Airbus admite a EEUU haber cometido infracciones

El responsable financiero, Harald Wilhelm, explicó en una conferencia telefónica que informaron a Estados Unidos a finales de 2016 de que habían cometido "inexactitudes" en las comunicaciones que debían hacer al departamento de Estado sobre contratos de exportaciones de armamento.

Wilhelm precisó que Airbus no había revelado ningún secreto militar estadounidense y que continúa trabajando normalmente con sus licencias de exportación.

El gigante europeo ya reveló hace meses que se autoinculpó ante las autoridades británicas por irregularidades en las informaciones que les había ofrecido sobre la acción de intermediarios en diversos contratos, que tenía obligación de dar a cambio de los créditos a la exportación de los que se había beneficiado.

Es una forma de buscar clemencia cooperando con la justicia. Tanto el organismo antifraude del Reino Unido SFO como la Fiscalía Nacional Financiera de Francia han abierto sendos procedimientos contra Airbus, que sobre esas pesquisas también estima que es "pronto para determinar la probabilidad o el alcance de cualquier posible consecuencia".

Airbus admite a EEUU haber cometido infracciones

Todas estas nubes de incertidumbre sobre el futuro judicial de la empresa se han traducido en las últimas semanas en especulaciones en el mercado sobre posibles retiradas de licencias de actividad, que serían gravísimas para el gigante europeo, pero también sobre multas que podrían situarse entre 1.000 y 6.000 millones de euros.

Unas cantidades que hay que poner en relación con los 6.718 millones de euros de tesorería neta a fecha del 30 de septiembre (un 40 % menos que al finalizar 2016) que dijo tener Airbus al difundir sus cuentas en los nueve primeros meses del año.

En ese periodo, su beneficio neto aumentó un 2 % hasta 1.851 millones de euros, gracias sobre todo a la revaluación de instrumentos financieros y partidas en el balance. Por su parte, el resultado neto operativo (ebit) bajó un 2 %, a 2.312 millones de euros, y un 25 % en términos ajustados, hasta 1.796 millones de euros.

Detrás de esa caída están, en primer lugar, los serios problemas con los motores que equipan los aviones de la familia A320neo, que aunque son responsabilidad de los fabricantes de esos reactores han acarreado un gran retraso en las entregas a los clientes de Airbus.

Entre enero y septiembre, sólo ha podido entregar 90 unidades del A320neo, cuando el objetivo para todo el año era de 200. La empresa admitió que al final las cifras serán "ligeramente inferiores a ese objetivo".

Pese a todo, Airbus mantiene su meta de poner en manos de sus clientes en 2017 "más de 700 aviones comerciales", pero todo condicionado a que "los fabricantes de motores cumplan sus compromisos".

Otra de las piedras en el zapato del grupo europeo vuelve a ser el avión de transporte militar A400M que se ensambla en Sevilla (sur de España).

Tras las enormes provisiones de los últimos años (2.200 millones de euros sólo en 2016) para afrontar posibles pérdidas, hoy indicó que ha establecido un nuevo cargo de 150 millones, que incluye 80 millones de euros en el tercer trimestre por el ajuste de la producción e indemnizaciones.

Wilhelm señaló que "persiste" el riesgo para el A400M, que es objeto de negociaciones con los países que lo lanzaron y del que se han entregado 12 en los nueve primeros meses de 2017 (solo uno más que en el mismo periodo de 2016).

El mercado, que esperaba pese a todo un escenario más desfavorable, reaccionó a estos elementos con un fuerte ascenso de la cotización de Airbus, que a las 12.30 hora local (10.30 GMT) era con diferencia el valor del índice selectivo de la Bolsa de París que más ganaba: un 4,07 % frente al 0,11 % del CAC-40 en ese momento.