¿Cuántas empresas turísticas argentinas cerraron por la pandemia?
La crisis golpeó a todos, pero las cifras oficiales indican resultados muy dispares entre los hoteles y las agencias de viajes
Publicada 24/07/20- La crisis impacta por igual a todo el sector turístico, pero los resultados en cuanto a empresas cerradas es dispar entre agencias y hoteles
- Durante la pandemia cerraron en Argentina 3.870 empresas vinculadas a la hotelería y la gastronomía, y se perdieron 46.400 empleos
- Según datos del Ministerio de Turismo y Deportes, en lo que va de 2020 no hay más bajas de agencias de viajes que en los años anteriores
No existe duda de que la pandemia de COVID-19 impactó por igual a toda la industria turística a nivel global, pero en el caso de la Argentina el resultado marca una abrupta brecha entre el sector hotelero-gastronómico y el de las agencias de viajes. HOSTELTUR accedió a los números oficiales que muestran la cantidad de empresas que debieron cerrar sus puertas en lo que va de 2020 en ambos rubros.
Aunque en general suele pensarse al sector turístico como una unidad y políticamente se brega por ello, la realidad indica que se trata de un ecosistema muy complejo, con realidades y necesidades claramente diferentes. Y en tiempos de crisis, cuando la supervivencia está en juego, todas esas divergencias se evidencian y cobran mayor fuerza.
Por eso es que, aunque la crisis provocada por la pandemia a nivel global sacudió todo el andamiaje de la industria, su impacto, es decir, sus consecuencias hasta el momento, han sido diferentes, por lo menos en la Argentina. En ese aspecto, la primera pregunta que surge es “¿se puede cuantificar ese impacto?”. Y la respuesta es que sí: sin necesidad de ningún indicador se puede comprender que en estos casi 130 días de aislamiento la facturación de toda la industria ha sido de un número muy cercano a cero.
Pero otra manera de analizarlo, y sobre todo mientras en el país se debate la necesidad de contar o no con una ley de “emergencia” es la cantidad de empresas que han cerrado sus puertas en lo que va de 2020. Ese número existe, y HOSTELTUR pudo acceder a él.
Y las cifras, obtenidas de fuentes oficiales, muestran de manera muy cabal una amplísima brecha entre la cantidad de empresas que debieron dejar de funcionar en el rubro hotelero-gastronómico, por un lado; y entre las agencias de viajes, por el otro.
“Crisis terminal”
Así ha definido la Federación Empresaria Hotelero Gastronómica de la República Argentina (Fehgra) la situación que atraviesa el sector en el país, como consecuencia de la pandemia, pero también de la “falta de medidas de alivio suficientes” para paliar esa situación. La posición de la entidad ha sido pública, e incluso ha acompañada las jornadas de protesta que se han realizado a nivel nacional.
Los datos de la consultora Invecq, que desarrolla los informes económicos para la federación FEHGRA, basándose en datos oficiales y estudios propios, indican que desde que comenzó la pandemia cerraron en Argentina 3.870 empresas vinculadas a la actividad.
Como consecuencia, aseguran que en abril se registraron 46.400 empleos menos en relación a enero, y que “la proyección es que en total se destruyan 120.000 empleos registrados al terminar 2020”, lo que significaría un golpe durísimo para una actividad en la que trabajan 650.000 personas. Además, de acuerdo a una encuesta propia, también realizada por Invecq, hasta mayo apenas el 41,7% de los establecimientos hoteleros había logrado pagar los sueldos completos, a pesar de que el 80% había solicitado el programa ATP, del Gobierno nacional.
“Medidas de oxígeno”
Pero, como se señalaba, los números correspondientes al sector de las agencias de viajes son absolutamente otros: hasta el 20 de julio no se registran cambios sustanciales en la cantidad de bajas con respecto a otros años.
Datos oficiales del Ministerio de Turismo y Deportes de la Argentina indican que en todo 2019 dieron de baja su legajo 182 agencias (83 casas matrices y 99 sucursales), mientras que en 2020, apenas pasada la mitad de año, cerraron 101 (50 casas matrices y 51 sucursales).
