad en que se cae muchas veces, y a pesar de que el espectáculo y el entretenimiento (a menudo nada contructivo) se hayan apoderado de los medios, sigue habiendo gente pendiente de las cosas serias y que importan, con ganas de aprender, reflexionar y comprender mejor el mundo en el que vivimos. Por suerte para los medios serios y para el mundo, desde luego.
Pero pienso que los medios nunca debieron dimitir de esa responsabilidad que tuvieron y tienen todavía de ayudar a la construcción de una sociedad formada por ciudadanos responsables, informados, capaces de discernir y de no tragarse todo como si todo importara igual, que no sean fácilmente manipulables, que puedan ver las contradicciones y que no necesiten a nadie opinando y pensando por ellos. Ésa es la responsabilidad social y corporativa de los medios de comunicación, y lo sigue siendo en internet, quizá más que nunca precisamente porque en la red es más difícil distinguir el grano de la paja y todo aparece en el mismo nivel de relevancia y de credibilidad, sea o no mentira.
También es verdad que los lectores han cambiado, que como ocurre cuando hablamos del cliente de la empresa turística, del viajero, la masa ya no existe. Y ésa es una buena noticia para nuestros dos sectores, créanme. La segmentación según intereses, la personalización de contenidos, el uso de diferentes formatos y de diferentes herramientas para informar, para comunicar, se hace imprescindible. Y ahí es donde los medios serios y los periodistas serios tenemos un campo enorme para llegar hasta ustedes con contenidos relevantes para su profesión, para su empresa, para su vida. Lo que es importante, sin embargo, es saber discriminar, tener criterio tanto en la elección de temas como en la forma en que los hacemos llegar hasta ustedes.
Sin fronteras, pero con límites
Cuando yo estudié Periodismo todas las fronteras estaban muy claras y definidas, solo tenías que conocerlas y respetarlas. Ahora esas fronteras se han desdibujado tanto que a veces ni siquiera existen. Pienso que le ha ocurrido lo mismo a la empresa turística con su cliente, con sus servicios, con su gestión... no existen los compartimentos estancos, hay que ser flexibles para construir en cada momento, para cada cliente, un producto que le pueda interesar. Exactamente como en el mundo del periodismo. Y eso es bueno, porque implica un gran conocimiento de nuestro cliente/lector, una relación más próxima con él, una interrelación que antes era inexistente, y una capacidad de previsión y de adaptación a prueba de bomba. Que no haya fronteras no significa, desde luego, que no haya límites.
Bien, esta larga introducción sirve sencillamente para inaugurar en cierto modo este "post de domingo" en el diario, si me permiten, aunque en la Comunidad esté publicado desde el sábado. Un artículo semanal que escribiré sobre comunicación y mis neuras profesionales, reflexiones, dudas... es posible que a usted, lector del sector turístico, todo esto no le interese... pero intentaré interesarle, porque después de todo, la comunicación forma parte del 80% de su trabajo... si lo piensa bien verá que es así. Y también porque los retos a los que se enfrenta Hosteltur en su relación con los lectores, en la mejora de su producto, son los mismos a los que se enfrenta usted en su relación con sus clientes, en la mejora de su producto turístico.
Gracias por haber leído hasta aquí :)
Por cierto, si no se ha inscrito en el Foro Hosteltur, que tendá lugar en Madrid el miércoles que viene, todavía está a tiempo. Puede hacerlo en esta página: https://www.hosteltur.com/foro-hosteltur-2016
Créditos de la imagen: aceleratucarrera.com
Feliz fin de semana!
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