Los agroturismos de lujo, otra forma de disfrutar de la Ibiza más rural
• Las nuevas tendencias sitúan los hoteles rurales entre las nuevas estrellas de la bucket list de los viajeros 28 julio, 2022 (14:24:43)Ibiza, julio de 2022.- A menudo la isla de Ibiza se asocia a hoteles de lujo frente a la playa, al cocktail de la piscina infinity mientras se escucha música electrónica, a un todo incluido o a los atardeceres entre decenas de turistas. No obstante, esta isla balear brinda otras formas de disfrutar de unas vacaciones de ensueño: descansar en un agroturismo de lujo en plena naturaleza con las mejores experiencias wellness y exquisita gastronomía.
Los agroturismos permiten descubrir el rostro más puro, genuino y auténtico de la Isla Pitiusa, un destino que despierta experiencias, sensaciones y actividades únicas, a través de una mirada con vínculo local y con el trato personalizado que caracteriza a este tipo de alojamientos.
Algunas de las razones para disfrutar de la versión más auténtica de la isla en este tipo de alojamientos:
1. Un refugio rural idílico para relajarse y desconectar
Las nuevas tendencias sitúan el agroturismo entre las nuevas estrellas de la bucket list de los viajeros. Cada vez son más los que disfrutan del turismo rural para relajarse y desconectar en un entorno idílico donde prima la tranquilidad, privacidad y la exclusividad.
Una modalidad que se convierte en la excusa perfecta para detenerse, sea en el tiempo o en un paraje; respirar aire fresco para renovarse; disfrutar con calma junto a los seres queridos; mimar al cuerpo y a la mente; (re)conectar con uno mismo; alejarse de la masificación; darse su lugar, en definitiva, buscar tiempo y un espacio de calidad.
2. Trato personalizado y atención al detalle
Una de las virtudes que más caracteriza a los alojamientos rurales es la cercanía tanto de los propietarios como del personal con sus clientes. Se establece una historia única con cada uno donde la conexión llega incluso a forjar, en ocasiones, hasta amistad. Un trato directo, amable, acogedor, personalizado y cuidando al máximo todos los detalles. Además, los agroturismos suelen guiar de una forma más próxima hacia los mejores lugares del pueblo, así como información arraigada a las tradiciones y actividades típicas de la zona.
3. Un entorno único para practicar deportes y actividades
Elegir este tipo de establecimientos permite explorar la Ibiza rural a través de actividades en atractivos parajes naturales, excursiones de senderismo o ciclismo. Otra forma magnífica para descubrir la otra cara de Ibiza. Perderse por el Mediterráneo, pasando por las panorámicas de Sant Josep de Sa Talaia, la bahía de Sant Antoni o la zona protegida de Es Amunts; realizar diversas rutas de senderismo que descienden por estrechos caminos hasta el mar o que discurren por escarpados terrenos; emprender excursiones en bici por bonitos enclaves naturales o sentir el carácter hippie y payés auténtico a través del mercadillo de Buscastell, son algunas de las actividades que permitirán al forastero vivir la Ibiza más rústica.
4. Exquisita gastronomía de payeses
Ibiza brinda una gastronomía de payeses y pescadores. Genera una amplia cantidad de productos e ingredientes de calidad que se producen en abundancia en la isla, generando una herencia gastronómica excepcional. Y una de las mejores maneras de saborear la Ibiza más rural es a través de sus productos de proximidad y materia prima de calidad.
Un buen ejemplo que reúne todos estos ingredientes y que permite disfrutar de la Ibiza más rural es el Hotel Rural Can Lluc. Un lujoso agroturismo que emerge del corazón de la isla, envuelto por la naturaleza en un tranquilo valle de gran valor ecológico. Un lugar mágico donde la esencia mediterránea se esparce entre rincones que acogen en armonía la tradición y la modernidad.
Desde desconectar en su campo ibicenco, disfrutar del deporte al aire libre y sus sesiones de yoga personalizadas con un instructor cualificado que se adapta a las necesidades de cada uno, a explorar la Ibiza más rural gracias a su buena localización en plena falda de la Atalaya de Sant Rafael y saborear sus productos locales suministrados por los payeses de la zona y cooperativas agrícolas.