El turismo en España: Un ninguneo incomprensible
"Los datos hablan por sí solos. Y, sin embargo, pese a que hablamos de un motor de crecimiento incuestionable, seguimos viendo ciertas prácticas que tratan de cuestionar ese valor y esa contribución." 18 octubre, 2022 (13:00:05)Desde hace meses, y como suelo hacer en esta columna desde su nacimiento, venimos dando seguimiento y analizando, a la vez que resaltando la capacidad y el potencial del sector turístico en el mundo, así como en España; donde este sector presenta una destacada importancia. Con el fin de resaltar este valor al que hacemos referencia, muchas de las columnas que hemos ido publicando a lo largo de estas semanas detallan todas aquellas razones que demuestran que hablar del sector turístico en el mundo es hablar de una auténtica fortaleza. Y hemos de señalar que, en el caso del país peninsular, atendiendo al peso de este sector en nuestra economía y a los datos que lo justifican, dicha fortaleza se acentúa sustancialmente.
Como señalo, el turismo es un sector que, atendiendo a su contribución a nivel global, presenta una destacada importancia para casi todas las economías que conforman este, nuestro planeta. Tomando como referencia el año previo a la pandemia, el 2019, los datos nos dicen que el peso del sector turístico en la economía mundial, o lo que es lo mismo, que el PIB turístico en el mundo ascendía hasta niveles que rozaban el 10% (9,63%). Y de la misma manera, ocupando a más de 330 millones de trabajadores en todo el planeta, el turismo es un sector que, en ciertas economías, llega a ocupar al 15% de la población ocupada en estas. En resumen y como puede apreciarse, estamos ante unos datos que hablan por sí solos y que, como mencionaba anteriormente, reflejan esa contribución que protagoniza este artículo.
Pero, además, cuando atendemos a los datos que presenta la economía española y como también mencionábamos anteriormente, lo que vemos es que esta es, precisamente, aquella que tomamos de ejemplo a la hora de hablar de aquellas economías más dependientes de este sector.
Para hacernos una idea de lo que comento, tal es la importancia del sector para el país, que el porcentaje de población ocupada que emplea el sector es, justamente, el 15% de la población ocupada en todo el país. En otras palabras, hablamos de una de las economías que más empleo supedita a este sector en todo el mundo y que, como decía, poníamos como ejemplo extremo en el párrafo anterior. Además, como consecuencia de esto que comento, el indicador que mide la presencia de este sector en nuestra economía, o lo que es lo mismo, el PIB turístico citado para el análisis global, atendiendo al caso de España, asciende hasta alcanzar el 12%. En resumen, y como también puede apreciarse para este caso, estamos ante unos datos que, contrastados con los anteriores, reflejan esa importancia destacada cuando atendemos a esa particularidad llamada “España”.
Por esta misma razón –y soy muy insistente con este asunto– no termino de comprender ciertas afirmaciones que, desde la cúpula política, tratan de ocultar este valor, a la vez que ningunean y ponen en duda la contribución a la que hacemos mención con los datos expuestos. Pero todavía entiendo menos esta situación cuando las afirmaciones las emiten Gobiernos de países como España, donde esa contribución es aún mayor y, por la misma razón, más clara. Pues, como decía, los datos hablan por sí solos. Y, sin embargo, pese a que hablamos de un motor de crecimiento incuestionable y que ha ayudado al país a salir de la crisis en la que se encontraba inmerso, seguimos viendo ciertas prácticas, así como discursos que tratan de cuestionar ese valor y esa contribución que en este artículo nos ocupa.
Al comienzo de la pandemia, fueron algunos los ministros que pusieron en duda la contribución del sector, a la vez que señalaban la inexistencia de “valor añadido” en un sector turístico que, según ellos, debía sustituirse en ese nuevo modelo productivo que, tras la pandemia, caracterizaría a la economía española. Y la última práctica a la que atendemos en esta misma línea es al ninguneo presupuestario que el Gobierno ha aplicado al sector en unos presupuestos que contemplan un recorte del 39% para el sector turístico español, contrastándolos con los presupuestos pasados. Un recorte que, nuevamente, demuestra esas intenciones por parte de un Gobierno que, pese a necesitar al sector y aprovecharse de él para recuperarse, sigue reduciendo su apuesta por él, así como por su recuperación.
En un escenario tan competitivo como el actual, y en el que hay países que tratan de rivalizar con España el único primer puesto que ocupa en un ranking económico, ese ninguneo y esas intenciones por parte del Gobierno podrían provocar la pérdida de competitividad y, por ende, de liderazgo en lo que a este sector se refiere. Turquía, Francia, Italia… Numerosas economías, competidoras de España, están apostando muy fuerte por la recuperación del sector turístico y, sobre todo, por la mejora de este en esta nueva normalidad, mientras nuestro país, siendo la referencia a nivel mundial y la sede de la Organización Mundial del Turismo (por sus siglas, UNWTO), trata de perder la posición intencionadamente, echando de su economía a uno de los pocos motores de crecimiento económico que, a día de hoy, funciona.
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