Ritz Carlton abrirá hotel Reserva en isla de Panamá

El complejo será el sexto de la marca Reserva, uniéndose a los que actualmente tiene en Phulay Bay (Tailandia) y Dorado Beach (Puerto Rico), Molasses Reef (Turcas y Caicos), Tamuda Bay (Marruecos) y Cabo San Lucas (México), “entre varios proyectos programados para el futuro”, resaltan en un comunicado.

"Con un entorno de bosques abundantes y hermosas playas privadas, Pearl Island es un sitio perfecto para la experiencia Reserva”, afirmó Herve Humler, presidente y director de operaciones de The Ritz-Carlton, para agregar que se trata de un destino “que nuestros clientes más exigentes encontrarán muy atractivo”.  

Desde el grupo hotelero resaltan que “rodeado por las inmaculadas playas, bosques tropicales vírgenes y animado por cientos de especies de flora y fauna autóctonas, la pieza central de la Reserva contará con un complejo al aire libre que ofrece 80 habitaciones íntimas y una serie de amenities de lujo”.

La isla tiene 3500 hectáreas.

También ofrecerá spa, club de playa privado, tres piscinas y tres restaurantes, y los huéspedes tendrán acceso a un puerto deportivo de clase mundial, buceo, pueblo de pescadores y centro ecuestre. Para retiros ejecutivos, el hotel contará con un pabellón de 1.800 metros cuadrados y sala de reuniones con vista al mar. 

Situada en el Golfo de Panamá en el Océano Pacífico, a unos minutos de la ciudad de Panamá, la isla de 3.500 hectáreas es la tercera más grande en el Archipiélago de Las Perlas, y se podrá acceder por barco, helicóptero o en avión a través de una pista de aterrizaje privada.  

La isla, co-propiedad de Dolphin Capital Investors y Grupo Eleta, cuenta con una reserva de aves de 150 especies, 700 especies de peces y 15 especies de coral, como así también 16 especies de mamíferos, tortugas marinas y ballenas que visitan la isla durante gran parte del año. 

Tras resaltar el “honor” de haber logrado una sociedad con Ritz-Carlton, Pierre Charalambides, Socio Fundador de Dolphin Capital Investors, señaló que  el proyecto “será la realidad de una visión que se inspiró en la belleza natural y el legado histórico que hemos querido preservar”.

Destacan que pese a la construcción, el 70% de la superficie cultivada no sufrirá alteraciones, porque se aplicarán “estrictas directrices de desarrollo” que se traducirán en “impacto mínimo en el medio ambiente”, remarcando que se llevarán a cabo prácticas sostenibles de agua, energía, residuos y transporte.