“Hay que trabajar con operadores para poder vender rutas del vino”
Publicada 28/11/16
Entrevista/ Gonzalo Merino es Coordinador del Departamento de Turismo de Bodegas de Argentina, nexo fundamental para el desarrollo del enoturismo en la provincia de Mendoza y el resto del país. Días atrás conversó con HOSTELTUR LATAM sobre la necesidad de trabajar junto a operadores y agencias de viajes “para vender las rutas del vino” y del vínculo que debe existir entre el sector público y el privado “para llenar las bodegas de extranjeros”.
La cámara Bodegas de Argentina tiene más de 200 empresas socias, muchas de las cuales están comenzando a abrirse al turismo viendo el potencial que tiene Argentina, donde más de 1,6 millones de turistas las visitan anualmente.
¿Cómo se está trabajando desde Bodegas de Argentina para ganar turismo?
Estamos relevando cual es la oferta de cada bodega, cada prestador y empresas vinculadas al enoturismo en cada lugar, para poder entender cuál es la oferta de cada destino. Es posible que un turista venga a vivir el vino a Sudamérica siempre y cuando tengamos bien detallada la oferta enoturística que tiene la región, y ese es uno de los trabajos más grandes que estamos haciendo.
Durante el Congreso Iberoamericano de Enoturismo se habló de crear rutas sudamericanas ¿es posible?
Sí, pero tenemos que buscar el vínculo de cada región y cada país tiene que trabajar internamente su identidad. Las rutas sudamericanas las vamos a poder armar cuando se encuentre eso, y si comunicamos bien todo lo que hay alrededor del turismo del vino, entendiendo que no todos vamos a poder ofrecer todo.
¿Qué se hace desde Bodegas de Argentina para vincularse con agencias y operadores de viajes?
Las agencias y operadores turísticos forman una parte central, si no fuera por ellos no podríamos vender toda la ruta y el desarrollo de estos programas hay que pensarlos en conjunto. Para las bodegas esto es una novedad, entonces se ve frente a una cadena comercial que le demanda porcentajes de sus ventas y lo que tratamos de hacer es capacitarlos y asociarlo a lo que pasa con la comercialización de vinos, que es el mundo que ellos conocen. Tratamos de ordenar el ecosistema, que bodegas y turoperadores locales trabajen alineados, cada uno aportando su experiencia. Hoy lo que falta es poder conectar, que una persona que está vendiendo pueda unir la oferta de Canelones (Uruguay), con Garibaldi en Brasil, Valle de Colchagua en Chile y Valle de Uco en Mendoza.
¿Cómo está posicionado el enoturismo en Argentina?
Hoy el numero medido de turistas que visita bodegas es de 1,6 millones al año. Estamos bien pero hay mucho más por desarrollar y eso requiere mucha apertura y diálogo entre el sector publico y privado.
¿Cuál es el la relación entre el sector privado bodeguero y el sector público turístico?
Existe un vínculo. La verdad es que estamos en un proceso porque tanto en Argentina como en Mendoza llevan menos de un año de gestión. Es una etapa de conocimiento y ordenamiento. Desde Bodegas de Argentina hicimos por muchos años un Observatorio Enoturístico; en 2015 empezamos con una alianza con la Universidad Nacional de Cuyo y este año sumamos al Ministerio de Turismo de la Nación para crear una herramienta que nos sirva a todos.
En enoturismo ¿hacía dónde tienen que apuntar ambos sectores?
El desafío es abrirnos internacionalmente y llenar de extranjeros las bodegas argentinas; para eso sí o sí tenemos que hacer un trabajo conjunto en promoción. Debemos mostrarnos internacionalmente como un destino de turismo del vino y eso, por más esfuerzo que hagamos los privados, si no lo trabajamos con lo publico no lo vamos a poder hacer. Si ellos no trabajan con nosotros van a mostrar, como ya ha pasado, propuestas que no son reales en nuestro destino. Insisto, tenemos que hacer foco en nuestra identidad y eso no se hace en una mesa de oficina de promoción, se hace en el lugar, con los actores.
Mendoza concentra el 70% de la producción vitivinícola de Argentina y es el destino más posicionado ¿qué desafío tiene la provincia en esta materia?
En Mendoza tenemos mucho turismo de alta gama; la provincia está posicionada así, lo cual es una fortaleza y hay que cuidar no perderla, porque un turismo de alta gama no te acepta malos servicios, malas calles, mal transfer ni malos restoranes. El desafío es cuidar la calidad.
¿Hay un perfil definido de enoturistas en Mendoza?
Es variado y por eso tenemos que trabajar tanto en el tema de la oferta. Es alta gama pero también hay un turismo familiar, que si bien no es el más atractivo por el gasto, es muy grande. A nivel nacional tenemos muchas familias que viajan y son pocas las bodegas que tienen actividades para los niños. De a poco se está incrementando esto de contar con actividades lúdicas, degustaciones de jugos de uvas, para que los padres puedan visitar la bodega. Si no lo tienen que cancelar y terminan yendo al zoológico. Y hay un turismo interesante que es el de reuniones, que incluye congresos, incentivo, corporativo, que gasta hasta tres o cuatro veces que un turista común y eso es interesante para las bodegas que pueden pasar a ser un escenario para lanzamientos de marcas, autos, realización de pequeñas reuniones.
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