Revista Hosteltur 2017

Este año 2017 se ha llevado a una de las personas más emblemáticas y conocidas del sector turístico español: Pablo Piñero Imbernón, fundador del grupo que lleva su nombre y artífice, junto a su familia, de la consolidación del grupo en España y el Caribe.

Era obvio que la primera edición del Premio Hosteltur a la Personalidad Turística del año debía ser para él. Bahia Principe Hotels & Resorts y Hoteles Piñero, con un total de 26 establecimientos y 13.639 habitaciones, y todas las empresas del grupo, con más de 14.000 profesionales trabajando en ellas, se han convertido en un referente de visión de negocio, gestión y atención al factor humano.

Airbnb y otras empresas de nuevo cuño que se presentaban a la sociedad como ejemplos de la “economía colaborativa” han acabado siendo sinónimo de falta de transparencia, artimañas para eludir normativas y pago de impuestos, así como de problemas de convivencia para los vecinos allá donde se instalan.

En el mundo actual, el turismo a escala global no se va detener por el riesgo terrorista. De hecho, entre enero y junio de 2017, la llegada de turistas internacionales en todo el mundo aumentó un 6% más, el mejor resultado semestral desde 2010, según la OMT.

Como actividad económica que ha alcanzado una escala global, el turismo se mueve en unos parámetros de volumen y complejidad que poco o nada tienen que ver ya con los orígenes de este sector. En España, por ejemplo, cuando se pusieron los cimientos modernos de esta industria hace ya más de medio siglo, nuestro país recibía seis millones de visitantes extranjeros. Hablamos de 1960. Ese mismo año, en todo el mundo se contabilizaron 69 millones de turistas internacionales.

El Diccionario Oxford se inspiró en los discursos, declaraciones y tweets de Donald Trump durante su campaña electoral para acuñar la palabra “post-truth” o “posverdad”. Un concepto donde “los hechos objetivos influyen menos en la formación de la opinión pública que los llamamientos a la emoción y a la creencia personal”. Pero la posverdad no sólo es un problema ético. También acarrea serias consecuencias para el mundo de los negocios al ser fuente de malestar y conflictos, dentro del país y fuera. La posverdad erosiona la estabilidad, la previsibilidad y la confianza, valores muy apreciados por las empresas cuando deben planificar su futuro.

En junio de 2007, justo hace 10 años, fue lanzado el primer iPhone, el teléfono inteligente que abrió el camino a todos los demás smartphones. Había llegado la revolución móvil y con ella, transformaciones radicales en la forma en que nos comunicamos, consumimos y viajamos. Hoy en día, agencias de viajes online, hoteles, aerolíneas, etc., diseñan sus nuevos sistemas de venta online más pensando en el usuario móvil que en la pantalla de un ordenador, según explicaron varias empresas en el Foro HOSTELTUR, dedicado a los retos de la distribución turística.

Los dos hoplitas que ilustran nuestra portada podrían hacer pensar que las ciudades Estado de la antigua Grecia estuvieron guerreando de manera constante entre ellas a lo largo de cuatro siglos. En realidad, hubo períodos de paz y treguas. E incluso establecieron alianzas contra el enemigo común, el Imperio Persa. Más de 2.500 años después, recurrimos a esa poderosa imagen de dos hoplitas como punto de partida de nuestro tema de portada dedicado a otra “guerra eterna” bien distinta, la que enfrenta desde hace décadas -en las costas e islas españolas- a hoteleros y turoperadores.

El turismo genera el 7% de las emisiones de gases de efecto invernadero, causantes del cambio climático. La masificación de destinos, el derroche de agua y energía o la destrucción de espacios naturales son otros aspectos negativos de la actividad turística, cada vez más en el punto de mira de grupos ecologistas, activistas sociales, líderes de opinión, etc.

Desde el comienzo de las revueltas árabes en 2011, el sector turístico español lleva instalado en un período de crecimiento inesperado y artificial que muy probablemente va a mantenerse en 2017. A esta buena marcha de los negocios, gracias a factores geopolíticos externos que han premiado a España como un destino seguro, se une la progresiva recuperación del mercado emisor español a partir de 2014, una vez quedaron atrás los años más duros de la recesión económica que comenzó en 2008. Sin embargo, este favorable viento de cola no debería hacernos perder de vista que por delante llegan turbulencias.

Después de que España lograse superar una de las recesiones económicas más agudas de su historia moderna (2008-2014), gracias entre otros factores a la fortaleza de su sector turístico, algunos quizá imaginaron que entrábamos en un nuevo ciclo de crecimiento y estabilidad. De hecho, el Banco de España estima que la economía nacional cerró el año 2016 con un aumento del 3,2% del PIB y que se mantendrá por encima del 2% durante el próximo trienio, con una desaceleración paulatina.