Barcelona: coto a tiendas turísticas para reducir la presión de los visitantes
Publicada 25/02/18
España/ El Ayuntamiento de Barcelona ha extendido la prohibición de abrir nuevos locales de ocio nocturno, oficinas de información y taquillas de venta de entradas a nueva áreas de la ciudad de la Sagrada Familia y el Parque Güell y ha creado otras nuevas alrededor del Camp Nou, la Casa Vicens de Gaudí, y en el barrio de Sant Antoni, que se suman a Ciutat Vella. Su objetivo es mantener el equilibrio de los barrios y proteger el comercio tradicional en entornos que sufren la masificación turística y en especial, alrededor de los edificios catalogados como bienes culturales de interés nacional.También Sitges se propone llevar a cabo medidas similares.
Las ciudades más turísticas han comenzado a tomar medidas para preservar su identidad y la vida de los residentes y evitar que el centro de las mismas se convierta en un espacio sólo para viajeros. Hace unos meses Ámsterdam prohibía la apertura de tiendas para turistas en el centro. En concreto, los establecimientos dedicados a la venta de recuerdos, entradas para las atracciones turísticas y para paseos en barco e incluso las de helados, dulces y quesos típico.
También Barcelona dio ese paso hace unos años, pero ahora extiende prohibición a nuevas áreas. El equipo de la alcaldesa de la ciudad, Ada Colau, consiguió aprobar el viernes una iniciativa que modifica el "Plan especial de ordenación de los establecimientos comerciales destinados a la venta de artículos de recuerdo o souvenirs en la ciudad de Barcelona", aprobado en 2008.
Entre otras novedades, prohíbe abrir nuevos locales de ocio nocturno, nuevas oficinas de información y nuevas taquillas de venta de entradas. Además, establece criterios de densidad, según la superficie útil de los establecimientos, para condicionar la apertura de más bares, restaurantes y heladerías y los establecimientos de alquiler de vehículos eléctricos.
El plan distingue entre actividades diurnas y otras con impacto nocturno e impone restricciones a las que generan molestias y pueden afectar a la salud.
Las nuevas actividades deberán cumplir cinco condiciones para implantarse: densidad, anchura de viario, superficie máxima, superficie mínima y vulnerabilidad de los edificios.
Por otro lado, y dada la presión turística que se está empezando a detectar en el caso de Sant Antoni, la Comisión de Gobierno acordó prorrogar la actual suspensión de apertura de tiendas de venta de recuerdos en este ámbito hecha en 2017 e incluirla dentro de las zonas del plan.
Sitges tomará medidas
También el municipio barcelonés de Sitges ha impulsado una modificación del Plan de Usos municipales que contempla "reducir la densidad de bazares y limitar los bares, restaurantes y vinacotecas" para mejorar la convivencia vecinal, según un comunicado del ayuntamiento.
En una audiencia pública, con una asistencia de más de 100 vecinos, la concejala de Promoción Económica, Turismo y Playas, Aurora Carbonell, explicó que, en los últimos años, "Sitges ha experimentado un cierre progresivo de comercios y actividades inocuos y la apertura de otras generadoras de molestias".
"Ante esta situación, el gobierno ha llevado a cabo durante dos años consultas con los vecinos", tras lo cual han detectado una "disminución alarmante de la calidad general de la oferta actual, la gran rotación de negocios y la incidencia negativa de los horarios en la convivencia vecinal", según Carbonell.
Carbonell destacó que quieren "potenciar el eje comercial con servicios que alimenten la experiencia comercial con actividades respetuosas con el residente".
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