Como se puede ver, la proyección a diciembre permite entrever un nivel de bajas muy similar al del año pasado, a pesar de la evidente paralización de los viajes. Entonces, ¿cómo es posible que el entretejido empresarial no se haya visto afectado en este aspecto cuando está claro que económicamente el impacto sí existe?
Probablemente la respuesta sea política. Según explican, una de las claves fueron las resoluciones 194/2020 y 195/2020 de la cartera que, por solicitud de la Federación Argentina de Asociaciones de Empresas de Viajes y Turismo (Faevyt), permitió a las agencias a operar de manera virtual hasta el 31 de diciembre y suspender sus actividades sin perder sus legajos. Muchas empresas de todos los tamaños pudieron así dejar de alquilar oficinas, reducir costos, e incluso dejar congelado su legajo mientras no haya ventas, a la espera de la reanudación de los viajes. Desde entonces, ya hay 221 agencias con ese trámite culminado.
Entre esas medidas específicas que pidió Faevyt también se habilitaron las “actividades conexas” y, como consecuencia, en los últimos meses ya hubo 15 solicitudes autorizadas, frente a las 3 que hubo el año pasado, bajo otras condiciones normativas.
Claramente, eso soluciona en parte el tema estructural y administrativo, pero no da solución a los ingresos y a las relaciones laborales. Por eso explican que es preciso entender esto de manera complementaria con otras medidas impulsadas por el Gobierno nacional, como el programa ATP para cubrir una parte de los costos salariales y la habilitación a negociar con el sindicato de Comercio (Faecys) suspensiones acordadas de empleados, siempre que se asegure un piso del 75% del salario.
¿Y qué pasará después, es decir, cuando esta especie de “respirador” al que están conectadas las agencias se desconecte? Al momento se evalúan dos opciones: la primera y más optimista es que el mercado se ponga en marcha, se retomen las ventas y la actividad pueda volver paulatinamente a vivir en la “nueva normalidad”, ya bajo las crueles reglas del mercado; la otra, la extensión de algunas de estas medidas.
¿Cerrarán mañana las agencias que no están cerrando hoy? “No podemos saberlo, pero lo que hemos conseguido con toda esta batería de acciones es ganar oxígeno para llegar a ese momento, porque de otra manera hubiera sido imposible”, explicaron.
Diferentes puntos de partida
En resumen, por un lado hay más de 3.800 cierres de empresas hotelero-gastronómicas en Argentina; por el otro, prácticamente no hubo bajas anormales entre las agencias de viajes. Estas realidades paralelas y contrapuestas también explican, en buena medida, las posturas políticas en relación a la discusión sobre una posible declaración de “emergencia” en el Congreso.
En diálogo con este medio, fuentes de la bancada oficialista en el Senado lo explicaron así: “Cuando empiece la reapertura, todos van a estar golpeados, pero mientras que el 90% de los agentes de viajes solo van a tener que levantar una persiana o tal vez seguir trabajando desde su casa como hoy, el hotelero y el gastronómico van a tener que hacer una enorme inversión que hoy no pueden hacer. ¿Se entiende por qué hablamos de la profundidad de las medidas? Hay que comprender que los reclamos son diferentes porque las realidades son diferentes”.
Por eso, consideran que es razonable que mientras la mayor parte de la Cámara Argentina de Turismo (CAT), con la Faevyt a la cabeza de la iniciativa, impulse la implementación de medidas sin necesidad de una “emergencia”, la Fehgra (y algo tímidamente también la AHT) insista en esa declaración como herramienta para alcanzar beneficios mucho más importantes que los obtenidos hasta el momento.
Finalmente, vale resaltar que, más allá de estas diferencias, sí existe un punto de acuerdo: hoy no hay discusión respecto a que el plan de incentivo de la demanda del ministro de Turismo y Deportes, Matías Lammens, que hoy avanza en Diputados, será clave para el proceso de recuperación, y todos lo consideran como “un programa innovador”. Y es que esta coincidencia se basa en que sin demanda no habrá reactivación, y, si no hay reactivación, el turismo argentino pronto estará hablando de otros números mucho peores para todo el ecosistema.
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