Verdades incómodas del Turismo Balear
21 agosto, 2016 (07:37:31)Estacionalidad, excesos y defectos de los entes turísticos baleares locales
Baleares, como destino turístico de primer orden, se enfrenta al desafío continuo de adaptarse a las circunstancias internacionales que año tras año siguen situando al archipiélago como destino preferente. Pase lo que pase, Baleares siempre es una opción.
Dicen que en Mallorca no cabe un turista más. Los aviones no dejan de despegar y aterrizar de forma continua: es una imagen habitual. En Ibiza desde siempre, dormir un par de noches en julio o agosto ha sido motivo de deseo para muchos turistas, que ya sea buscando fiesta o relax quieren poner un pie allí. Formentera es un destino exclusivo. Tan exclusivo, que requiere al interesado regular, buscar con varios meses de antelación. Ir por agencia, complicado. Tener un amigo con casa en alguna de las islas, desde luego es una suerte… y vivir aquí más: doy fe y me siento privilegiado por ello.
BALEARES IS DIFFERENT
Cuando todo el mundo quiere venir a un lugar, es por algo. Muchos lo recordarán: Palma de Mallorca, elegida como el mejor lugar para vivir del mundo por The Times. Díganme a día de hoy, si esto no fue un efecto llamada en toda regla. Lo fue hasta para mí, que vine a vivir y a trabajar aquí. A algunos parece que les molesta que a esta maravillosa isla, o a cualquiera de sus hermanas, venga turismo de forma ¿masiva? Me pregunto entonces, salvando las escalas y dimensiones, cómo se sentirán los habitantes de Nueva York o Tokio.
UNA OPORTUNIDAD DE ADAPTACIÓN Y MEJORA
¿Alguien se ha planteado esto? Parece que hasta el momento, el pensamiento que predomina es el siguiente: Aquí viene mucha gente, vamos a tirar del carro mientras ande, lo dejamos todo como está y vamos a empezar a poner trabas al turismo, a poner ecotasas hasta a los residentes, a subir el autobús del aeropuerto al centro, a cobrar lo que se cobra (una indecencia) por el transporte interurbano, a subir el precio de las pernoctaciones, a subir el precio de los alquileres no solo vacacionales, etc. ¿Y qué es lo que pasa? Los turistas siguen viniendo y como siguen viniendo, no sentimos la necesidad de cambiar ni mejorar nada. Pero ¿qué pasaría si dejaran de venir turistas? Un efecto llamada puede funcionar a favor o en contra (que no se nos olvide).
Y tal fue este efecto llamada, y tales han sido las circunstancias internacionales que han convertido a Baleares es un destino preferente y seguro, en este último año. Esto puede hacer que a los más puristas se les indigne el alma. En su inmaculada exclusividad, parece que cuando los demás descubren aquello que te resulta valioso y quieren disfrutarlo, deja de ser tan exclusivo.
SI NO NOS ADAPTAMOS, LA DEMANDA NOS PASARÁ POR ENCIMA COMO UN RODILLO
O hacemos nosotros porque esto funcione desde dentro, o ya podemos poner un arco detector en los aeropuertos y aduanas de entrada, que impida el paso legalmente a los turistas que a juicio de “no sé quién” no cumplan inciertos requisitos. Cosa que espero nunca pase. ¿Nos estamos quejando de que vienen turistas a nuestras islas? Repito, ¿de verdad es eso un problema? Creo que el principal problema es la falta absoluta de adaptación a la nueva demanda. Ese sí es el problema y no otro. ¿Les echamos la culpa a las cias aéreas y ttoo por vender billetes y estancias? ¿Cerramos la isla? ¿Nos vamos todos a los puertos de Palma o Ibiza a defender la posición con hondas, tirando piedras a los cruceros que quieran atracar? Esa época ya pasó. Un poquito de autocrítica no nos vendría nada mal. No podemos culpar a los turistas de que elijan nuestras islas como destino. ¿Me echarán de Mallorca por decir esto? Espero que no.
Dense una vuelta por la calle Larios de Málaga, un sábado por la tarde; o por Las Ramblas, o por el Rastro Madrileño un domingo a mediodía. ¿Invasión? El mundo es así. Nos quejamos en invierno porque no hay negocio y nos quejamos también en verano, pero porque hay demasiada gente. Si el mundo no parece cambiar, quizás tengamos que cambiar nosotros. Adaptarnos, mejor dicho, y todo pasa por la comunicación interna entre entes locales y mejora de las infraestructuras.
