La verdad y sus cada vez más estrechos caminos
10 junio, 2016 (09:36:06)El otro día vi esto en Twitter:
No sé quién es J.F. Lero, ni si existe, ni a qué se dedica... pero la frase me hizo pensar.
Internet y muy especialmente las redes sociales, han revolucionado la comunicación i el modo en que la gente se informa. Ya no hablo del modelo de negocio (hasta hace gracia esa expresión, porque el modelo de negocio es define con esta palabra: ruina) de los medios de comunicación ni de la prensa tradicional, hablo de la comunicación entre personas, entre marcas y personas, entre empresas y empresas... el tú a tú a cualquier nivel.
Sabemos de nuestros amigos (el gran escritor catalán Josep Pla decía que él tenía amigos, conocidos y saludados) o similares por Facebook, es cierto. Contactamos con ellos a través de los mensajes de esta red social. Con otros, seguramente más cercanos, contactamos por Whatsapp (hasta tenemos grupos familiares y de antiguos alumnos!!). Utilizamos Twitter para informarnos y para informar, para opinar, para saber lo que se cuece... sin duda Twitter ha sido la gran revolución informativa de los últimos tiempos. Colgamos nuestras fotos en Instagram y nuestros comentarios o actividades en Facebook (buscando seguidores, likes, interacción, relevancia), compartimos fotos y vídeos a la velocidad del rayo... la información nos llueve, nos bombardea, desde todos los flancos: tanto lo que le ocurre al vecino como lo que acaba de ocurrir en la otra punta del mundo... y muchas veces desconocemos la fuente, la credibilidad de gran parte de ese contenido, su actualidad, si quien habla sabe de lo que habla... ¿nos da igual? Es algo a lo que le doy vueltas... quizá nos estemos acostumbrando a ver sentados, en el mismo plató, uno al lado del otro, al profesor de filosofía y al último concursante despedido de cualquier show.
¿Me fío más de mi cuñada que de un periodista de El País? Ufff... difícil pregunta, ¿eh? (sobretodo si ella me lee!!). Y es que ahora, en internet y en las redes sociales (y también en la tele, el gran plató del mundo), todo está al mismo nivel, todo parece igualmente confiable y respetable, desde algo gordo sucedido esta mañana a la mentira más grande jamás contada, todo tiene apariencia de verosimilitud.
Esta semana ha muerto el fotoperiodista David Gilkey (impresionantes fotos en el enlace) junto con su intérprete, mientras trabajaban en Afganistán. Quizá llegados a este punto, sea la vida y la muerte lo que marque la verosimilitud de las historias que nos encontramos en la red, entre tanto ruido, superficialidad e intereses: ¿quién nos las cuenta? ¿desde dónde? ¿está en peligro de muerte? ¿quién es? ¿tiene familia? ¿por qué se dedica a contar la verdad desde un remoto rincón del mundo que no le interesa a nadie? Sin duda, ésa es una gran diferencia en cuanto a verosimilitud de una fuente, aunque las informaciones de los periodistas de guerra aparezcan al lado de las últimas bobadas proferidas por un jugador de fútbol o por una supermodelo... y seguramente, esto último esté publicado a mayor tamaño.
Me decía ayer un amigo en Facebook que "creo que tendríamos que empezar a preocuparnos. Cada vez estamos más inundados de información procedente del mismo origen. Cada vez tenemos más medios que reproducen más informaciones de menos fuentes originales". Mi amigo no es periodista, es ingeniero, pero tiene mucha razón. Le sugirió este comentario el siguiente cuadro:
El gráfico muestra los ingresos de Google por publicidad, frente a los ingresos de los diarios por el mismo concepto. El cuadro es muy claro, casi sobran comentarios... seguro que todos hemos criticado alguna vez a algún medio de comunicación porque no se atreve a arrearle a uno de sus grandes anunciantes (las eléctricas y los bancos, por ejemplo), pero en cambio, no trasladamos a Google las mismas dudas sobre su honorabilidad y honradez, aun sabiendo que, por ejemplo, el algoritmo de las búsquedas no es del todo claro y transparente...
No es una buena noticia que los diarios pierdan su principal fuente de financiación. Ahora muchos de ellos son propiedad de los bancos, la independencia informativa, la libertad de prensa y de opinión, están seriamente en duda. Pero en cambio, Google aparece como el nuevo dios de la información, el-que-todo-lo-sabe, sin cuestionamientos, ni intereses ocultos, ni sombra de ser tendencioso... no quiero que esto sea una crítica a Google, sino una reflexión sobre lo que está ocurriendo en nuestro mundo con las fuentes de información, la uniformidad de fuentes que lleva, sin dudarlo, a una visión única del mundo, a un pensamiento único.
Menos mal que esta semana hemos tenido un buen ejemplo de que todavía quedan algunas fuentes de información independientes, eso sí, escondidas y secretas (todos recordamos lo que les ha pasado a Snowden, a Assange, etc.). Estas informaciones han sido filtradas a través de filtrala.org, una plataforma independiente de denuncia ciudadana que cualquier persona puede utilizar para revelar información de interés público de un modo seguro y anónimo. El miedo es el gran enemigo de la verdad, y en este mundo las fuentes han de ser más secretas que nunca. Pero este también es un buen ejemplo de que internet, si por un lado ha barrido a los medios y a su tradicional forma de perseguir e investigar la noticia, también nos ha dado nuevas formas de conocer la verdad...
En la película "Ausencia de malicia", un clásico del cine de periodismo dirigido por Sydney Pollack y protagonizado por Paul Newman y Sally Field, el editor del diario donde trabaja la protagonista, que ha publicado una investigación totalmente inventada por un fiscal para involucrar al personaje de Newman, le dice a ella, compungida por las consecuencias de la gran mentira: "Puedes publicar la verdad sobre algo y puedes no hacerle daño a nadie, lo que no puedes es hacer las dos cosas a la vez". Creo que es una de las frases que mejor definen el periodismo, también hoy en día, cuando la verdad parece tan lejana a veces, y cuando tantos intereses están en juego en un mundo que camina hacia una libertad de prensa muy estrecha y condicionada. También está entre mis favoritas esta frase que dicen que dijo Albert Camus (la vi en Facebook!!): "Periodismo es publicar aquello que alguien no quiere que se sepa. El resto, son relaciones públicas". Lo que pasa es que la información sensible hay que tratarla con más responsabilidad, si cabe.
Quizá sea cierto, volviendo a la frase del principio, que el despertar será muy duro. Cuando nos demos cuenta de que, no solo no somos sabios, ni fotógrafos, ni tenemos miles de amigos... sino que, además, la verdad tiene cada vez caminos más tortuosos y estrechos para llegar hasta nosotros.
Gracias por haber llegado hasta aquí.
Feliz domingo!
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