CulFITURa, el papel de la cultura en Fitur 2025

FITUR es una de las grandes citas internacionales del negocio del turismo y todo lo que pueda tener relación con él. La oferta es inmensa, abundante, y con stands imponentes donde mostrar las magnificencias de cada lugar, por muy remoto que sea del planeta. Desde grupos ataviados de época, trajes típicos, pasando por espectáculos y danzas típicas, hasta llegar a la muestra y cata de productos locales, de todo tipo. Todo ello hace de FITUR un colorido y trepidante escenario con el ir y venir constante, acelerado, a veces nervioso, otras colapsado, de personal de eventos, de comerciales, directivos, responsables y sí, también políticos, que muestran orgullosos sus bondades entre baños de masas y medios de comunicación, locales, nacionales e internacionales.

Ahora bien, ¿qué papel juega realmente la cultura en una muestra como FITUR? ¿Dónde queda la cultura? Ya que, he tenido oportunidad de ver como propuestas culturales se mezclaban con rutas deportivas, con oferta gastronómica, senderismo, etc. Pues la verdad es que se trata de una interesante pregunta, primero tal vez deberíamos intentar definir cultura y si todo vale. Porque la sensación que le queda a servidor, es que cultura se ha convertido, desde hace un tiempo en una especie de "Cajón de Sastre", donde meter todo lo que no metemos o no cabe en otros lugares. Y tal vez no esté tan mal, si como cultura nos decantamos por aquella definición del contenedor de valores humanos y que funciona a modo de pieza conectora social, igual divulga, que entretetiene, que conserva y preserva,…en fin, a buen seguro, ya me entienden. Así que tal vez la pregunta se debería dirigir más concretamente a la clase política y sus responsables en la administración, y conocer así las líneas estratégicas sobre, para y por la cultura pura y dura. Preocupa enormemente, volver a escuchar términos que parecían o creíamos, superados, como desestacionalización. A los Gestores Culturales Profesionales, en general nos preocupa, y bastante volver a oír este término. Ya que desconocemos si hablamos de recesiones o si simplemente se trata del retorno de un modismo. En cualquier caso, y valorando muy positivamente las propuestas, choca asistir a algunas mesas redondas, charlas, o ponencias, cuya temática es alrededor de la innovación, y donde aparece y se deja entrever “desestacionalización”, al más puro estilo de hace años. Cuando parecía superado el hecho de que la cultura no era producto de ningún período y se puede dar y de hecho lo hace, en cualquier momento y lugar.

La cultura no debe ni puede perder el tren de la innovación, sin duda, y no se trata de que implementen tabloides digitales, códigos QR o simplemente maravillosas webs, sino que debe apostar por una modernización estructural y del sector acorde a la innovación sectorial turística. Las cadenas deben normalizar la implementación e incorporación de la figura del Gestor Cultural Profesional de forma habitual en sus plantillas, personal debidamente titulado y cualificado en la gestión cultural, al igual que lo hacen con economistas, directores, personal diverso del sector. El Gestor Cultural Profesional cualificado, titulado es garantía, de que los criterios y procesos culturales que se implementen no solo sean del agrado del cliente, sino que se asocien con la marca y por tanto generen vinculación, excelencia y en donde las ofertas hagan que dichos profesionales aporten una experiencia enriquecida del turista o visitante, con un acompañamiento cultural al visitante, en función de su perfil, donde desde las cadenas y establecimientos se les dé no solo una mera información de eventos de su interés sino que sea capaz de desgranarlos y permitir que el visitante tenga todo tipo de información. Hay conciertos, teatro, pero que no solo sepa si hay conciertos, teatro o si hay algún acontecimiento especial, sino saber que busca o que necesita, un teatro amateur, orquesta joven, consagrada, un grupo de creación, talleres de artes plásticas, patrimonio, etc. Un hecho muy positivo que sin duda incentivaría la creación, la producción y motivaría la búsqueda de la excelencia en cualquier producto cultural. Yo si me permiten, jocosamente, acuñaría el término “Ponga un gestor cultural en su empresa”, para garantizar que la excelencia turística que ofrecemos y que es mucha, sin duda alguna, fruto del trabajo, esfuerzo y empeño de muchas personas del sector, pueda ir acompañada de la mejor experiencia cultural posible en manos de profesionales de la cultura, los Gestores Culturales Profesionales.