COMUNICACIÓN Y SINERGIA ENTRE ENTES LOCALES
El factor humano: cada uno quiere mandar en su casa y no suele admitir sugerencias o ideas nuevas, a menos que no vayan bajo su propio membrete. De esta forma es difícil crecer. Tengo contabilizadas en una lista de andar por casa un total de más de 30 entes turísticos en Baleares. Concretamente, 32 entidades reconocidas, entre públicas y privadas, con competencias en legislación, en gestión, formación, representación y asociación, promoción y coordinación. Seguro que me falta o me dejo alguna, pero no son pocas.
No existe una BBDD común, no hay una comunicación fluida transversal. Cada ente local, ya sea público o privado, mira solo por lo que tiene bajo sus pies y más que favorecer una sinergia y una fluidez necesaria, compite con el de al lado. Una imagen de reinos de taifas sería adecuada. Como profesional, anhelo un CRM del Turismo Balear, donde ya sea por privilegios o necesidad, estas entidades se comuniquen, complementen, compartan datos e información. Cada una en la medida de sus competencias y funciones, pero apuntando en la misma dirección, dentro de ese CRM que ojalá pueda ver algún día. Mientras todos quieran llevarlo “a su manera” y no haya quorum, difícil será crecer. Sueño con ese CRM de Turismo Balear.
MEJORA Y ADAPTACIÓN DE LAS INFRASTRUCUTURAS
Voy a decir una obviedad: en Tenerife hay dos aeropuertos y la isla no se ha hundido. Obviamente, la logística y comunicación de la isla no es un problema que se resuelva de un día para otro. Al menos Mallorca, en extensión es una isla territorialmente muy grande, en la que los núcleos de actividad se concentran de forma atomizada de forma no homogénea. Esto no es algo que ayude a la desestacionalización tan deseada como entelequia a día de hoy; pero si la comunicación dentro de las propias islas es deficiente en vías de transporte, o transporte público interurbano, ¿qué actividad pretendemos comunicar, ofrecer o mejorar si ir a la otra punta parece suponer desplazarse al confín del Finisterre Celta?
Toda generación de actividad, toda oferta, debe comenzar por la propia accesibilidad a la misma: a los propios habitantes y a los turistas. ¿Acaso tenemos miedo a mejorar las comunicaciones, por si de un día para otro las islas se nos quedan pequeñas? Debemos comunicar los núcleos urbanos o de actividad de forma accesible, para que toda la actividad no se concentre en la costa. Si seguimos así, no saldremos de la oferta de sol y playa aunque queramos, porque ir a hacer turismo de interior seguirá siendo complicado de facto. ¿No queremos desestacionalizar? ¿no queremos redistribuir la oferta para generar una demanda sostenible que genere puestos de trabajo todo el año? Comunicaciones de núcleos de actividad señores, eso se llama planeamiento. Repito: P-L-A-N-T-E-A-M-I-E-N-T-O.
Algo tan sencillo como que uno va a donde puede ir, porque le resulta accesible, porque puede llegar por medios propios, por rent a car, en bici, o transporte público. Si hay algo de lo que me di cuenta nada más llegar a Mallorca, es que aquí perder el autobús es PERDER EL AUTOBÚS con mayúsculas. Existe una demanda creciente que se enfrenta a una oferta puntual, escasa, limitada y cara, de transporte público interurbano. Desde luego con un parque móvil excesivo, no vamos a poder llamar en ningún caso sostenible el modelo de transporte que impera actualmente en el territorio.
En Baleares no hay idiosincrasia, más allá de la que genera la carencia de un criterio técnico y sostenible, que tome las riendas de la gestión turística. Una gestión técnica, que debe ser independiente del signo político del Govern Balear que ejerza su turno de gobierno, sea éste cual sea. El turismo es lo que nos da de comer a todos aquí, es lo que nos paga las nóminas, lo que hace que entre capital y que las islas funcionen. Si no es el caso, podemos obcecarnos en poner trabas a la entrada de turistas y venderles diccionarios de catalán a los que vengan… a ver cuánto tiempo tarda ese modelo de gestión, en convertir a las islas en cuatro aldeas de irreductibles foners, defendiendo lo nostro y resistiendo contra el Imperio. No basta con prohibir y recaudar, hay que hacer cálculos de sostenibilidad y medir nuestra capacidad real de acogida. Mejorando, claro.
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