"Antes del cierre", casi 2 millones de argentinos viajaron en Semana Santa

Mientras la mayor parte de Sudamérica establecía fuertes restricciones e incluso el regreso a cuarentenas estrictas por el avance de la segunda ola y la proliferación de las nuevas cepas, de cara a la Semana Santa, el Gobierno de la Argentina ratificaba que se mantendría la actividad turística doméstica, a pesar de la compleja situación sanitaria que atravesaba y atraviesa el país.

(Ver: Argentina ratifica que tendrá turismo interno en Semana Santa)

Por lo menos en términos económicos, el resultado de esa decisión es positivo, para un país que, según su ministro de Economía, Martín Guzmán, "no resistiría un nuevo cierre total de actividades". Durante los cuatro días del fin de semana extendido, se movieron por el territorio argentino 4,2 millones de pasajeros, entre turistas y excursionistas, quienes permitieron recaudar AR$ 14.066 millones (más de US$ 153 millones).

Así lo afirmó la Cámara Argentina de la Mediana Empresa (CAME), que en su informe sobre este receso religioso aseguró que los turistas fueron 1,9 millones, los cuales se distribuyeron por más de 100 ciudades, con un gasto diario per cápita de AR$ 2.000, en una estadía media de 3 días.

Tal como sucedió durante el verano, el impacto de la crisis se notó en el nivel de consumo de esos viajeros y su preocupación por un eventual riesgo de contagio. De acuerdo a la CAME, estos fueron prudentes en sus gastos, eligieron destinos cercanos, menos populares, viajaron en familia o entre amigos de confianza y cumplieron los protocolos.

En un análisis sobre los factores que favorecieron este resultado, la entidad sostiene que estas Pascuas además de registrarse un “buen tiempo” en lo climático, la fecha cayó sobre principio de mes (lo que favorece la disponibilidad de liquidez en los viajeros); y los empresarios del sector se mantuvieron prudentes y flexibles en los precios.

Pero, además de esto, la cámara empresaria destaca el temor de los argentinos a que se vuelvan a cerrar las ciudades frente a la segunda ola de COVID-19 y a que luego no se pueda viajar por varios meses. “Viajar antes que se corten de nuevo los permisos”, afirman que repetían los viajeros.

En tanto, otro factor clave para esta explosión de turismo interno fueron justamente las restricciones que pesan sobre el turismo internacional. Los argentinos pueden salir del país pero al regresar deben someterse a tres testeos a su costo y, en caso de dar positivo, pagarse también la cuarentena en un espacio a designar por el Gobierno. Pero, además, se espera que en los próximos días se anuncie un recorte en las frecuencias aéreas desde el exterior, lo que dificultaría el regreso. Esto convenció a los pasajeros nacionales a optar por destinos de cabotaje.

En cuanto a los excursionistas, se registraron 2,3 millones, quienes decidieron trasladarse a ciudades cercanas en busca de ocio, recreación, deportes o encuentros familiares, y se estima que gastaron en promedio AR$1.150 cada uno, sumando un total de AR$ 2.666 millones.

En 2020 no hubo turismo durante la Semana Santa, de modo que los últimos datos históricos disponibles son los de 2019, cuando se movilizaron por Argentina 2,1 millones de turistas y 2,6 millones de excursionistas. Por lo tanto, aseveran que los valores de 2021 estuvieron muy cerca de una “recuperación”.