Co-crear para ser realmente sostenibles
Trabajando por una actividad turística socialmente responsable 28 agosto, 2023 (17:52:10)El turismo requiere cambios en algunos paradigmas, uno de ellos es, afirmar que su desarrollo podría ser la solución a todos los problemas de un territorio. Acción que tiene tanto de cierto cómo de falso, más cuando no existe planificación desde la institucionalidad y peor aún cuando los habitantes del territorio no son tenidos en cuenta en estos procesos de gobernanza.
Siempre que un territorio, gracias a la “gestión” de sus gobernantes, habla de turismo con el objetivo de convertirse en destino atrayente de visitantes, viajeros y turistas, dirige su mirada hacia los recursos culturales y naturales con la firme intención de llevarlos a su uso bajo el nombre de “atractivo turístico”, un lugar en donde se pueden desarrollar actividades y prestar servicios como alojamiento o alimentación -entre otros-, y primordialmente, que permita tener cifras para mostrar en sus informes. Así entonces, se plantea la necesidad de arreglar las vías, definir nuevos usos del suelo, pago o disminución de impuestos, estrategias de mercadeo como participación en ferias, ruedas de negocios, viajes de familiarización para periodistas y otras tantas que se implementan para “vender el destino”. Sin embargo, mucho de esto es planteado o realizado aún cuando no se está preparado como destino, y al contrario, continúa siendo un territorio desatendido e ignorado, cosa que es desastrosa para efectos del desarrollo de una actividad económica que aporte e impacte positivamente a sus habitantes, su cultura, ambiente y economía.
Afortunadamente, hoy existen diferentes organizaciones y agremiaciones que acompañan, gestionan, co-crean y trabajan de la mano de los habitantes del territorio, empresarios, emprendedores, instituciones educativas y gobiernos locales, con el principal objetivo de ejecutar acciones en los territorios para prepararlos como destinos sostenibles y en donde la actividad económica del turismo realmente tenga un impacto socialmente responsable con las comunidades que lo habitan. Ejemplos en latinoamérica ya hay muchos, por citar algunos:
- México: El Sustainable & Social Tourism Summit A.C. y Sustentur. Quienes trabajan junto a otras instituciones para promover una cultura de la sostenibilidad, la responsabilidad social y la solidaridad en el turismo; y que este año celebran la 7ma. edición de su Congreso Iberoamericano de Turismo Sostenible y Socialmente Responsable en la Ciudad de León, Guanajuato.
- Colombia. La Asociación Colombiana de Turismo Responsable -ACOTUR-. Quienes celebran 10 años trabajando por el desarrollo y la promoción del turismo responsable en Colombia, comprometidos con la conservación del patrimonio natural y cultural así como con la reconstrucción del tejido social para un mejor país.
- Chile. Regenera ONG. Organización comprometida con el desarrollo sostenible de las personas y sus comunidades, quienes reúnen experiencia empírica en el diseño y comercialización de servicios turísticos, planificación, capacitación y el desarrollo de estudios técnicos de distinta índole asociados al turismo y el desarrollo sostenible.
Sólo hay que ver cómo se describen dichas organizaciones para encontrar puntos que confluyen y términos que denotan la importancia que tiene el SER HUMANO en el desarrollo de un turismo realmente sostenible: “responsabilidad social y la solidaridad”, “reconstrucción del tejido social”, “desarrollo sostenible de las personas y sus comunidades”. Dejando claro que la actividad turística tiene el foco en las personas, denominando esto como “Socialmente responsable”, y así entender que cualquier acción en los territorios debe aportar al bienestar tanto de sus habitantes -anfitriones-, como de los visitantes, viajeros o turistas.
Para visualizar los impactos positivos, como los negativos, que pueden llegar a los territorios que se suman a la transformación en destino turístico, desde la dimensión “socialmente responsable”, a continuación comparto con usted mi estimado lector lo que considero importante al respecto.
Empecemos por las acciones que generan impactos positivos:
- Involucrar a la comunidad local en la toma de decisiones de planificación, organización, ejecución y control de sus territorios hacia el desarrollo turístico. Desde el “momento cero”, como sería el preguntar si la comunidad quiere dicho desarrollo para su territorio.
