Antes del coronavirus, el receptivo argentino daba señales de vida
Casi como una foto de otros tiempos lejanos, el Gobierno dio a conocer los datos de arribos y partidas durante febrero
Publicada 09/04/20- La Encuesta de Turismo Internacional (ETI) en Argentina muestra que el receptivo había crecido un 2,6% en febrero, luego de una fuerte caída
- El receptivo argentino creció en febrero impulsado los visitantes de Brasil, Estados Unidos, Canadá y Europa,acumulando una baja del 3,4%
- Antes del coronavirus, el emisivo argentino seguía en caída libre, retrocediendo un 14,3%. Pese a ello, la balanza volvió a números rojos
Como todos los meses, el Gobierno argentino publicó los resultados de la Encuesta de Turismo Internacional (ETI) correspondiente a febrero pasado. Aunque sólo pasaron dos meses, el vértigo de la crisis del coronavirus hace que esos datos parezcan extemporáneos. Sin embargo, su repaso puede resultar útil para analizar el impacto de las medidas tomadas en aquel entonces por el presidente Alberto Fernández y de los cimbronazos económicos en la región.
La crisis sanitaria por la pandemia del coronavirus estalló en la Argentina entrado marzo, y el Gobierno decretó el cierre de fronteras y la cuarentena obligatoria a mediados de mes. Desde ese enconces, su actividad turística se redujo a cero.
Por eso, cualquier dato previo pareciera carecer de cualquier valor para el análisis del mundo actual. Aun así, los resultados de la Encuesta de Turismo Internacional (ETI), elaborada por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) con el apoyo del Ministerio de Turismo y Deportes, permite evaluar cuál fue el impacto en la actividad tanto de las medidas tomadas por el Gobierno argentino en materia económica (muchas de las cuales siguen vigentes pese al contexto) y cuál el de los movimientos cambiarios en la región.
Tal vez el más importante de estos datos tenga que ver con el receptivo, ya que luego de varios meses de desaceleración y de una fuerte caída en enero (-7,4%), en febrero volvieron a registrarse signos vitales en materia de arribos, con un crecimiento del 2,6% por vía aérea en uno de los meses clave en este aspecto.
Fueron determinantes los incrementos de sus principales mercados, pero especialmente el de su máximo emisor: Brasil, que verificó un alza del 16,4%, pese a estar cursando en es momento un fuerte proceso devaluatorio que se terminó de acentuar con la pandemia. Una posible explicación es que los pasajeros, tratándose de la temporada alta de verano, hayan adquirido sus pasajes con anterioridad, ya que la ETI mide flujo de pasajeros y no ventas.
Chile, en cambio, no corrió la misma suerte. A su crisis social se sumó el congelamiento del tipo de cambio argentino que, sumado a su alta inflación, pudo haber encarecido el producto final. También fueron sumamente positivos los arribos desde Estados Unidos y Canadá (+9,9%) y Europa (+4,7%).
Con este resultado, el receptivo acumulaba en el primer bimestre una caída del 3,4%, con un saldo negativo de 102.300 pasajeros en la balanza turística.
Emisivo en picada
Cuando se repasan estos números previos al coronavirus, se puede comprender mejor la tragedia que atraviesan en Argentina las agencias de viajes y también las compañías aéreas. Luego de casi dos años de caídas consecutivas, el resultado en febrero de 2020 fue de -14,3% de pasajeros residentes viajando al exterior.
Los motivos son muchos, pero pueden destacarse algunos como los más relevantes: una fuerte crisis económica que impactó el consumo y puso en riesgo miles de fuentes de trabajo; un “cepo cambiario” para la adquisición de divisas; la implementación en enero de un impuesto del 30% a la compra de pasajes y paquetes al exterior (“dólar turista”); y la crisis de los programas de financiación, entre otras tantas razones que hoy parecen extemporáneas.
Pese ello, aunque parezca increíble y el dato no esté ni siquiera cerca de las mejores marcas históricas, el volumen de turistas fue aceptable: salieron del país 350.000 residentes, número más alto que el de la mayoría de los meses de 2019, por ejemplo.
Durante la segunda semana de mayo, se darán a conocer los datos correspondientes a marzo, que seguramente será uno de los peores meses de la historia del turismo argentino, pese a que la primera mitad del mes se operó normalmente y luego la actividad se limitó a operaciones de repatriación.
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