Despegar: “Sin comisiones de Aerolíneas podría aumentar el precio al consumidor”

El 1º Simposio Argentino Español de Turismo tuvo a Glikin participando en el panel de intermediación turística y allí habló del potencial que tiene el online dentro del sector, ya que "en Latinoamérica la penetración es del 30% y para 2020 va estar en 40%", mientras que en mercados desarrollados como Estados Unidos y Europa está en el 50-60%.

“Vemos que hay mucha oportunidad, hay que seguir invirtiendo en eso”, agregando que en Despegar “vemos clave el canal Mobile: el 50% del tráfico es Mobile y el 20% de nuestras emisiones lo son. En unos años seremos 100% Mobile, porque las ventas se harán desde smartphones”.

La online, que en 2017 espera facturar 4.000 millones de dólares, reconoció que en los últimos años ha aumentado la competencia en la región por el surgimiento de nuevos players, como Almundo.com, pero también porque se enfrentan a las compañías aéreas “que están muy sedientas de vender directo. Somos canal de distribución y competencia al mismo tiempo”.

Finalizada su intervención en el Simposio, HOSTELTUR LATAM consultó a Glikin sobre la mirada que tiene respecto a las aerolíneas low cost que comenzarán a operar en Argentina en 2017 y cuya política es de venta es directa.

“Todavía no nos hemos reunido con estas compañías, pero creo que en el arranque van a necesitar del canal de distribución y bienvenidas sean, porque hoy Aerolíneas Argentinas maneja tres cuartas partes del cabotaje. Ojalá haya más competencia, y además la realidad es que el cabotaje en Argentina está subofertado y hay mucho para hacer”, reafirmando que “tener más empresas es lo mejor para la gente y también para las agencias”.

Despegar compartió panel con Almundo, El Corte Ingles, Amadeus y Segittur.

En cuanto a la decisión de Aerolíneas de terminar con el pago de comisiones, el CEO de Despegar dijo a HOSTELTUR que “claramente no nos gusta, ni a nosotros ni a ninguna agencia. Es la remuneración del intermediario y dudamos que sea legal. Se que FAEVYT está generando una iniciativa judicial por este tema y espero que salga a favor de la defensa de ese 1%”.

Más allá del dinero que dejan de percibir las agencias el problema es que “Aerolíneas es punta de lanza, detrás vienen todas las líneas aéreas y eso lo que hace es que al fin del día el punto que no reciban las agencias tengamos que rentabilizarlo de otra forma. No queremos cobrárselo al consumidor en su totalidad, pero a la larga se encarece el precio hacia el consumidor y por otro lado se agranda el gap de precio contra la venta directa”.

 Balance en Argentina

Guido Glikin reconoció que para el 2016 eran pesimistas del mercado argentino. “Esperábamos un año muy difícil por la devaluación que se preveía y porque no creímos que fueran a sacar el 35%. El primer trimestre fue bueno, después con el dólar a más de 15 pesos se frenó el consumo. Esta industria está súper relacionada al tipo de cambio: si se mueve mucho la gente se pone en stand by y no compra, eso pasó. Cuando se estabilizó la gente comenzó a consumir. Eso atado a las cuotas y la publicidad ayudó”.

“Estoy contento, el año fue bueno y esperamos que el 2017 sea positivo porque según dicen el cambio va a seguir estable”, comentó el CEO de la OTA más importante de Latinoamérica.

Cuotas, cuotas, cuotas

Por otra parte hizo mención a uno de los principales cuestionamientos que las agencias de viajes hacen a Despegar: el financiamiento que los bancos les otorgan y que ellas no consiguen en forma individual.

De acuerdo a lo manifestado por Glikin en el panel de intermediación “los bancos tuvieron que volcar muchos beneficios en descuentos y cuotas luego de la crisis de 2001 y hoy valoran asociarse a una marca que invierte en marketing y por eso otorga su poder de financiación”, agregando que “las cuotas son importantes y es algo muy argentino. En un país sin inflación no tienen mucho sentido, pero en Argentina esto va a seguir por la coyuntura, no van a desaparecer”.

Gracias a los planes de cuotas, la venta anticipada en Despegar este año estuvo en 70-80 días y el año pasado, por la incertidumbre del cambio de gobierno, superó los 100 días.