¿Tocaron su techo los viajes de cercanías?
Un estudio en Argentina pone en cifras una tendencia que empieza a verificarse cada vez en más mercados
Publicada 01/06/21 00:56hLos viajes de cercanías han sido y son todavía un sello indiscutible de la llamada “nueva normalidad”, en la medida en que la incertidumbre y las restricciones hacen mella sobre la confianza de los viajeros. Pero a partir de la paulatina reapertura de la conectividad internacional y el avance de la vacunación, parecen haberse renovado los deseos de viajar más lejos. Un estudio en Argentina le pone cifras a este fenómeno.
¿Llegaron a su fin los viajes de cercanías como una de las principales tendencias de viajes de la “nueva normalidad? ¿Tocaron su techo esas pequeñas escapadas que ayudaron a recuperar la confianza y a poner a prueba los protocolos en los momentos más duros e inciertos de la pandemia?
Todo ese deseo contenido por viajar empieza a cobrar alas, y a medida que se recupera la conectividad internacional, se relajan las restricciones y avanza la vacunación en numerosos países, los consumidores no sólo ven más cerca la posibilidad de concretar ese anhelo, sino que además se preguntan “¿qué me impide hacerlo a un destino más lejano?”.
Poco a poco, especialmente en el Hemisferio Norte, las compañías aéreas, los operadores y las agencias de viajes empiezan a ver reflejado este fenómeno en sus reservas, y poco a poco, con el verano por delante, se van recomponiendo las redes intercontinentales.
En Latinoamérica el proceso es más lento, porque la segunda ola de COVID-19 y las nuevas cepas todavía tienen en vilo a toda Sudamérica y a algunos países más. Sin embargo, tanto los consumidores como el sector empiezan a vislumbrar una “luz al final del túnel”. Y eso pone en marcha el deseo de realizar esos viajes que el año pasado quedaron postergados por las restricciones y también por una fuerte caída de las economías.
¿Es posible poner este fenómeno en números o al menos tener una aproximación cuantitativa a él? Sí. Sobre el cierre de la semana pasada la consultora ecónómica Singerman & Makon presentaron la cuarta edición de su “Informe de Consumo y Turismo” en la Argentina, que mide periódicamente las expectativas de consumo en el sector de los viajes, en detalle y de manera segmentada.
Ganas de más
En el trabajo de Singerman & Makon, realizado en abril, se cruzan dos resultados que, según Camilo Makon, CEO de la consultora, parecen tener un mismo origen. Vale la pena verlos en detalle.
El primero de ellos es que, si bien se mantiene el deseo de viajar (un 52% manifestó tener más ganas que antes de la pandemia), los viajes han pasado del primer lugar entre las prioridades de consumo de los argentinos a ubicarse en el cuarto puesto. El segundo, que quienes manifiestan intenciones de hacer un viaje de cercanías (menos de 100 km) conforman una fracción sumamente pequeña respecto al total, en torno al 5%: un 4,5% entre los centennials; un 7,9% entre los millennials; y un 9,7% entre los Baby Boomers, mientras que la Generación X ni siquiera lo evalúa.
Casi un cuarto de los encuestados sostuvo, en cambio, que podría realizar un viaje corto (entre 100 km y 500 km). En el mejor de los casos, el de la Generación X, ese porcentaje llega al 34%. Pero en el resto, si se suman las intenciones de viaje de cercanías y las de viajes cortos, apenas se llega a un tercio de la torta de viajeros (un 32%).
Como puede verse, los dos tercios restantes están pensando ahora mismo en hacer viajes de más de 500 km, y eso incluye los de media distancia nacionales (entre 500 km y 1.000 km), los de larga distancia nacionales (más de 1.000 km) y los viajes al exterior. De hecho, estos últimos han crecido significativamente entre los Baby Boomers (32%), que además de tener tiempo y dinero, probablemente ya estén vacunados, incluso con las dos dosis.
Pero volviendo a la pregunta anterior, ¿cuál es la lógica que une a estos dos fenómenos, el de la caída de los viajes entre las prioridades y el reposicionamiento de los viajes de larga distancia? Según le explicó Makon a HOSTELTUR, “los argentinos ya viajaron durante el verano y mayoritariamente se volcaron por viajes cortos y de cercanías” y, por eso, estima que ahora, de cara a una posible reapertura para el segundo semestre, quieran salir más lejos.
Por ahora, esto está beneficiando claramente a los destinos nacionales (dos tercios del total) y particularmente, de cara a la alta invernal, a los destinos de nieve, con la presencia de Mendoza, Neuquén, Río Negro y Tierra del Fuego entre los preferidos del mercado. Pero también tienen destacados posicionamientos Buenos Aires, Córdoba y Jujuy.
¿Puede este fenómeno argentino explicar también esa tendencia que se viene verificando en otros mercados a lo largo de la región y el mundo? Es posible. De todas maneras, y a modo de conclusión, el especialista aseguró que vislumbra una industria multimodal, en la que convivirán la vieja y la nueva normalidad y en la que todo sucederá de manera simultánea. Así, viajes cortos y largos conformarán parte de una oferta que se irá reordenando con el correr de las temporadas hasta consolidar una especie de “normalidad 3.0”, híbrida, y con nuevas oportunidades.
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