Si tu destino se vuelve viral, no lo dejes sin respaldo legal
Turismo, canciones y propiedad intelectual: cuando los hits llenan hoteles 16 abril, 2025 (09:34:38)"It’s Friday then… it’s Saturday, Sunday, what?"
Ese temazo de Riton & Nightcrawlers se convirtió en el himno de las escapadas de fin de semana post-pandemia. ¿Y qué tiene que ver esto con el derecho turístico? Bastante más de lo que parece.
La música crea imaginarios, activa nuestras emociones y despierta las ganas de hacer la maleta. Si a eso le sumamos un videoclip grabado en una playa paradisíaca o en un callejón con encanto caribeño, tenemos un cóctel perfecto: una canción puede transformar un lugar cualquiera en un destino turístico de alcance global.
Ahora bien: ¿qué pasa con los derechos? ¿Quién puede beneficiarse? ¿Y qué dice la normativa?
De “Despacito” a “Calypso”: el Caribe como escenario turístico musical

¿Quién no recuerda, hace unos años, escuchar Despacito en todas partes? Aquel éxito global no solo arrasó en listas de reproducción, sino que convirtió una humilde playa boricua en un icono turístico internacional. La canción hablaba de disfrutar despacio, de saborear la vida… y puso a Puerto Rico en la mente de millones de viajeros.
Se llegó a hablar de un aumento del 45 % en el turismo a la isla, aunque en realidad ese dato se refería a las búsquedas online de viajes a Puerto Rico, no a un incremento real en las llegadas. Según medios especializados y fuentes oficiales, no se produjo un repunte significativo en la ocupación hotelera, aunque sí quedó clara una cosa: el impacto en la imagen del destino fue inmediato y global.
Y esto no es un caso aislado. Luis Fonsi, con Calypso, siguió explorando esa conexión entre ritmo caribeño y deseo de viaje. Pero también lo han hecho otros artistas con un compromiso mucho más marcado con sus raíces.
Residente (René de Calle 13) ha convertido su música en una carta de amor crítica a Puerto Rico. Vídeos como Latinoamérica o El Apagón combinan letras potentes con imágenes reales del territorio, en un ejercicio de identidad visual y social. Lo mismo ocurre con Bad Bunny, que ha sabido proyectar la isla al mundo sin filtros turísticos, sino desde la autenticidad.
Y si miramos hacia Colombia, encontramos ejemplos como Shakira y Carlos Vives, quienes en temas como La bicicleta o Robarte un beso han mostrado rincones reales de Barranquilla, Santa Marta o Cartagena, con un directo efecto sobre la promoción turística y cultural del país.
Juan Luis Guerra, desde la República Dominicana, ha sido uno de los mayores embajadores musicales del Caribe. Con temas como Ojalá que llueva café, La bilirrubina o Bachata rosa, ha proyectado, sin lugar a dudas, una imagen alegre, auténtica y profundamente dominicana.
Y tampoco nos podemos olvidar el fenómeno Buena Vista Social Club, que a finales de los 90 rescató el son cubano y lo convirtió en símbolo global de una Cuba tradicional, melódica y llena de vida. Su éxito discográfico y cinematográfico puso de moda La Habana vieja, su música y su estética, consiguiendo atraer a miles de turistas que buscaban esa autenticidad.
Todo ello confirma lo evidente; cuando la música conecta con el territorio, el videoclip puede ser la mejor campaña de un destino. Aunque no siempre esté regulado, ni sea consensuado.
¿Y los derechos qué?
Desde el punto de vista jurídico, tenemos lo siguiente:
- Derechos de autor: la canción, el videoclip, las coreografías o imágenes están protegidas por derechos de propiedad intelectual.
- Derechos de imagen y patrimonio: si en el vídeo aparecen elementos protegidos (personas, edificios singulares, símbolos culturales), se abre la puerta a otras figuras jurídicas.
- Uso promocional posterior: si un destino o una empresa turística reutiliza ese contenido en su comunicación, necesita contar con licencias adecuadas y, a veces, autorizaciones expresas.¿Y si el artista no quiere?
El autor puede ejercer su derecho moral y oponerse a usos que desvirtúen su obra. No todas las canciones quieren acabar siendo banda sonora de una campaña institucional. Por eso, cada vez más destinos están cerrando acuerdos directamente con artistas o productoras, para garantizar un uso coherente y mutuamente beneficioso.
El Caribe, la música y una oportunidad legal
El Caribe ha comprendido bien este fenómeno. Algunos países y regiones están registrando marcas turísticas, lemas o logotipos, y apoyando a artistas locales para que graben en zonas estratégicas. Todo ello con acuerdos claros sobre el uso de imagen, retorno económico y promoción territorial. Una fórmula tan creativa como jurídicamente sólida.
¿Qué puede hacer un destino o una empresa turística?
Desde la práctica legal, recomendamos tres cosas básicas:
Negociar licencias si se va a utilizar contenido musical con fines promocionales o turísticos. (¿Vas a usar la canción como anzuelo ideal? Sin licencia previa, te puede salir mal.)Proteger el patrimonio cultural y paisajístico mediante figuras legales como marcas, indicaciones geográficas o derechos afines. (Protege lo que tienes: paisaje, cultura y tradición, con marcas y derechos en buena condición)Establecer alianzas con artistas y productoras, anticipando cómo se va a usar el material y con qué alcance. (Alíate con artistas, productoras y talento, y deja el uso claro en cada documento.)
La música emociona. El turismo conecta. Y el derecho ordena todo lo que viene después. Así que si este viernes suena algún hit que hace soñar con Caribe, asegúrate de que todo esté bien firmado antes de lanzarlo al mundo.
Joana Tremba
Abogada de MONLEX
jtremba@monlexabogados.es
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