Brasil asegura que la formalidad en el país creció un 85% en cuatro años

La Ley General de Turismo de Brasil dispone que todos los prestadores turísticos comprendidos en siete categorías deben estar registrados en el Cadastur, un registro federal que agrupa a empresas y profesionales y les otorga su estatus de formalidad. Pero, además, sirve como garantía de calidad y seguridad para el pasajero al momento de la contratación.

Pero esto, como ocurre en todo el mundo, no sólo no se reflejaba en la realidad, sino que además el avance de las herramientas virtuales potenciaron esa informalidad, por las facilidades para llegar a esa oferta a través de diferentes plataformas online.

Sin embargo, el Gobierno de Brasil sostiene que, a contramano de esta tendencia global, la formalidad creció un 85% en el país durante los últimos cuatro años. Desde luego, partiendo de un número sensiblemente bajo para un país tan extenso.

Los datos del Ministerio de Turismo federal señalan que en 2017 se habían registrado en el Cadastur 64.600 prestadores en todas las categorías, mientras al concluir 2020 ya se alcanzaron los 120.000. Y la pandemia fue clave. ¿Por qué?

(Ver: La pandemia fuerza la formalización del turismo en Brasil y Brasil: más de 20.000 prestadores se formalizaron por la pandemia)

Al respecto, el titular de la cartera, Gilson Machado Neto, afirmó: “Sólo el año pasado, tuvimos 20.000 nuevos registros, lo que demuestra que hay una conciencia de todo el sector turístico para la regularización de los servicios, así como para la adopción de prácticas seguras y responsables que permitan la reanudación de las actividades turísticas en el país”.

En su visión optimista, los empresarios se sumaron al Cadastur porque apuestan por la formalidad y porque anhelaban alcanzar el sello de bioseguridad “Turismo Responsable”, que otorga la cartera. Aunque esa afirmación pueda ser cierta, también lo es que Brasil otorgó en medio de la crisis el mayor paquete de asistencia económica de la historia del país para el sector, por encima de los R$ 5.000 millones (casi US$ 900 millones), y que una de las condiciones para acceder a esas ayudas era estar registrado.

Así lo asevera también el secretario nacional de Desarrollo y Competitividad Turística, William França: “Cuando se registran, ahora tienen varias ventajas y oportunidades de negocio, como el acceso a programas y proyectos del Ministerio de Turismo, que incluyen cursos de calificación; apoyo en ferias y eventos; visibilidad en nuestros canales publicitarios; y, además, acceso a financiamiento a través de bancos oficiales con tipos de interés diferenciados”.

¿Cuáles son los sectores con mayor presencia en este Cadastur, es decir, con registro formal? La mayor parte de las inscripciones corresponde a agencias de viajes, con un total de 33.406 registros, seguidos por los guías turísticos, qye fueron 24.355. Les siguen los alojamientos (16.688), los transportistas turísticos (14.639); los organizadores de eventos (6.774); los campamentos turísticos (316); y los parque temáticos (182).

En lo que se refiere a las dimensiones de las empresas formalizadas, el ministerio señala que la gran mayoría (65,1%) son microempresas, mientras que las pequeñas acaparan el 8,5% del totoal. Además, el 20,2% son guías de turismo.

A lo largo del territorio, los estados con mayor cantidad de prestadores registrados son San Pablo (26.303), Río de Janeiro (19.390) y Minas Gerais (11.158); juntos representan el 47% de los registros realizados en Cadastur a fines de 2020. Pero cuando se traza una comparación de 2020 contra 2019, quienes más crecieron fueron Tocantins (118,5%), Roraima (73,0%) y Goiás (71,8%).

Vale señalar que el Cadastur es voluntario para salas de conciertos, centros de convenciones, rentadoras de vehículos, restaurantes, cafeterías, bares y similares. Pese a que no tienen obligación de anotarse, todas ellas suman 23.260 inscripciones.

Otro dato a tener en cuenta es que en medio de la pandemia el Ministerio de Turismo suspendió las rondas de inspección presencial de Cadastur para identificar la legalidad del desempeño de los proveedores y servicios en el mercado. Por lo tanto, prácticamente no hubo bajas significativas.