Turismo social en Uruguay tiene capacidad para mover 90.000 personas por año

Casi 200 empresas, además de otros proveedores ocasionales, trabajan con el sistema de turismo social, lo que vincula a la actividad a unos 2.500 o 3.000 trabajadores dijo a HOSTELTUR el director de turismo social del Ministerio de Turismo, Alberto Torelli.

Un balance diría que los programas de turismo social en Uruguay han beneficiado a pobladores de 180 localidades distintas en los 19 departamentos, y son visitados 73 destinos diferentes. Para ello trabajan 45 agencias de viajes, 76 hoteles, 60 restaurantes, 12 compañías de transporte.

En el último año viajaron en esta modalidad 2.500 jóvenes, 500 quinceañeras, 5.000 trabajadores y adultos mayores subvencionados, y hay capacidad para 20.000 personas que costeen su propio pasaje. Eso sólo a través del Ministerio de Turismo.

“Entre todos los organismos son unas 90.000 personas por año –Ministerio de Educación y Cultura, BPS, Mides, Intendencias-; los del Ministerio son los más complejos, los que tienen alojamiento. Y queremos ir agregando complejidad: programas que hoy son por el día agregar un pernocte, luego dos…”, detalló Torelli.

El turismo como derecho humano está en la base del programa.

Pero eso son solamente los números. Para el director del área, la principal dimensión es, justamente, el impacto social. Y no sólo para los destinatarios de los programas sino para los destinos y para quienes reciben a esos visitantes.

De hecho, más de 30 de las localidades incluidas en los circuitos “dependen exclusivamente del turismo social”, afirmó Torelli.

En esos lugares, los prestadores de servicios se multiplican: alojamiento, entretenimiento, comida, paseos, visitas guiadas, demostraciones, oferta artesanal y comercial. “El turismo social es importante para la comunidad que nos recibe”, afirmó el director del programa.

Torelli lo pone de la siguiente manera para graficarlo: “Cada ómnibus de turismo social que sale vuelca al mercado ente 8.000 y 9.000 dólares, que se distribuyen entre mucha gente: transporte, restaurante, espectáculos, catering, artesanías”.

Negociación y calidad

Para evaluar el desempeño se hace una encuesta de satisfacción con 25 puntos que responden los usuarios. Además de corregir los detalles que allí se señalan, los organizadores buscan siempre mejorar el servicio: “negociamos mucho con el privado para ofrecer un producto de la mayor calidad posible”.

En la celebración de los 10 años del programa se hará un balance y una puesta en perspectiva, “anunciando la continuidad hasta el año 2020”.

El objetivo principal es constituirse en “un verdadero sistema”, dentro del cual operen todos los organismos que ejecutan programas.

Países como México y Paraguay se han interesado en la experiencia con grupos de quinceañeras.

Entre los compromisos marcados para el 2016 está el de profundizar el relacionamiento con los gremios que poseen más dificultad para acceder al derecho al Turismo y la recreación como UNATRA (sindicato de Trabajadores Rurales), SUTD (Empleadas Domésticas), SUA (Sindicato Único de la Aguja) y FUECYS (Federación Uruguaya de Empleados de Comercio y Servicios) y el Fondo Nacional de la Construcción, entre otros.

Algunas de las iniciativas se han internacionalizado: “Hemos tenido intercambios, con Bolivia, que adoptó nuestro programa con el nombre Unidos por el turismo e intercambios con Perú y Chile. En Paraguay y México les interesó particularmente el programa con quinceañeras”.