Ante el Brexit y similares, Europa vale la pena
30 junio, 2016 (18:13:42)Estos días son muchos los análisis que hablan de por qué el 52% de los británicos ha votado para irse de la UE. Los políticos favorables al Brexit han tenido un claro y peligroso aliado en su campaña: el miedo, miedo a la situación económica, miedo a la inmigración, miedo a que otros controlen las decisiones importantes de la política británica... ahora ese sentimiento de miedo, tan utilizado desde siempre por la ultraderecha, está empezando a dejarse oír fuerte en otros países de la UE: Francia, Holanda... ¿Puede caerse la UE como un castillo de cartas tras el referéndum británico?
El ideal de Unión Europea que reinaba al principio (recordemos que antes se llamaba Unión Económica Europea) se parecía poco a la realidad que ha resultado después. Aquella Europa ideal de los ciudadanos, de las personas, ha ido cediendo todo su espacio a la mucho menos idealista realidad de la Europa de los mercados, los mercaderes, las mercancías, el capital... seguramente esta Europa en la que vivimos no es la Europa que muchos quisiéramos, está claro. Pero es un principio, puede ser un germen para llegar a esa Europa del ideal que compartimos muchos ciudadanos que creen en los valores del humanismo y la democracia, en la libertad y la igualdad, en esos conceptos nacidos en Europa y exportados luego a muchos otros países del mundo. Es cierto que el neoliberalismo campa a sus anchas, que el capitalismo más fiero pone en jaque las economías y las vidas de muchos ciudadanos de esa Europa a veces cobarde, a veces traidora a sus principios fundacionales, a veces servil, a veces débil... pero pienso que esta Europa es mejor que ninguna Europa, para los negocios y también para las personas, a pesar de todo.
Mi amiga Nieves Bayo ha estado esta semana en Bruselas hablando ante la Comisión Europea de los Derechos Humanos, precisamente, de esa idea de Europa que muchos compartimos y echamos en falta. Me impresionó un párrafo de su discurso, en el que reflexiona sobre cómo esa idea de Europa es compartida por personas que se juegan la vida y a veces la pierden: la diputada laborista Jo Cox fue asesinada en gran parte por creer en esa Europa unida y próspera... pero es que miles de refugiados mueren en el Mediterráneo precisamente porque también creen en esa Europa de la paz, la libertad, la prosperidad... solo en 2016 han muerto 1.512 personas, hombres, mujeres y niños, en su camino hacia la prosperidad y la paz.
Y me impresiona que esa Europa que nosotros rechazamos, criticamos, menospreciamos, de la que algunos quieren irse siempre por ignorancia, miedo y cortedad de miras, esa idea de Europa tenga más vigencia y valor en la mente de las personas que, desde otros países, acuciados por situaciones reales de guerra, escasas perspectivas de futuro, injusticias de todo tipo, eligen arriesgar su vida por un ideal. No un ideal abstracto, sino el ideal tan justo y comprensible de tener una vida mejor, darles una vida mejor a sus hijos, entre nosotros... ¿acaso no es eso, tener una vida mejor, lo que todos buscamos?
Dice mi amiga en su discurso:
"Es decir, ellos quieren venir a nosotros, vivir entre nosotros, disfrutar de lo que disfrutamos nosotros, que es paz, seguridad, libertad, derechos y prosperidad. Cuando huyen de la tragedia y del conflicto no se dirigen a los países del Cercano Oriente, del norte de África o de Asia, sino que emprenden el camino hacia Europa.
Qué cosa más extraña: esa Europa, que tan rápidamente corremos a rechazar y a la que denostamos a partir de nuestra justificada indignación, es una Europa que las víctimas de esos conflictos consideran el refugio que necesitan, el lugar en el cual puedan emprender una nueva vida donde se les acoja, se les respete y se les proporcione la seguridad que desean. ¿Se percibe la paradoja? Esa Europa en proceso de unión, ese continente que está llamado a convertirse en un espacio de prosperidad en libertad y seguridad, ¿eso es lo que despreciamos y criticamos? Los refugiados vienen a llamar no sólo a nuestras puertas sino a nuestras conciencias".
Y es que el ideal europeísta vale la pena, es importante, esencial en nuestras vidas. Es algo por lo que merece la pena luchar, y nos lo muestran a diario las personas que arriesgan su vida no ya por un ideal, sino por la Europa real que vivimos, que compartimos, y que no es la mejor posible, pero que sin duda es mejor que ninguna Europa.
Yo he criticado mil veces a la UE, y seguiré haciéndolo siempre que sus leyes, sus parlamentarios, sus poderes fácticos presten más atención al dinero que a las personas. Pero si algo me ha quedado claro viendo lo ocurrido en Gran Bretaña y lo que está empezando a moverse en Francia y Holanda, es que solo una Europa unida nos protege de la ultraderecha, de la xenofobia, del totalitarismo, en enfrentamiento y los muros que Europa también ha conocido tan dolorosamente en el pasado.
Terminaré este artículo con palabras de mi amiga:
"Europa vale la pena. No sólo el ideal europeo debe permanecer intacto sino su propia realidad. No queremos menos Europa sino más, y resulta que son los solicitantes de asilo quienes nos la reclaman. ¿Seremos capaces de hallar vías políticas adecuadas para incorporar a esos creyentes en Europa al proyecto de construcción de una Europa Unida? Eso va más allá de la solidaridad; va en dirección recta hacia el futuro, un futuro imprescindible para la preservación de la Unión Europea como espacio de realización de los derechos humanos".
Las actitudes populistas y xenófobas han de ser arrinconadas, pero también ese euroescepticismo que surge ante los retos, que son muchos, es cierto. La solidez ética de Europa está probada, pero, como les recordaba mi amiga a los europarlamentarios, "aún está por ver la capacidad que tenemos de convertir el imperativo ético en políticas prácticas, solidarias y coherentes".
Gracias por haber leído hasta aquí.
Feliz fin de semana!
Créditos de las imágenes:
Viñeta: voxeuropeo.com
Foto de Cox: newyorker.com
Para comentar, así como para ver ciertos contenidos de Hosteltur, inicia sesión o crea tu cuenta
Inicia sesiónEsta opinión no tiene comentarios.