El turista premium: el turista más deseado
El turista premium se postula como uno de los perfiles más atractivos para las empresas que operan en el sector turístico. 7 junio, 2022 (09:34:24)Saliendo de la crisis en la que nos encontramos inmersos, y tras haber superado una pandemia que nos ha marcado en todos los sentidos, muchos son aquellos que se preguntan cuáles serán los cambios que vendrán en esta nueva era, a la que algunos denominan “nueva normalidad”. Y teniendo en cuenta que hablamos de una problemática que, especialmente, afectaba a las relaciones y la interacción social, el sector turístico fue uno de los más señalados, del cual se extraían cada vez más hipótesis sobre el posible “nuevo modelo turístico” que vendría tras la pandemia, y los cambios que esta pretendía traer en lo que las relaciones y la interacción entre personas se refiere.
Y hay que decir que mi introducción puede parecer sarcástica, pero esos cambios, teniendo en cuenta la difícil situación a la que se enfrentan las aerolíneas tras el batacazo vivido, parece haber llegado, aunque sea por la imposición que supone la asfixia observada en las cuentas de resultados de las aerolíneas, los turoperadores, así como todas aquellas empresas, del tipo que sea, que encuentran ligada su actividad turística a este sector, el más dañado por un virus que hoy pasa a la historia. Tantos meses sin actividad, en un escenario de pérdidas e incertidumbre extrema, han dejado huella en unos agentes económicos que podrían modelar nuestro modelo turístico.
En este sentido, hoy leía la prensa, a la vez que analizaba la valoración bursátil de la compañía IAG, de la cual es filial la aerolínea, fundada en España, Iberia. En esta lectura, observaba que algunos bancos de inversión, pudiendo destacar el caso de Bankinter, que era el citado en el artículo, habían mejorado su previsión respecto a Iberia, atendiendo a una estrategia en la que la compañía pretendía ir a por el “turista premium”, mejorando con esto la rentabilidad de las operaciones, así como, como consecuencia, los balances de unas compañías muy deterioradas por los altos costes que conlleva mantenerlas operativas.
Pero investigando sobre este concepto, el de “turista premium”, he podido llegar a información muy interesante, y que puede guiarnos en la recuperación de un sector que, desde hace años, persigue un cambio, o una modelización, que permita el perfeccionamiento del turismo español, así como la mejora de su atractivo de cara a la recepción de turistas internacionales. Pues hay que decir que el turismo de sol y playa, que es el predominante en nuestro país, ha sido muy rentable para los agentes económicos que en este sector operan, pero el mercado demanda una innovación que España, como sede de la Organización Mundial del Turismo (UNWTO) y como referencia mundial en este sector, debería ofrecer.
En esto que voy investigando, voy leyendo algunas reflexiones interesantes que hablan sobre cómo el cliente va buscando nuevas experiencias, así como nuevos lugares, por los/as que antes no se había interesado. Pero de la misma manera que va buscando nuevas experiencias, también puede observarse como su intención de gasto se eleva en tanto en cuanto se incrementa la oferta disponible y el atractivo del destino. En otras palabras, el cliente demanda innovación, pero también está dispuesto a pagar por esa innovación y a salir del clásico paquete de costa. Dicho de otra manera, esto es el turista premium, o lo que es lo mismo, un turista que, con oferta, acaba gastando más del doble que una familia entera en la playa.
Y así lo confirman los estudios consultados, y a los que también ha tenido acceso la ministra Maroto. En otras palabras, los datos que obtenemos de este “turista premium” nos dice que hablamos de un perfil de cliente que, de media, gasta unos 5.000 euros, que se va de vacaciones entre dos y tres veces al año, y que acude a agencias de viaje y a empresas ligadas a este sector con mayor asiduidad que otro perfil de cliente, como podría ser el que opta por el sol y playa. Incluso hay estudios concretos que muestran cómo un clubber unos días en Ibiza, el cual practica el turismo de ocio, puede llegar a gastar más del doble de lo que puede gastar una familia en Ibiza durante una semana en la playa.
Por estos datos, vemos cada vez más titulares y anuncios de aerolíneas que muestran cómo estas están reduciendo otro tipo de plazas en su oferta para incorporar más ofertas premium. Y esto lo han celebrado los analistas, a la vez que lo ha suscrito un Gobierno que pide “ir a por el turista premium”. Pues no digo que el turista de sol y playa no sea rentable, ni aporte valor, pero hablamos de un sector que tiene oferta para infinidad de clientes, y que, analizando los datos, vemos la posibilidad de generar un mayor valor y más alternativa en un perfil de turista distinto, a la vez que vamos modelando un modelo turístico que, desde hace años, precisa perfeccionarse.
Pues, en conclusión, a España siempre le ha ido bien en este sector, y prueba de ello es todo lo mencionado en mi columna a lo largo de estas semanas, pero la situación de las empresas, de la demanda, así como otros factores nos hacen elegir entre cantidad o calidad; y esta vez, a la luz de los datos, nos toca escoger la calidad.
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