Un cocinero español entra en el mercado hotelero alemán
23 octubre, 2008Pasar la noche en este ático con vistas sobre los rascacielos de la ciudad cuesta 650 euros. El precio no incluye la cena en uno de sus restaurantes, cuya comida "tecno-emocional", heredera de Ferrán Adriá, del que se declara deudor, le ha valido ya numerosos reconocimientos. La suite, de 80 metros cuadrados, está situada sobre su "laboratorio gastronómico", ha explicado a Efe, donde experimenta con alimentos tanto españoles como germanos. La habitación, denominada 001-001, está pensada para "descansar y disfrutar de todos los servicios": desde recogida en una limusina Maserati hasta una excursión a su restaurante. Amador dirige dos restaurantes cerca de Fráncfort del Meno, en las localidades de Langen y Wiesbaden. A sus 39 años, dice tener una "mentalidad muy alemana a la hora de trabajar", sobre todo porque lo primero para él es "la disciplina y la perfección", pero asegura ser "español de corazón". "Arriesgo y trabajo muy duro mirando hacia delante, sin importarme lo que piensen los demás", prosigue. Hijo de inmigrantes granadinos, nació en Strümpfelbach, un pueblo de la Selva Negra alemana. Es el séptimo español en incorporarse al elenco de tres estrellas Michelin y el más joven de todos ellos en conseguirlo.