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Turismo rural en Andalucía: bajada histórica de la ocupación en julio y agosto

6 septiembre, 2012

La Red Andaluza de Alojamientos Rurales, RAAR, asociación decana que lleva más de 20 años en activo, afirma que se ha producido una “bajada histórica de la ocupación en las casas rurales de Andalucía, durante los meses de julio y agosto”.

El balance del verano ha sido “desastroso”, afirman los técnicos de la RAAR tras el primer análisis de los datos registrados. La cifra media de ocupación durante estos meses ha quedado claramente por debajo del 30% mientras que lo normal en estas fechas sería un 85-90%.

Los técnicos precisan que el compartimiento ha sido muy desigual entre los alojamientos que se encuentran en el interior, y los que están cerca de la costa, o cuentan con piscina propia o alberca. En este último caso, tanto buena parte de las casas que cuentan con piscina, como las que están cerca de la costa, la ocupación estos dos meses roza el 90%, en contraposición con el resto de alojamientos que en muchos casos se han quedado vacíos.

Las altas temperaturas han influido muy negativamente, debido al hábito de reservar a última hora. La histórica ausencia de una promoción unificada y la situación económica actual que se está cebando con el turista nacional, principal cliente del turismo rural andaluz, son las causas de que este sector esté atravesando uno de los momentos más “negros de su historia”.

Otra de las razones para la bajada sucesiva en la ocupación es la extrema competencia que están soportando en los últimos tiempos con los grandes establecimientos hoteleros de la costa. “Ofrecen precios bajísimos a cambio de más servicios y playa, y la gente ahora mira más su bolsillo que la experiencia única que le ofrece el turismo rural”.

Los propietarios y gestores de alojamientos rurales están muy preocupados por el futuro de sus pequeños negocios. Si julio y agosto como meses de temporada alta por excelencia han sido malos, cabe pensar que las previsiones para los próximos meses son más que negativas. A lo que hay que unir el incremento de los costes que tendrán que asumir por la subida del IVA, carburantes, recibos eléctricos, entre otros suministros.

A las reservas de última hora por la comparación constante de precios, a la reducción de estancias cada vez más cortas, se une el hecho de que a partir de septiembre y hasta finales de año, la ocupación es más probable que se limite a los puentes, incluyendo la Navidad, que también ha quedado reducida a “dos fines de semana largos”.

Desde la RAAR se hace un llamamiento a las administraciones públicas para que las anunciadas medidas de apoyo se pongan en marcha, dando prioridad a los pequeños negocios turísticos rurales. Funcionan únicamente por la iniciativa privada, y muchas veces, por el esfuerzo de pequeños empresarios y familias, muchas de las cuales se están planteando ya abandonar esta actividad.