Ya están abiertos tres de cada cuatro hoteles de Brasil

A la fecha, Brasil registra 3,41 millones de casos positivos de COVID-19 y más de 110.000 muertes, lo que lo consolida como el segundo país más afectado del mundo por la pandemia (sólo detrás de Estados Unidos), y todavía no ha alcanzado su pico máximo de contagios.

Aún así, desde junio avanza aceleradamente en la reapertura de su economía y de su actividad turística doméstica, mientras aguarda la reanudación del tráfico internacional.

En ese contexto, el Foro de Operadores Hoteleros de Brasil (FOHB) realizó la encuesta “Oferta de disponibilidad hotelera”, que arrojó un dato revelador sobre este proceso: tres de cada cuatro hoteles a lo largo del país ya están abiertos.

Aunque el relevamiento (efectuado entre el 10 y el 16 de agosto con 886 hoteles, los cuales representan más de 143.300 habitaciones) abarca 26 estados y a Brasilia, el 80% de las plazas reabiertas se concentra en San Pablo, Recife, Manaos, Vitória, Brasilia y Campinas.

“Fuimos uno de los sectores más impactados por esta pandemia, pero estamos firmes y confiados en que pronto tendremos todo reabierto y en plena marcha, tomando todas las precauciones posibles para la seguridad y salud de huéspedes y empleados”, aseguró el ministro de Turismo, Marcelo Álvaro Antônio.

En tanto, de los hoteles que permanecen cerrados, el 49,1% pretende reabrir entre septiembre y octubre de este año. Salvador de Bahía, Río de Janeiro y Belo Horizonte son las ciudades con mayor porcentaje de establecimientos sin operación; y si se analiza por regiones, el Nordeste y el Norte tienen los índices más altos de unidades cerradas, con un 38% y 22%, respectivamente.

Para garantizar el cumplimiento de estándares de bioseguridad, el Gobierno ofrece la posibilidad de certificar los procesos y alcanzar el sello “Turismo responsable”, que incluye directrices para 15 actividades turísticas diferentes.

Sin embargo, tal como lo contó HOSTELTUR, hasta el momento sólo lo obtuvieron 3.987 alojamientos, sobre los más de 30.000 que indican los números oficiales. Este hecho permite suponer que la mayor parte de las propiedades reabiertas no alcanzaría el nivel de seguridad sanitaria exigido por el Gobierno.