Viajes compartidos en helicóptero son la última moda en Nueva York
Publicada 18/08/14
Las idas y venidas de los ricos y famosos entre Nueva York y las lujosas mansiones veraniegas de los Hamptons son el nicho de mercado que ha encontrado Blade, una aplicación que se ha impuesto en el mercado de la reserva de plazas en helicóptero.
Un teléfono inteligente y algo más de US$ 500 es todo lo que hace falta para tener asiento en uno de los vuelos que en menos de una hora conectan Manhattan con las playas de Long Island, en el este de Estados Unidos.
A bordo de los helicópteros se mezclan habitualmente estrellas del espectáculo y financistas de Wall Street que prefieren pagar para evitar el tráfico y las incomodidades del viaje por carretera.
El viaje se reduce de las tres horas que lleva en horarios pico hasta 45 minutos.
En el helicóptero se ofrece vino, aperitivos y periódicos, y se disfrutan espectaculares vistas de Nueva York y sus alrededores.
Pese a los elevados precios, desde su puesta en marcha en mayo, Blade ha fletado más de 1.000 vuelos y más de 12.000 personas han descargado su aplicación para móviles, según datos facilitados por la empresa al diario New York Post.
"La demanda ha sido abrumadora", explicó al periódico Evan Licht, el director general de la compañía, que ha tenido que trasladar helicópteros desde la cercana Rhode Island para acomodar a sus pasajeros.
La aplicación ofrece tanto la posibilidad de comprar plaza en un vuelo ya previsto, como la de fletar un helicóptero por US$ 2.700 y luego poner a la venta los asientos sobrantes mediante la misma plataforma.
Blade se basa en un modelo similar al de Über -una aplicación que conecta a vehículos con chófer y potenciales pasajeros- y, por tanto, no es dueña de los helicópteros ni emplea directamente a los pilotos, sino que trabaja con una compañía encargada de operar los vuelos.
El software permite a los usuarios reservar de forma rápida y fácil, así como compartir vuelos con otros clientes para reducir los costos.
Además, ofrece garantías como viaje por carretera en un coche de alta gama -un Maserati- en caso de que los helicópteros no puedan volar por el mal tiempo.
Todos sus vuelos despegan de Manhattan desde un helipuerto situado en la calle 34 y viajan a distintos destinos de los Hamptons, la lujosa zona de playa en el sur de Long Island frecuentada por los multimillonarios neoyorquinos durante el verano.
Los vuelos de Blade se han convertido en los últimos meses no sólo en una comodidad más para los adinerados, sino en toda una muestra de estatus social que muchos pasajeros no dudan en compartir con fotografías a través de las redes sociales. EFE
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