La Oficina Nacional de Turismo de Corea instalará en FITUR 2022 un stand de 300 m2 en el que presentará sus novedades y presumirá de patrimonio cultural. Del 19 al 23 de enero, el país asiático mostrará que la coexistencia entre la tradición y la modernidad es posible con diferentes experiencias relacionadas con la cultura coreana.
El stand (6C02), con un diseño tradicional, ofrecerá a los visitantes experiencias interactivas con juegos y espectáculos de hologramas que descubrirán la cultura coreana y nuevas tendencias como el K-Pop. Todo esto complementado con experiencias de carácter tradicional, como talleres de caligrafía y pintura, exhibiciones de Taekwondo, o el ya mítico juego del calamar. Además, el stand contará con la presencia de agencias y aerolíneas que ofrecerán a los visitantes un servicio completo del destino.
Armonía entre tradición y vanguardia
Con una historia de más de 5000 años, Corea tiene un patrimonio cultural muy bien preservado. Palacios reales centenarios, santuarios, templos budistas o fortalezas coexisten en armonía con edificios de vidrio y acero. Hasta 15 emplazamientos son Patrimonio Mundial de la Unesco en un país en el que la capital, Seúl, es la punta de lanza de una oferta turística diversa y de referencia en Asia.
Seúl cuenta con casi 10 millones de habitantes y es una de las ciudades más seguras del mundo. En su skyline los palacios del siglo XIV conviven con los rascacielos y los pequeños mercados tradicionales se ubican frente a centros comerciales de tecnología puntera. Además, varias montañas ubicadas en pleno centro de la ciudad, aportan calma a esta gran urbe que nunca duerme. Seúl se ha convertido en una de las ciudades más atractivas de Asia.
Busan, la segunda ciudad del país, situada a poco más de dos horas y media de Seúl gracias al tren de alta velocidad (KTX), es una ciudad portuaria que actúa como uno de los centros logísticos más importantes de Asia y del mundo. Sus bonitas playas atraen cada año a millones de visitantes.
Otras ciudades más pequeñas también merecen una visita, como Gyeongju que fue capital de Corea durante 1000 años y que hoy es una auténtica ciudad-museo por su gran riqueza de edificios históricos; otras ciudades dignas de visitar son Andong, conocida por la cultura confucionista, o Jeonju, que posee un gran barrio repleto de casas tradicionales, llamadas hanok.
Además de la vida en la ciudad, los visitantes pueden disfrutar de una gran diversidad de paisajes que se distribuyen en un territorio de 100.210 kilómetros cuadrados. El 70% del país está cubierto de montañas siendo la más alta el Mt Hallasan, en la isla de Jeju, con 1.950 metros de altura. Cuenta con 18 parques nacionales, 4 parques nacionales marinos y costeros, campos de arroz, plantaciones de té verde y un litoral salvaje con playas de ensueño.
A lo largo del año, los visitantes extranjeros también pueden disfrutar de festivales y espectáculos que promueven y permiten experimentar la cultura tradicional: están el festival de linternas, el festival de Taekwondo o el festival del té verde, por ejemplo. Para tener una experiencia completa de la cultura budista, los templos abren sus puertas a los visitantes para alojarse una noche y vivir como los monjes budistas asistiendo incluso a ceremonias y comidas.
La gastronomía de Corea es otro atractivo imprescindible para cualquier viajero. Con una esencia sana y variada, los platos más famosos como el Bibimbap o el Bulgogi hacen las delicias de los visitantes. También cabe destacar el movimiento “Hallyu”, la ola coreana que ha ganado una gran popularidad en todo el mundo. Incluye la música coreana K-Pop, diferentes teleseries y películas, o las tendencias estéticas del K-beauty.
Para visitar el país en la actualidad los españoles solo precisan pasaporte en vigor y una autorización electrónica de viaje que deben solicitar en la web algunos días antes de viajar. Gracias a una amplia red de transporte público (metro, trenes y autobuses), los viajeros pueden desplazarse muy fácilmente y descubrir el país con total libertad. Allí todas las señales están en inglés para facilitar los desplazamientos del visitante extranjero que no está familiarizado con el Hangeul, el alfabeto coreano.