El Brexit, geoblocking y el tiro al pie europeo
4 abril, 2017 (16:53:48)No oculto que el título mismo es ya suficiente para provocar el debate. Quizás es la única manera de despertar al Lobby Turístico Europeo -si es que existe- y exponer su posición antes de “dispararnos al pie” con la propuesta regulatoria que la Comisión Europea presentó el pasado verano y que está siendo “negociada” actualmente en el Parlamento y Consejo de la Unión Europea para acabar con el “geoblocking” vía web que presenta precios diferentes y bloquea compras del mismo producto, dependiendo del país de origen. Parece que dicha regulación estará lista en su versión definitiva antes de que termine el primer semestre de 2017. Lo tenemos difícil como sector turístico, pero es urgente organizarnos y empezar a explicarnos … ¿O defendernos?
Lo tenemos difícil porque la Unión Europea ha decidido asentar el mercado único digital de modo definitivo y pretende considerar este tipo de acciones de geobloqueo web como discriminatorias, persiguiéndolas y penalizándolas. Desde el punto de vista del consumidor y de sus organizaciones y defensores, el planteamiento es simplista, pero efectista y sería el siguiente: “¿Se imagina usted que siendo español y de viaje por Europa entrara en una tienda y le cobraran más por su nacionalidad? El “enfado” sería monumental, ¿Verdad? Y pediríamos la hoja de reclamaciones”. Pero esto no es exactamente así.
Tras el tortuoso calendario del Brexit, en abril del 2019 el Reino Unido habrá abandonado la Unión Europea. Esa temporada -si no antes- un británico entrará en la tienda y le cobrarán menos por su nacionalidad. Lo cual, no creo que le “cabree”. El motivo real no es su nacionalidad, sino la situación diríamos macroeconómica de la región del mundo donde vive. La UE no llegará a considerar esa actuación una práctica contraria a la competencia y algunas empresas turísticas y hoteleras respirarán aliviadas.
No es un mercado imperfecto y discriminatorio por origen. No. Es simplemente el mercado.
Resulta que en la UE los países y regiones tienen primas de riesgo sensiblemente diferentes y viene el “mercado único digital”, auspiciado por las mismas instituciones que exigen reflejar macroeconómicamente esas diferencias, a decirnos que el precio del producto ha de ser el mismo en Hamburgo o en Catania, en la Región de París o en el Alentejo portugués… ¿O acaso vale lo mismo el metro cuadrado de una vivienda o de un local en París que en Alentejo?
El mercado único digital no es perfecto. Yo diría que el mercado único digital con todas sus indudables ventajas, incuestionables ventajas, tiene algunas sombras que debemos encarar. Ahí tenemos los efectos no deseados sobre el precio del alquiler de vivienda en Ibiza, Palma y algunas zonas de Barcelona o Madrid incrementado de modo desorbitado por el “efecto AirBnb”. Éste es un efecto negativo sobre el consumidor del mercado digital… Aquel es un efecto negativo sobre las empresas turísticas europeas.
Sentémonos a hablar. No todo es blanco o negro. Los matices del gris tienden a ser muy variados y visten a todos.
Antes de que este mismo año se imponga la regulación y comiencen las sanciones ¿Hay alguien ahí fuera del Lobby Turístico que salga a camino? Fíjense, la Comisión Europea ha excluido expresamente de esta propuesta de Reglamento a los sectores de Transportes, Servicios Financieros minoristas y Servicios Audiovisuales… En fin ya vemos que hay consumidores blancos, negros o grises según sea el Sector. Éste ya es un buen argumento para llamar a la puerta. No tarden.
José Antonio Fernández de Alarcón Roca
Abogado
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