La otra cara del arte: los museos más insólitos de España
18 mayo, 2017 (15:24:04)Al pensar en un museo, lo primero que se nos viene a la mente son pinturas y esculturas clásicas cuidadosamente elaboradas. Pero, como bien dijo Renzo Piano “un museo es un lugar donde perder la cabeza”. Por eso, para celebrar el Día de los Museos de una forma original Hundredrooms selecciona las salas de exposición más insólitas de España, donde disfrutar de las muestras más extravagantes y únicas. Sin duda, un recorrido que borrará de la mente de muchos la idea de museo como un lugar puramente instructivo.
Museo de las Brujas (Zugarramurdi, Navarra)
Este museo pretende narrar una época oscura y trágica: la ‘caza de brujas’ que sufrió esta localidad navarra en 1610. Se trata de un lugar que alberga interesantes historias de forma rigurosa pero a la vez apasionante. A través de sus espacios puede contemplarse cómo vivían las gentes de aquella época y cómo sufrieron una persecución incesante por parte de la Inquisición.
Museo Atlántico (Lanzarote)
Situado a 12 metros de profundidad bajo el Océano Atlántico, en la Bahía de las Coloradas, pretende concienciar a sus visitantes sobre la conservación y educación del medio marino y la naturaleza. Para ello, se sirve de las obras del artista Jason deCaires Taylor que, talladas en hormigón de pH neutro, con el paso del tiempo servirán para incrementar la biomasa marina y facilitar la reproducción de las especies de la isla. ¡Ecológico e increíble!
Museo del Chocolate (Astorga, León)
Uno de los museos más dulces de España es el de Astorga, que cuenta la historia de este dulce en la localidad. En él se encuentran obras de publicidad chocolate de varias épocas, utensilios para su elaboración, imágenes de familias de chocolateros y muchas piezas más, relacionadas con el cacao y el chocolate.
Museo de Saleros y Pimenteros (Castell de Guadalest, Alicante)
Aunque todos tenemos un par en casa, la dueña de esta galería, Andrea Ludden, tiene nada menos que 20.000 saleros y pimenteros, que ha ido coleccionando en los últimos 30 años. Así, se reúnen diferentes figuras y diseños insólitos: algunos incluso hablan o se mueven.
Museo de las Miniaturas del Mundo (Mijas, Málaga)
Pulgas disecadas vestidas, la Última Cena en un grano de arroz, una batalla naval en la cabeza de un alfiler o las Siete Maravillas en un mondadientes son algunas de las insólitas obras del Carromato de Max. Compuesta por 360 piezas en miniatura coleccionadas por Juan Elegido Millán, el hipnotizador ‘Profesor Max’, en esta muestra hay que abrir bien los ojos para no perder detalle.
Museo del Orinal (Ciudad Rodrigo, Salamanca)
Desde luego, se trata de un lugar no apto para escrupulosos. En él se exponen más de 1.300 piezas de diferentes materiales, países y épocas. La muestra principal se completa con una colección de escupideras, utilizadas antiguamente en los bares para escupir tabaco o vino.
Museo de Soldaditos de Plomo l’Iber (Valencia)
En pleno casco histórico de Valencia se encuentra la mayor colección de figuras de plomo del mundo. Increíble no solo por la gran cantidad (más de 95.000 piezas), sino también por su variedad de marcas y su calidad de conservación. En este museo se pueden repasar las contiendas de Alejandro Magno, el Imperio Romano o las guerras carlistas, entre muchos otros. El detalle con que se exponen y su cuidado asombrarán a los visitantes.
Casa-Museo del Ratoncito Pérez (Madrid)
Un lugar dedicado a uno de los personajes que más ilusión aporta a los niños. En él se puede conocer la historia del Ratoncito Pérez y sus orígenes, en el cuento que Luis Coloma escribió para el rey Alfonso XIII cuando este era niño. En este museo no solo disfrutarán los más pequeños (para los que se hacen visitas todos los días y talleres) sino también los adultos que quieran rememorar su niñez.
Museo del Perfume (Barcelona)
Inaugurado en 1961, esta extraordinaria exposición está compuesta por cerca de 5.000 frascos. Desde los egipcios hasta la actualidad, constituye un recorrido cronológico por las diferentes culturas a través de un elemento apreciado y valioso en todos los tiempos.