- Generar oportunidades laborales dignas, bien remuneradas, igualitarias, accesibles e incluyentes.
- Apoyar el emprendimiento y la creación de empresas -incluyendo oportunidades de financiación e inversión-.
- Crear oportunidades de educación y capacitación para el turismo.
- Promover el comercio justo y la compra de productos/servicios locales (productos agropecuarios, muebles, bebidas, consultoría, entre otros).
- Promover e incentivar la oferta de cocinas tradicionales, artesanías, música, danza y demás manifestaciones culturales que generen arraigo y sentido de pertenencia por la cultura propia del territorio.
- Prevenir la explotación sexual y comercial de niñas, niños y adolescentes; y promover su protección.
- Prevenir la discriminación y promover la igualdad.
- Garantizar la seguridad pública de los habitantes del territorio y visitantes, desde la prestación de servicios de salud y atención de emergencias, hasta medidas de prevención y vigilancia local.
- Promover e incentivar la incorporación de prácticas y soluciones para la accesibilidad de todas las personas a los establecimientos, lugares y servicios turísticos. Para esto recomiendo el Manual sobre Turismo Accesible para Todos: Principios, herramientas y buenas prácticas, de la OMT.
- Definir, monitorear y controlar capacidades de carga / volumen de visitantes, con el objetivo primordial de prevenir la sobre visitación que tantos problemas trae al destino.
Ahora, para entender el daño que puede generar el turismo -si no accionamos lo anterior-, relaciono algunos impactos negativos (característicos de destinos masivos):
- Deterioro del entorno natural y cultural de los habitantes del territorio ocasionado por el excesivo flujo de visitantes y turistas, como la pérdida de tranquilidad por la generación de ruido excesivo y la contaminación visual; congestión de las calles, del transporte público, de restaurantes y otros servicios; además de algunos impactos negativos de carácter ambiental como el aumento de residuos sólidos, aguas residuales y alto consumo de recursos públicos; la degradación de los senderos por compactación del terreno y erosión; la extracción de fauna y flora nativa de áreas naturales, entre otros.
- Especulación y aumento de precios en la compra y arrendamiento de propiedades. Afectando además la disponibilidad y accesibilidad de viviendas, que en el peor de los casos obliga al desplazamiento/migración de los habitantes del territorio.
- Especulación y aumento de precios en diferentes productos y servicios de primera necesidad, como alimentos, servicios públicos y de sanidad, entre otros.
- Comercialización excesiva que lleva a la pérdida de la autenticidad de un destino hasta volverlo un “centro comercial” igual a muchos del mundo que venden productos que ni siquiera son elaborados en la región o el país que se visita
- Explotación laboral, donde los trabajadores reciben bajos salarios, enfrentan largas jornadas laborales y condiciones precarias.
- Cambios en la dinámica comercial de restaurantes, que priorizan la gastronomía internacional sobre la cocina tradicional, llevando a la desaparición de las tradiciones y el deterioro cultural.
- Deserción estudiantil, por la falsa ilusión del dinero fácil ya que hay turistas en las calles y así pensar que es mejor trabajar en las calles que estudiar.
- Microtráfico de sustancias estupefacientes, y el uso de niños y jóvenes para ello.
- Explotación laboral infantil y prostitución con menores.
- Para finalizar, todo lo anterior puede introducir cambios en los valores, principios y normas locales en la medida que se adapten éstos para acomodar a los visitantes y sus expectativas, llevando a la pérdida de sentido de pertenencia y por consiguiente cambios radicales en la cultura propia del territorio.
Entender y ser consciente que cada acción o inacción desde la planificación de un territorio con miras a convertirse en un destino turístico tiene un impacto sobre las comunidades -y los visitantes o turistas-, es primordial al momento de planificar y visionar el futuro. Por ello es necesario implementar estrategias de gestión sostenible -con procesos de gobernanza- que mitiguen estos efectos y promuevan la preservación a largo plazo del destino y su comunidad.
Para complementar lo anteriormente expuesto, lo invito estimado lector a ver la siguiente entrevista. Aquí converso con el Señor Fernando Mandri Bellot, Presidente del Comité Organizador del Sustainable & Social Tourism Summit, quién nos hablará del congreso y la importancia de participar en eventos profesionales de turismo sostenible.
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