Perspectivas para el “nuevo mundo turístico” post-coronavirus
¿Cómo será la industria una vez que culmine la emergencia? El análisis de cuatro especialistas argentinos
Publicada 16/04/20¿Habrá una mayor concentración de mercado? ¿Destinos y empresas serán más resilientes? ¿La tecnología y la sustentabilidad se coronarán definitivamente? ¿Cuánto más durará la crisis del coronavirus? Cuatro destacados expertos argentinos analizaron cómo podría ser el nuevo escenario global y nacional en el que todo el sector deberá aprender a crecer bajo nuevas reglas de juego.
Este miércoles 15 de abril se llevó a cabo el segundo LAB organizado por Turtech, gracias a la agencia de marketing Madzen, bajo el título “Crisis y Reinvención en Turismo” que es, sin dudas, el tema que más preocupa y ocupa al sector turístico en todo el mundo. ¿Nace un nuevo turismo a partir de la crisis global por la pandemia de coronavirus? ¿Y cómo será?
La charla fue moderada por Constanza de la Cruz, co-founder y directora en Madzen, y contó con la participación de cuatro especialistas que desarrollan un trabajo muy concreto en la industria, representando a distintos sectores.
Mariana Pérez Márquez, de la oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres; Andrés Abate, creador y director en Aintegra, parte del plan de reactivación de la localidad argentina de Villa La Angostura, que en 2011 sufrió una importante crisis por la erupción de un volcán; Daniel Montero Ferreiro, presidente de la Junta Directiva en la Red Iberoamericana de Investigación en Transporte Aéreo; y Martín Romano, Country Manager en Atrápalo y directivo de la Federación Argentina de Asociaciones de Empresas de Viajes y Turismo (Faevyt), buscaron dar algunas respuestas a esas inquietantes preguntas.
Abate propuso como perspectiva de análisis plantear tres etapas del proceso de crisis: la emergencia propiamente dicha; la etapa de contención; y, por último, la recuperación. Sin embargo, propuso entenderlas como etapas solapadas, que se van desarrollando de manera simultánea. Y todos coincidieron en que esa es una buena manera de empezar a pensar el tema.
Aunque también estuvieron todos de acuerdo en que lo que sigue es “un nuevo mundo turístico”, Romano se atrevió a señalar que ese nuevo orden será una profundización acelerada de todas las tendencias que se venían verificando en el mercado. Por ejemplo, estima que podría haber una mayor concentración de mercado, a partir de fusiones, compras y alianzas que les permitan a las empresas sobrevivir (y esto ya incluye en Argentina la convivencia de más de una agencia de viajes en un mismo domicilio, por ejemplo); una mayor especialización de las pymes; el posible ingreso de nuevos jugadores provenientes de otros ámbitos; una digitalización casi absoluta (incluso con home office total o parcial); y la consagración del turismo sostenible en el centro de la escena.
Pérez, por su parte, fue terminante: “Todo lo que antes era ‘natural’ hoy no lo va a ser más”. Y, desde su perspectiva, señaló que esta crisis ha enseñado que la gestión de las emergencias y del riesgo tiene que estar presente en cualquier planificación, y eso incluye también a los destinos, los cuales deben “resignificarse” y volverse, a partir de esta experiencia, mucho más resilientes.
Desde la visión de la industria aérea, Montero Ferreiro advirtió que volver a colocar en el mercado toda la oferta de vuelos que existía antes del COVID-19 podría demandarle al sector unos 24 meses, por lo que de esta recuperación dependerá absolutamente toda la cadena turística global. “La clave va a ser el precio de los pasajes”, sostuvo, y recomendó a los destinos y a las empresas a contribuir con esa recuperación llamando a los turistas a “viajar ahora”, apenas se levanten las restricciones.
En tanto, Abate, de gran experiencia en manejo de crisis turística, sostuvo que esta crisis demostró dos cosas en materia de gestión: que los gobiernos y los organismos mostraron una absoluta “descoordinación”; y que el “sálvese quien pueda” es contrario a los intereses de la actividad. Por esto, divisa una etapa de mayor colaboración y transversalidad, dado que, por ejemplo, la seguridad y la salud pasarán a ser piezas clave del engranaje.
La charla se expendió por casi una hora y media y tuvo una gran cantidad de espectadores virtuales de toda la región, quienes podían comentar la charla en vivo y plantear sus inquietudes. En este aspecto, tal vez se puedan extraer como síntesis de las preocupaciones dos conclusiones, las cuales coincidieron también con la visión de los disertantes: la primera, que es imposible pensar cualquier recuperación sin el apoyo del Estado; la segunda, que lo es todavía más sin concretar un trabajo colaborativo entre todos los actores de la cadena.
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