El Brexit tenía inconvenientes, y el sector turístico lo sabe
"La ruptura de esa unión previa ha roto la facilidad con la que contaban los turistas británicos para moverse por Europa." 15 noviembre, 2022 (01:24:20)El Brexit ha tenido graves consecuencias para la economía británica. El desplome de la libra, la fuga de capitales y empresas que vivió el país, la ralentización del comercio con otras economías europeas y la parálisis que vivió el paso de mercancías, entre otros sucesos, son algunas de las consecuencias derivadas de la salida del Reino Unido de la Unión Europea. Y como era de esperar, el turismo, teniendo en cuenta la importancia de este sector y su presencia –tanto local como global– en la economía, también se ha visto salpicado por esta importante ruptura.
Al igual que pertenecer a la Unión Europea tiene sus costes y sus desventajas, es preciso señalar que ello no quiere decir que formar parte de esta no tenga sus beneficios y sus ventajas. Entre las desventajas de ser un país miembro, y pese a la versión de Reino Unido, podemos resaltar el aporte al fondo común y, en esencia, la pérdida de soberanía. No obstante, estas desventajas deben ser contratadas con otra serie de beneficios, como los tratados de libre comercio, la certidumbre que otorga la robustez de la Unión Europea, la credibilidad en una moneda común fuerte, entre otras cuestiones que, en la práctica, acaban beneficiando a aquellas economías que desean sumarse al proyecto común.
Y entre esos beneficios que señalamos, uno que quizá no valorábamos, por no tener un valor económico como tal, era el tráfico libre de individuos entre países miembros de la Unión Europea, así como la no prohibición de la estancia y la residencia en otros países miembros, aun no habiendo nacido en ellos. Sin embargo, pese a no contar con ese valor económico citado, sí poseía un valor incalculable que, ahora, vemos y valoramos por su ausencia. Pues hemos de señalar que desde que se produjo el Brexit, los turistas británicos se enfrentan a un control más exhaustivo que cuando formaban parte de la Unión Europea; y a ello se suma una normativa que le impide estar más de 90 días en el país. La salida del Reino Unido tuvo consecuencias económicas y no económicas. Y entre las no económicas más destacadas encontramos esta normativa impuesta a Reino Unido, como Estado no miembro. La ruptura de esa unión previa ha roto la facilidad con la que contaban los turistas británicos para moverse por Europa. Y aunque hablemos de un fenómeno no económico, sí hablamos de un suceso que tiene un impacto en la economía y, especialmente, en un sector turístico y unos turistas que hoy exigen a sus gobernantes, los mismos que rompieron la unión, que alcancen acuerdos que permitan esa libre circulación de personas.
La prensa, a lo largo de estos meses, se ha hecho eco de estas demandas. Pues son muchas las manifestaciones que se hicieron, así como los turistas británicos que cuentan con residencia, estancias o deciden ir de vacaciones a otras economías de la Unión Europea. Y ello, como puede apreciarse desde la ruptura, hoy es mucho más difícil. Visitar la residencia de verano en España, ir a pasar las vacaciones a Italia, o bajar a beber un buen vino a Francia es hoy mucho más difícil para un británico que antes de que se produjera el Brexit. Con la ruptura de la unión, los acuerdos se esfumaron, y esos tratados de libre tráfico de personas lo hicieron de la misma manera.
Por esta razón, muchos turistas británicos, incluso, están solicitando, incluso, la nacionalidad de un país europeo con el fin de poder pasar sus últimos años de vida en estas economías tan veraniegas y que tanto gustan a los jubilados británicos. La decisión de Reino Unido, además del importante coste económico mencionado, ha acabado afectando a la vida de una ciudadanía británica que hoy se revela contra un control que, previamente, no existía y facilitaba mucho la convivencia en una economía globalizada.
Y como decía, aunque hablemos de un coste no económico, el aporte del turista británico al sector turístico también ha comenzado a notar ese enfriamiento. Las trabas administrativas y burocráticas que ha generado el Brexit están incidiendo en un sector turístico que obtiene un elevado porcentaje de sus ingresos de estos turistas que visitaban el país. Y esa falta de beneficios ha llevado a los empresarios vinculados a este sector de numerosas economías europeas a apoyar a unos turistas británicos que, como digo, piden a los gobernantes alianzas y acuerdos que permitan a la ciudadanía volver a la normalidad.
Todas las decisiones que tomamos en la vida tienen un coste, y cuando vamos a llevarlas a la práctica, debemos contemplar todos los escenarios posibles. Los gobernantes en Reino Unido, cuando hablaban del Brexit, hablaban de numerosas ventajas, pero ningún inconveniente. Hoy, como vemos, existen inconvenientes que no se mencionaron. Y estos inconvenientes, como siempre ocurre con la intervención innecesaria de la clase política, acaba afectando a una economía y una ciudadanía que siempre debe pagar los platos rotos.
Para comentar, así como para ver ciertos contenidos de Hosteltur, inicia sesión o crea tu cuenta
Inicia sesiónEsta opinión no tiene comentarios.