Las empresas buscarán profesionales disruptivos
Revista especial Vitrina Turística 2019
Publicada 06/03/19- En turismo habrá una readecuación de habilidades requeridas y el diferencial lo marcarán quienes tengan mejor formación
- El desafío de las universidades es preparar profesionales de turismo flexibles y capaces de adaptarse a los nuevos contextos
- Ramiro Albrieu de CIPPEC sostiene que pese a la tecnología, en turismo las tareas de relación interpersonal seguirán siendo demandadas
Sudamérica está dando pasos firmes para dejar el lugar de rezagada turística y convertirse en una región receptiva a nivel internacional. Los gobiernos se han enfocado en agilizar y ampliar el otorgamiento de visados, han rediseñado políticas aerocomerciales, han abierto y mejorado las condiciones para la inversión en infraestructuras y servicios. Lo siguiente, que siempre tendría que haber ido a la par, tiene que ver con la formación y profesionalización atravesada por la innovación, la tecnología y la visión del turismo como un negocio que aporta divisas a las arcas nacionales.
El desafío está en sensibilizar desde la base educativa -el nivel inicial y medio- e inculcar el valor que tiene la actividad turística para la conservación de la identidad cultural, el desarrollo de economías locales, la generación de empleo y la sustentabilidad. Sobre todo preparar profesionales capaces de pensar creativamente, y dar herramientas para convivir con la automatización y sobrevivir a ella cuando se instale definitivamente en los espacios laborales.
Educación en el ojo de los Ministros
Si bien la cultura de la calidad turística va ganando terreno en la región, en la última Conferencia Iberoamericana de Ministros y Empresarios de Turismo (CIMET), la formación en el sector fue uno de los retos destacado por los máximos responsables de Turismo de Guatemala, México, Nicaragua, Paraguay, República Dominicana y Venezuela, entre otros.
Jaime Alberto Cabal, Secretario General Adjunto de la Organización Mundial del Turismo (OMT), planteó que la tecnología ha cambiado los modelos de negocio y las costumbres en muchos sectores, por lo que llamó a la “responsabilidad de los gobiernos para formar a las nuevas generaciones”.
Y Miguel Torruco Marqués, secretario de turismo mexicano, reconoció que “en la educación turística ha existido un problema tremendo sobre todo en América Latina”. A su entender, esto se revertirá diseñando programas de estudio capaces de “responder a las expectativas del mercado laboral y no a los compromisos políticos y sindicales. No se puede enviar a los egresados al subempleo”, consideró quien comanda la cartera de Turismo del sexto país del mundo con más arribos internacionales y el primero de Latinoamérica.
Acelerar esta transformación educativa será fundamental para las estrategias de gestión turística. Así lo hizo saber a HOSTELTUR, el Secretario General de la Federación de Empresas de Turismo de Chile (FEDETUR), Diego Fernández Undurraga. Mientras antes se incluya al turismo en los planes de estudio de cada país, “se avanzará en tomar conciencia de la importancia del sector dentro de las economías locales y se logrará permear a las futuras generaciones respecto de las características y cuidado que requiere el turismo del futuro”, indicó.
Una carrera con potencial
En la Argentina de la década del ’60 organismos internacionales empezaron a hacer las primeras recomendaciones en torno al desarrollo del turismo. En los ’90, cuando la actividad empezó a recibir mayores inversiones, surgió una necesidad concreta de contar con capital humano capacitado y se empezaron a potenciar los estudios en turismo. Pero fue a partir del año 2000 que se dio el boom por las carreras terciarias y universitarias.
Hoy, que el país recibe cerca de 7 millones de turistas extranjeros y en el corto plazo se aspira a los 9 millones, existe la posibilidad de adentrarse al mundo del turismo desde el nivel medio, aunque no es una iniciativa muy extendida.
A partir de marzo de este año en la Provincia de Buenos Aires los estudiantes de los últimos tres años de educación media podrán elegir la orientación como ya lo hacen en Ciencias Sociales, Economía y Administración, Lenguas Extranjeras o Arte. Para Martina Pikielny, subsecretaria de Turismo bonaerense, contar con egresados con una mentalidad enfocada en el turismo “significa una nueva generación pensando en el arraigo, en el empleo, en innovar, en que se generen nuevos productos y nuevas ofertas”.
En la provincia más grande de Argentina esperan, en tres años, llegar a tener 135 escuelas con orientación en turismo. Una en cada ciudad.
El futuro es hoy
Las Universidades e Institutos Terciarios están formando a quienes en 15 o 20 años ocuparán cargos relevantes en empresas turísticas y hasta gestionarán destinos. Esto obliga a las instituciones educativas a estar atentas a las tendencias y demandas previstas, justamente para no enviar a sus egresados al subempleo.
