Rosario: cómo un destino urbano puede destacarse en la “nueva normalidad”
Adrián Ghiglione, secretario de Deportes y Turismo de la ciudad argentina, detalló las claves de su estrategia de relanzamiento
Publicada 03/04/21Como afirma la canción del mítico Fito Páez, “Rosario siempre estuvo cerca”, y en tiempos en los que se imponen los destinos de cercanía, esta cualidad que muchas veces le dificulta a la ciudad argentina conseguir conectividad aérea, hoy la beneficia con un destacado flujo doméstico de los grandes emisores vecinos. En diálogo con HOSTELTUR, el secretario de Turismo y Deportes de Rosario, Adrián Ghiglione, cuenta cómo hizo este reconocido destino urbano para adaptarse a la “nueva normalidad” aprovechando su propio potencial y las oportunidades que da el actual mercado.
¿Cómo afrontó Rosario el proceso de reapertura en esta “nueva normalidad”?
- El 5 de diciembre se abrió el turismo en la ciudad, y desde toda la Argentina ya podían venir a pasar unos días. Fue realmente una noticia muy buena, porque veníamos trabajando desde marzo de 2020 para ver cómo salíamos adelante lo más rápido posible, cómo era esto del COVID-19 y cómo nos podíamos adaptar a esta “nueva normalidad”. Queríamos que cuando se diera la apertura pudiéramos, primero que nada, brindarnos como un destino seguro; y segundo, ponernos en movimiento lo antes posible. Y Rosario se vio beneficiada, porque en esta lenta reapertura global se instaló fuertemente como tendencia el turismo de cercanías, de burbujas, un turismo que se puede hacer en auto con la familia. La ubicación geográfica de Rosario es estratégica, muy cerca de Buenos Aires, de Córdoba, de Entre Ríos y del resto de nuestra provincia de Santa Fe, muy bien conectada por vía terrestre. Nos pusimos a trabajar junto al sector en implementar y promover estos protocolos para un turismo seguro, y desde ese 5 de diciembre pudimos empezar a disfrutar de todo lo que habíamos preparado. Tuvimos una gran prueba de fuego en el fin de semana largo del Carnaval, en el que por suerte tuvimos una buena ocupación hotelera: estuvimos al 100%, pero sobre el 50% que era el aforo máximo permitido.
¿Hubo un mayor trabajo colaborativo con otros destinos para lograr esos resultados?
- Sí, y estamos muy contentos porque también trabajamos mucho con distintos ministerios y secretarias de provincias y ciudades: firmamos convenios con la Ciudad de Santa Fe, con Córdoba y con Buenos Aires. Es un “ganar-ganar”. Fuimos a buscar turistas por la Argentina y la respuesta siempre fue muy buena, porque las demás ciudades saben que cuando vienen a ofrecer sus destinos a Rosario van a tener una estupenda repercusión, porque tenemos más de un millón de habitantes que, además, viajan mucho. Y venimos trabajando muy bien también con nuestro propio sector privado, que no se quedó en la queja, pese a que tenían sus negocios cerrados, sino que tuvieron una actitud proactiva para brindar un turismo distinto y seguro. Y ahora tenemos por delante un gran desafío, que es la Semana Santa, punto de partida de nuestra temporada alta. Desde ahora y hasta las vacaciones de invierno, inclusive, somos muy visitados.
Si bien es cierto que el turismo de cercanías los favoreció, también lo es que muchos turistas están eludiendo las grandes ciudades. ¿Cómo afrontan este desafío de transformar la oferta del turismo urbano?
- Tenemos dos puntos a favor. El primero es el sistema de salud que tiene la provincia de Santa Fe, pero principalmente Rosario, y que es muy robusto, tanto a nivel público como privado. Eso da una confianza a los visitantes. Y el otro es el río. Estamos a la vera del Paraná, y ahí tenés muchísimas actividades para hacer al aire libre, que son las que se recomiendan ahora, como una salida en kayak, en lancha, en velero, subir al barco Ciudad de Rosario o tomar un taxi náutico y cruzar a las islas para disfrutar de los paradores. O sea, tenés todos los beneficios de una gran ciudad, como los teatros, los paseos de compra, la gastronomía y la vida nocturna; pero también en cinco minutos cruzás el Paraná y estás en medio de la naturaleza. Además, somos la ciudad argentina con mayor cantidad de metros cuadrados de espacio público, y eso es lo que estamos fomentando: las guiadas al aire libre, el río y los espectáculos.
¿Cuánto extraña Rosario a ese pasajero corporativo, especialmente internacional, que garantizaba la ocupación de Rosario durante todo el año, especialmente en las bajas temporadas?
