No, no se ponga en mi lugar
11 junio, 2024 (01:24:10)El pasado mes de marzo se cumplieron cuatro años del inicio de la pandemia. 2023 ha sido, sin duda, un buen año turístico, y los ingresos han aumentado de forma importante, llegando incluso a superar los del 2019, que había sido, hasta entonces, el año récord. Con tan buenos datos, parece que ya nadie recuerda la terrible crisis que atravesó el sector debido a la COVID-19. Yo sí me acuerdo y, como yo, todos los empresarios y trabajadores del sector que la sufrimos en primera persona.
El 2023 ha sido un buen año para el turismo, sí, pero cabe matizar que los ingresos se han visto afectados por la inflación y la subida de precios, la cual ha sido muy importante en el sector. A nivel de pernoctaciones, el crecimiento acumulado entre 2019 y 2023 habrá sido del 1,2% o de un 0,3% anual, lo que supone un crecimiento prácticamente nulo.
Con el importante incremento de los ingresos, la espectacular y rápida recuperación, y las buenas expectativas para el año 2024, ahora todo son buenas noticias sobre lo bien que va el turismo, la importancia que tiene, los récords que está consiguiendo, etc., y ya nadie parece acordarse de la brutal crisis que tuvo que soportar el turismo durante la pandemia.
La bajada de ingresos del sector turismo y los distintos subsectores que lo integran ha sido, sin duda, la más grave crisis que sector alguno haya tenido en los últimos cien años. Tres años es mucho, demasiado tiempo, y una eternidad para los empresarios y autónomos que han estado sufriendo esta inacabable agonía.
Una vez superada la crisis del turismo, el cierre del año 2023 muestra nuevamente un sector turístico pujante que garantiza el crecimiento del PIB, hace que el empleo crezca y que la balanza de pagos comercial y de servicios vuelva a estar en positivo.
Pero no se puede olvidar el sacrificio y deterioro que el sector sufrió en la pandemia, y para ello nada mejor que traducir a sueldos de políticos, funcionarios, empleados y trabajadores lo que realmente habrían cobrado si sus ingresos hubiesen tenido una caída como la del turismo y sus empresarios grandes, medianos y pequeños.
Las cifras de la caída de los ingresos turísticos son tan espectaculares que hablan por sí solas, por ello se trata simplemente de trasladar a sueldos de los distintos grupos seleccionados lo que habrían cobrado realmente aplicando el mismo porcentaje de caída que el turismo en su conjunto tuvo.
Con estos datos ya traducidos a las economías familiares, podemos tener una clara idea de la dureza de la crisis y del enorme esfuerzo y sacrificio que ha supuesto para las empresas que han sobrevivido el hecho de superarla. Al mismo tiempo, es posible entender que decenas de miles no hayan podido vencerla y se hayan quedado en el camino.
Eran empresas vivas, que muchas veces mantenían su plantilla a trancas y barrancas, pagaban la Seguridad Social, impuestos y tasas correspondientes, permitían que sus proveedores pudieran mantenerse y, solo en ocasiones, se permitían el lujo de tener beneficios.
¿Qué puede hacer un empresario cuando de un día para otro caen sus ingresos a cero? Ayer vivías mal que bien y hoy te encuentras con un total vacío, del que no tienes ninguna culpa y que no sabes ni cómo se ha producido ni cuánto va a durar, la única preocupación es la de cualquier ser vivo, ¡sobrevivir!, y ver la forma en que puedes hacer frente a tus múltiples obligaciones.
Con ingresos cero o de un 10 o 20% de los normales, eso es una pura quimera. Si se consiguen mantener la cabeza fría y los nervios templados, se tienen que analizar los recursos con los que se cuenta y a los que teóricamente se puede recurrir. Después, se ha de dilucidar qué gastos son los que se pueden aplazar y/o disminuir, aparte de los variables que, como es lógico, al no tener actividad bajan de forma casi proporcional a la caída de ingresos.
Además, hay que pensar en cómo conseguir la imprescindible liquidez que se necesita y, todo ello, con la terrible incógnita de no saber cuánto va a durar la situación, ni qué gravedad va a tener. En otras palabras: temiendo el mañana.
Esto es lo que quiere reflejar este artículo, y traducir a cifras que todo el mundo puede entender, incluso esos políticos que tanto utilizan la coletilla del “yo me pongo en su lugar”.
No, no, no se ponga, pues no lo resistiría. Quienes en la pandemia han estado cobrando lo mismo que si estuvieran trabajando aunque no lo hicieran, justamente lo contrario que cualquier empresario o autónomo del sector turístico, difícilmente se van a poner en nuestro lugar y mucho menos a entendernos.
En el siguiente enlace, se puede consultar el % de caída de ingresos del Turismo Internacional a los diferentes salarios de España: https://public.flourish.studio/visualisation/18272747/
Antonio Núñez Pardo, Director General del Hotel Santo Domingo y CEO de TECNITUR.
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