De qué hablamos cuando nos referimos al turismo de lujo
21 septiembre, 2017 (15:33:48)En un reciente informe elaborado por la publicación Condé Nast Johansen en base a las encuestas realizadas a 725 usuarios de sus guías de destinos y hoteles, la ciudad de Nueva York aparecía como primera plaza mundial en lo referente al turismo de lujo, seguido de Barcelona y otras ciudades europeas como Roma, Venecia, Florencia o París.
Sin embargo, más allá del ranking elaborado por la reconocida publicación, al que se suman otros provenientes de diferentes organizaciones y empresas con resultados similares, lo relevante de este tipo de informes es la información que aporta sobre un tipo de turista hoy día altamente disputado por la industria turística a nivel global. Un turista que, según la destacada revista, podríamos describir como de alto poder adquisitivo, con una alta preferencia por la estadía en hoteles de lujo y cruceros –reservando las habitaciones de máxima categoría y suites-, un gasto medio anual elevado –más de 3.500 euros- y que realiza, en total, unos cuatro viajes al año mínimo.
Para aquellos destinos, muchas veces maduros, que se encuentran inmersos en proceso de reestructuración o, simplemente, para los que apuestan por su diversificación o por atraer a un nuevo tipo de turista con mayor capacidad de consumo, muchas veces ligado al denominado turismo de calidad, el conocer el perfil de estos turistas se presenta como una oportunidad de vital importancia.
En el presente artículo nos centraremos en las principales características de este tipo de turistas basándonos, sobre todo, en el reciente informe publicado por The Ostelea School of Tourism and Hospitality, centro adscrito a la Universitat de Lleida, denominado Turismo de Lujo: tendencias en viajes y destinos.
Así, según esta prestigiosa institución, parece evidente que el viajero que realiza turismo de lujo busca experiencias únicas, de la mayor calidad posible, desplazando la cuestión económica a un segundo plano. Para el ámbito español y europeo, entre las características de este tipo de turista se podrían resaltar las siguientes: profesionales de entre 30 y 40 años, con idiomas y un mayor conocimiento que la media sobre el destino al que quiere viajar; ingresos superiores a los 150.000 euros anuales; un consumo elevado, el 54% de estos viajeros gastan entre 5.000 y 10.000 euros en un viaje, pero su presupuesto puede llegar a ascender hasta los 50.000 euros en, por ejemplo, una luna de miel; acostumbrado a repetir destino y alojamiento, por lo que es altamente apreciado por el sector; viaja, sobre todo, en agosto y diciembre, con un 11 y 14% respectivamente; con una duración de la estancia media-alta, en torno al 46% de los turistas suele pasar unos diez días en destino, seguidos de un 30% que lleva a cargo viajes superiores a las dos semanas y, para finalizar, con especial interés en hoteles de alta calidad, spa, gastronomía, instalaciones deportivas, etc.
En resumen, se trataría de un turista que elige destinos exóticos, que gasta gran cantidad de dinero, que es fiel y tiene interés por la gastronomía y el relax. De este modo, para aquellos destinos que intentan posicionarse como referentes del turismo de lujo, estos elementos pueden ser de gran interés a la hora de intentar crear o diseñar experiencias y nuevos proyectos.
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