- Es otro gran desafío. Cuando se reabrió el turismo, nos preocupaba mucho este tema. Enero y febrero fueron buenos, y nos preguntábamos qué iba a pasar en marzo. Lo hemos ido trabajando con campañas enfocadas en los fines de semana y contando toda la oferta que mencionaba. Y ya se ha empezado a mover un poco el corporativo. Obviamente, extrañamos al turismo internacional. Cuando empezamos la gestión, junto a Alejandro Grandinetti, que es el secretario de Turismo de la provincia de Santa Fe, fuimos a Madrid y comentábamos con todos la necesidad de tener mayor conectividad aérea, y nos juntamos con gente de Paraguay, de Uruguay, de Brasil, y con las empresas. Hoy esto está bastante lejano, pero el turismo de cercanías nos está enseñando cómo recibir a los turistas y cómo implementar los protocolos, para que cuando baje el nivel de contagios, estemos preparados para el internacional.
En ese sentido, la red de conectividad de Rosario cambió. Hoy no hay vuelos internacionales, pero sí se han fortalecido las rutas con otros destinos del interior, a través de “corredores federales”. ¿Pudieron avanzar en ese aspecto con JetSmart en la reunión que mantuvieron la semana pasada?
- La conectividad con Buenos Aires es mucho más continua. Lo que nosotros buscamos es una conectividad que creemos muy necesaria con Córdoba, ya que somos la segunda y la tercera ciudad del país, sin entrar en la polémica de cuál es una y cuál es otra (risas), y tenemos que tener conectividad aérea. Con JetSmart quedamos en mantener la ruta que tenemos con Neuquén; y ver qué hacemos en la pospandemia con Iguazú.
"Antes del coronavirus nuestro desafío era ser una alternativa a Buenos Aires; que el pasajero tuviera la opción de no entrar por la capital; hacer base acá dos o tres días; y desde aquí hacer conexión a Iguazú, Salta, Bariloche, El Calafate, Ushuaia, Córdoba o Mendoza. Ese objetivo está postergado por la pandemia, pero sigue estando, y por eso siempre estamos en todas las ferias internacionales".
¿Sienten que se ha dejado de lado a Rosario en materia de conectividad por el hecho de que tanto Aerolíneas Argentinas como otras compañías hayan priorizado tener un hub en Córdoba?
- Sí, y ese es el trabajo que nos habíamos propuesto con el secretario de la provincia. Tenemos que recuperar esa conectividad, y creo que también hay una deuda pendiente de nuestra parte, porque Rosario es una ciudad muy emisiva; los vuelos salen llenos de acá, pero también tienen que volver así. Y ese es un trabajo que tenemos que hacer nosotros, para que la ecuación les cierre a las empresas. Además, estar bien conectados no sólo sirve para el turismo. Tenemos otras industrias que necesitan de esos vuelos, porque también nosotros y la provincia somos un importante polo industrial y agroalimentario.
Con fuerte sustento en esas industrias, Rosario se había consolidado como destino de reuniones. ¿Cómo están encarando el retorno de los eventos?
- Los estamos habilitando con una mirada puntual sobre cada evento, los cuales tienen un aforo limitado. Ya estamos abiertos al turismo de reuniones, que siempre fue nuestro fuerte. Y eso nos servía mucho, porque el que venía por ese motivo y conocía Rosario se iba con una imagen positiva y volvía con la familia, la pareja o sus amigos. Estamos trabajando muy cerca del buró de la ciudad, que nos trae las propuestas y las analizamos caso por caso, para garantizarle a la gente que viene que se va a respetar el aforo, que va a estar el distanciamiento, que se va a cuidar la higiene personal, que se va a asegurar la ventilación.
¿Están evaluando y autorizando evento por evento?
- Sí. Recibimos las solicitudes y las vemos en el día. Si cumplen las condiciones de aforo, distanciamiento e higiene, los habilitamos inmediatamente. Antes de esta entrevista, por ejemplo, nos solicitaron permiso para hacer un remate de soja, una clase de evento que antes ni considerábamos. Poner la lupa en esto nos sirve para no retroceder. La gente hoy está exigiendo que se respeten los protocolos, y si ve irregularidades las denuncia. Así que estamos siendo extremadamente cuidadosos. La gran diferencia que yo marcaría en esta “nueva normalidad” es el aforo que, de acuerdo a la ventilación, va del 30% al 50% de la capacidad.
Para comentar, así como para ver ciertos contenidos de Hosteltur, inicia sesión o crea tu cuenta
Inicia sesiónEsta noticia no tiene comentarios.