En la Universidad del Salvador (USAL) la Carrera de Turismo y Hotelería –que anualmente cuenta con unos 800 estudiantes- actualizó su plan de estudio en el año 2017, a partir de una validación con graduados y profesionales.
La carrera está dentro de la Facultad de Humanidades y según explicó a HOSTELTUR Lorena Villamayor, Directora de la Escuela de Turismo y Hotelería de la USAL, se decidió mantener esa formación “y agregar la visión de negocio. Trabajar en un perfil que permita ser empleado en una compañía, pero también contar con herramientas para emprender. Sobre todo porque para las startups no se requiere demasiado capital financiero sino intelectual”.
Advertidos por lo que ya está llegando, también se ha dado lugar a la tecnología “que hoy es transversal porque modifica la cadena productiva del turismo y la prestación de servicios en sí”. Sin embargo Villamayor fue categórica al señalar que en un contexto de transformación constante, “es fundamental enseñarles a pensar creativamente, poder reinventarse y adaptarse a los ciclos. La principal herramienta de los profesionales tiene que ser el pensamiento disruptivo”.
¿Cómo será el trabajo?
Los rápidos cambios tecnológicos asociados a la Cuarta Revolución Industrial -con la Inteligencia Artificial en el centro de la escena- operan como un gran factor disruptivo para las relaciones laborales. ¿El motivo? Muchas tareas realizadas por personas pasaron a ser hechas, de forma más eficiente y económica, por máquinas o algoritmos. Esta realidad es palpable incluso en Latinoamérica, donde la adopción de nuevas tecnologías está retrasada.
Ramiro Albrieu, investigador principal del programa de Desarrollo Económico del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC) explica que ante este panorama lo que hace falta es “readaptar las habilidades de los trabajadores que realizaban esas tareas y actualizar los planes de estudio del sistema educativo para preparar a los trabajadores del futuro”.
El experto comentó a HOSTELTUR que hoy las empresas más dinámicas en términos de tecnología a la hora de buscar personal “dan una importancia creciente a las habilidades socioemocionales”, ya que en contextos de cambio acelerado, “la flexibilidad y la resiliencia son atributos insustitubles”. Pero también requieren habilidades “asociadas a manejar grandes bases de datos y encontrar nuevas formas de relacionarse con el cliente”.
Hacia adelante, lo que advierte Albrieu es que “habrá menos innovación en tecnologías que ahorran trabajo y más en las que interactúan críticamente con las personas. Entonces, serán muy requeridas las habilidades relacionadas con la interacción entre máquinas y personas”.
¿Qué le depara al turismo?
El investigador de CIPPEC plantea que en el caso del turismo, al estar cada vez más “conectado” ya ocurre que “una pequeña diferenciación en el servicio puede abrir mercados internacionales de gran tamaño”. A su entender, el beneficio irá por un mayor acercamiento a las preferencias de los viajeros gracias a sistemas de Inteligencia Artificial.
Según Albrieu el turismo tiene poco para perder con la tecnología, por lo que se conoce como paradoja de Moravec: “lo difícil que es recrear digitalmente ciertas habilidades humanas entre las que se destaca la cuestión socioemocional”. En ese sentido, reconoce que la actividad turística “es intensiva en tareas de relación interpersonal, que van a seguir siendo demandadas por largo tiempo. Seguramente, se profundizarán tensiones ya existentes asociadas con las nuevas formas de intermediación a través de plataformas… allí habrá que reinventar el modelo de negocio para trabajar con –y no contra- las innovaciones”.
Las empresas también tendrán que pensar en quienes ya están dentro, y los trabajadores “perder el miedo a ser descartados”. Los sistemas de formación técnica serán propicios para adquirir habilidades que se complementarán a las nuevas tecnologías.
Requerimientos del sector privado
Imaginando el escenario de la próxima década el Secretario General de la federación que nuclea a las empresas turísticas de Chile, puntea que entre los conocimientos básicos que deberá manejar el profesional de turismo aparecerán en primer lugar los idiomas “pero no sólo el inglés, también portugués e idealmente nociones de chino”. ¿Qué más? “habilidades blandas relacionadas con hospitalidad y servicio, y un alto manejo de tecnologías y procesamiento de información”.
La presidenta de la Asociación Colombiana de Agencias de Viajes y Turismo (ANATO), Paula Cortés Calle, también coincide con las “competencias blandas”. “Bill Gates afirma que los robots en el futuro se enfocarán en las tareas repetitivas, el hombre se deberá concentrar en los trabajos que requieren empatía y comprensión humana, por lo tanto, parte de la fuerza y vocación de nuestro sector, y el de las agencias de viajes, será en la construcción de experiencias placenteras para satisfacer una necesidad tan elemental como ser feliz”, concluyó.
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