Serán eliminadas 3.000 plazas hoteleras obsoletas en el Arenal, Palma de Mallorca
20 noviembre, 2003La operación de esponjamiento diseñada por el Consell y el Govern para derribar varias manzanas de hoteles y viviendas en el Arenal de Llucmajor permitirá eliminar más de 3.000 plazas turísticas obsoletas. Sus propietarios serán compensados con la posibilidad de construir un total de 6.000 plazas nuevas en sendas zonas de desarrollo más apartadas de la bahía, junto a las urbanizaciones de Son Verí Nou y Bellavista. Este polígono tendrá una superficie de 48 hectáreas. Más complejidad revestirá la necesidad de ofrecer, también en suelos que hoy tienen calificación de rústico, alojamiento a los propietarios de las viviendas afectadas: en su conjunto, varios centenares de familias. Fuentes del Govern garantizaron ayer que el proceso se desarrollará de forma y consensuada, ofreciendo una compensación a todos los afectados: bien en metálico o con una vivienda de nueva construcción. La operación ha sido planteada además a largo plazo y se desarrollará durante un período de diez o quince año: «que nadie se preocupe porque no le vamos a echar abajo la casa a nadie mañana», añadieron. El Govern ya ha entablado negociaciones con la Administración central para obtener una parte de la financiación necesaria y tiene previsto presentar el acuerdo a principios de la próxima semana. La zona afectada por la demolición, que se extiende ante los pantalanes del club náutico, quedará transformada en espacios verdes y equipamientos deportivos. Por otra parte, fuentes del sector turístico advirtieron ayer que el Plan Territorial de Mallorca hará «inviable» cualquier operación de reconversión de plazas hoteleras, al exigir que los hoteles antiguos que echen el cierre sean demolidos y sus terrenos entregados a los ayuntamientos. La Ley General Turística aprobada por el PP durante la legislatura (1995-99) anterior a la llegada del Pacte del Govern sólo permite construir nuevos hoteles en Baleares si el promotor da de baja previamente un número equivalente de plazas obsoletas, procedentes de establecimientos de baja categoría que hayan echado el cierre. El mecanismo de canje se estableció de forma progresiva: para construir un complejo de 100 plazas -que en cualquier caso deberá tener una categoría de cuatro estrellas o superior-, es preciso dar de baja 50 plazas obsoletas. Para abrir un hotel de más de 300 plazas tiene que ser eliminado el mismo número en establecimientos que hayan dejado de ser rentables. A través del Plan Territorial, el Consell de Mallorca endurece estas condiciones exigiendo que el hotel que eche el cierre sea demolido. Además, su propietario tendrá que ceder al Ayuntamiento, en un plazo máximo de dos meses, la parcela para que pueda transformarse en una zona verde o en equipamientos públicos, como instalaciones deportivas para el uso de turistas y residentes. Esta medida convertirá en «prohibitivo» el coste de la operación para la mayoría de las empresas y dificultará el proceso de modernización de la planta hotelera si no va acompañada de incentivos dirigidos a la iniciativa privada, indicaron ayer a este diario representantes del sector. De hecho, desde la entrada en vigor de la Ley General Turística apenas han llegado a desarrollarse media docena de operaciones de reconversión mediante el canje de plazas obsoletas, que las empresas interesadas en abrir nuevos complejos han llegado a pagar a un precio de hasta tres millones de pesetas por plaza. A este desembolso, la empresa debe añadir la inversión necesaria para construir el nuevo hotel y para comprar los terrenos necesarios. Tras la entrada en vigor del Plan Territorial, deberá hacerse cargo además de la demolición del edificio obsoleto y entregar el solar al municipio sin recibir ninguna contraprestación a cambio, tal como informó el pasado domingo este diario. (M.A.R., diario El Mundo-El Día de Baleares, 20/11/03)