Empresarios argentinos piden no cancelar temporada de invierno

En una entrevista televisiva con el canal A24, el ministro de Turismo y Deportes de la Argentina, Matías Lammens, había afirmado que era difícil que el país, que atraviesa su peor momento en términos sanitarios, pensara hoy en tener temporada de invierno. Y aunque se mostró optimista respecto al ritmo de vacunación, la duda quedó sembrada en el sector.

Vale recordar que el turismo fue paralizado en Argentina el 20 de marzo de 2020 y se mantuvo cerrada la actividad hasta noviembre, en lo que fue una de las cuarentenas más extensas del mundo, por lo que se perdió por completo la alta invernal. Durante la temporada de verano, el doméstico funcionó a pleno, pero los números nacionales no alcanzaron a mitigar el impacto de la crisis. Y, finalmente, la explosión de la segunda ola de COVID-19 a partir de marzo de 2021 terminó de desmoronar las pocas reservas que había para el segundo trimestre.

Como se señalaba, hoy el país se encuentra en el peor momento en cantidad de casos, fallecidos y camas de terapia intensiva ocupadas, y acaba de salir de nueve días de confinamiento estricto, medida que ahora rige sólo para los fines de semana. Y es por eso que el funcionario dejó en claro que suspender la temporada invernal es un escenario posible.

En ese marco, la Cámara Argentina de Turismo (CAT) emitió un comunicado en el que sienta posición al respecto: no tener alta invernal sería devastador para una industria que ya se encuentra en estado crítico.

La entidad informó que, de cara a las vacaciones de invierno (normalmente en julio), “el sector se encuentra trabajando fuertemente para la puesta en marcha del turismo en cada uno de los destinos y centros invernales del país”. Y enfatizó: “El año pasado las vacaciones de invierno se perdieron, razón por la cual las economías regionales no están en condiciones de soportar otra situación similar. El turismo es motor de desarrollo y generador de empleo en cada rincón del país. Es fundamental que la actividad pueda reactivarse en beneficio de todos los argentinos”.

Tal como lo viene relatando HOSTELTUR y lo vienen manifestando las cámaras de la actividad, la crisis del turismo en Argentina es “dramática”. Según la Federación Hotelera Gastronómica de la República Argentina (Fehgra), a la fecha más de 11.800 establecimientos cerraron sus puertas, y si las agencias no se desplomaron en la misma proporción es porque se flexibilizaron las normativas para que se pueda mantener el legajo sin necesidad de que la empresa esté funcionando.

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La CAT también ve un escenario similar, y advierte: “En el marco de esta crisis, la peor en la historia del sector, con miles de hoteles, prestadores de turismo y agencias de viajes que han cerrado sus puertas para no volver a abrir, con congresos y exposiciones prohibidos y con la gastronomía jaqueada en forma permanente, no estamos dispuestos a seguir sufriendo limitaciones a la hora de trabajar”.

Finalmente, y más allá de la realidad del tejido empresarial, la cámara recordó que las propias autoridades sanitarias están considerando que los viajes no son fuente de contagios. “Como lo han confirmado desde el Ministerio de Salud de la Nación, el turismo no incrementa los contagios. Nuestra experiencia en la realización de la temporada de verano y en Semana Santa con estrictos protocolos de seguridad sanitaria no produjo una suba de casos en la interacción entre las empresas de turismo y los viajeros. El turismo es salud. El turismo no contagia”, concluyeron.