El índice de irritación turística explota en Canarias y Baleares
Parte de la poblacion local esta en contra del turismo masivo 28 mayo, 2024 (01:10:29)Hace 50 años el profesor de la Universidad de Toronto George Victor Doxey estudió el comportamiento de las poblaciones locales frente al turismo.
Con la llegada de los primeros turistas hay euforia por los posibles beneficios que van a aportar. Luego se van familiarizando con ellos. Cuando llegan demasiados, los equilibrios pactados tácitamente se debilitan. Aparece la irritación que, al cabo del tiempo, se puede convertir en rechazo . En esta última fase es cuando surge la turismofobia. Ese comportamiento se mide con el índice de irritabilidad turística.
En Canarias y Baleares ese índice se ha disparado. Todavía no estamos en la fase del rechazo, pero se llegará pronto si las autoridades no toman las medidas necesarias: paralización de nuevos proyectos , imposición de tasas turísticas en algunos municipios y construcción de vivienda social en régimen de alquiler.
La historia del turismo en los archipiélagos es la historia de un éxito. Los desarrollos inmobiliarios y hoteleros generaron una nueva fuente de riqueza. En el lado negativo, la construcción de horrorosos bloques de apartamentos afeó irremediablemente el paisaje de muchas zonas.
El crecimiento ordenado-el turismo siempre crece-ofreció también trabajo a la población local e ingresos fiscales a las administraciones.
La explosión de las compañías aéreas de bajo coste y la aparición de plataformas tecnológicas que pusieron en el mercado decenas de miles de viviendas de uso turístico han desordenado el ritmo y provocado numerosos problemas. Las autoridades canarias mantuvieron durante años una moratoria hotelera para proteger a los que ya estaban ‘instalados y ahora las de Baleares han limitado la oferta de alojamiento, pero estas medidas corresponden a etapas ya pasadas. Además de toda esa oferta reglada, hay un mercado ilegal y difícil de controlar en el que arrendadores y arrendatarios contratan entre sí al margen del sistema fiscal.
Hace ya tiempo que en varias islas se ha superado la capacidad de carga del sistema y los perjuicios empiezan a percibirse como superiores a los beneficios En conjunto, el turismo representa más de un tercio del PIB y del empleo en ambos archipiélagos, lo que les convierte en las CCAA que más depende de esta actividad. Alguna de las islas como Tenerife afronta problemas de difícil solución. Es una isla pequeña, la mitad de Mallorca, pero tiene más de un millón de habitantes y recibe 6,5 millones de turistas anuales, lo que significa que, de media, un día cualquiera, al menos 200.000 pernoctan allí. Una orografía complicada limita los espacios habitables y dificulta la construcción o ampliación de las vías de comunicación, imprescindibles, puesto que la población local reside en el norte y la actividad turística se desarrolla en el sur.
En todas las islas Las construcciones turísticas han expulsado a la agricultura de su espacio tradicional ,la pesca se enfrenta a numerosos problemas y la industria no existe.
Toda gira en torno al turismo. No hay cambio de modelo posible. Es imprescindible que sea sostenible.
En el primer trimestre de este año ha crecido especialmente en Canarias a pesar de un contexto internacional difícil. El encarecimiento de los billetes aéreos y del alojamiento y la difícil situación económica en Gran Bretaña y Alemania, los países que más turistas mandan, influyen menos en la decisión de viajar que el deseo de disfrutar. Los alojamientos más caros son los que primero se venden
El lobby de las principales empresas del sector – Exceltur- se pregunta en su informe de abril si es deseable un crecimiento tan rápido en referencia al conjunto de España. La respuesta es no.
En Canarias los índices de paro y de pobreza son de los más altos del país. En ambos archipiélagos Es imposible conseguir una vivienda en alquiler a precios razonables. Hay muchos puestos de trabajo sin cubrir porque no hay alojamiento cerca, los salarios son bajos y el transporte al lugar de trabajo es lento .
Las autoridades han reconocido que tienen un problema y ya empiezan a estudiar remedios. La gente se lo ha recordado el 20 de abril. Exigen que se controlen los flujos turísticos. Limitar el número de turistas que llegan a un destino es solo posible en el caso de algunas islas menores. El instrumento más utilizado internacionalmente es el de la política fiscal: las tasas turísticas que, aunque no tienen efectos disuasorios generan ingresos para los municipios afectados.
Cuantos más turistas se alojan o visitan un municipio, mayores son las necesidades de servicios públicos. Los ingresos municipales proceden de transferencias y de ingresos propios por tasas y licencias. La más importante es el IBI, que pagan los propietarios de viviendas, mayoritariamente residentes. Esos incrementos de los servicios públicos se pueden pagar con ingresos procedentes de los bolsillos de los residentes o con nuevas tasas que pagarían los turistas, que son los que han generado esa necesidad. Somos el único país turístico del mundo, con la excepción parcial de Cataluña y Baleares, que ha optado por hacer pagar a los residentes los gastos generados por los visitantes.
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