La oportunidad del enoturismo de la mano de productos de naturaleza
Publicada 23/10/17
“El mundo lo que va a demandar es lo que ha perdido y el mundo desarrollado ha perdido naturaleza”, dijo Gustavo Santos, Ministro de Turismo de Argentina semanas atrás al referirse a la capacidad que tiene el país de captar a esos viajeros que hoy buscan experiencias turísticas vinculadas a lo natural. El enoturismo, que actualmente es desarrollado por 14 provincias, es uno de los productos con mayor oportunidad porque el vino argentino es reconocido a nivel mundial y es un segmento que moviliza a turistas de alto gasto.
El propio Taleb Rifai, actual secretario general de OMT, dijo durante la 2ª Conferencia Mundial sobre Turismo Enológico de la OMT, que “más viajeros internacionales están introduciéndose a los destinos vitivinícolas y viajan para vivir las experiencias del lugar”, poniendo como ejemplo Mendoza, donde “se han desarrollado experiencias innovadoras porque los visitantes están cosechando y haciendo su propio vino”.
A su vez, habló de la importancia de “buscar la relación entre el enoturismo y el turismo sostenible” y su sucesor, Zurab Pololikashvili, coincidió, al plantear la necesidad de crear “rutas que resalten valores naturales y medioambientales”.
En ese sentido también se expresó Santiago Vivanco, presidente de The Joyful Journey Spain - De bodegas por España, al remarcar que “el turismo enológico tiene un gran poder: podemos ser elementos generadores de un cambio a bien del territorio”, pero para eso “necesitamos tener inventariado los recursos que hay en la región, saber cuáles son las diferencias y riquezas para explotar”.
Según o Guillaume Rousseau, Consultor de Gestión de Destinos, dentro del enoturismo “es importante definir qué tipo de destino se quiere ser”. Hay ciudades que integran su oferta del vino a productos de naturaleza; otros que se basan en la cultura e incluso se puede ser un lugar para pasar fines de semana, para lo cual hacen falta festivales y actividades complementarias a las bodegas.
En el caso puntual de Mendoza, provincia productora del 70% del vino nacional y con más de 150 bodegas abiertas al turismo, destacó que la gastronomía está presente “pero hay que reforzarla” y “la cultura, la vendimia hay que promocionarla más”.
Sobre todo, dijo, hay que hacer foco en lo natural porque la alta montaña domina el entorno, “sin embargo este factor no se integra dentro de una definición de las experiencias o de la propia imagen del destino. Consideramos que es un factor diferencial que debería ser más explotado. Además, esta explotación debería contemplar todos sus aspectos: deportivos, descubrimiento y protección de la fauna y flora, influencia culinaria…”
Hoy países como Australia, Estados Unidos, Colombia, Brasil, Nueva Zelanda, Perú asocian el vino a la marca argentina. De la mano del plan de turismo enológico y el prototipo que propone OMT, confían en hacer crecer y posicionar este producto en más países.
Este plan, expresó Gabriela Testa, presidenta del Ente Mendoza Turismo a HOSTELTUR LATAM “prevé acciones concretas como mejorar la georeferenciación de Mendoza e incorporar nuevas provincias, y servirá como elemento de base para el trabajo en redes y soporte planificador, porque en turismo poner las cosas en territorio resuelve luego las posibilidades de conexión, de circuitos, agrupación de microrregiones, etc”.
A su vez, cuando cada provincia aplique el prototipo de enoturismo de la OMT, la bodega tomará un rol protagónico y el vino será un hilo conductor “que permita incorporar a los artesanos, a la gastronomía, productores de frutas y verduras, a los hoteles, agentes de viajes, guías de turismo. Los protagonistas del turismo del vino van a estar todos trabajando para ese prototipo que va a dinamizar las zonas turísticas”.
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