La explosión de la demanda en EEUU pone a prueba a las aerolíneas
A la falta de combustible ahora se suman cancelaciones por falta de personal y saturación de los sistemas
Publicada 05/08/21 09:53hTal como se pronosticaba, la famosa “explosión de demanda contenida” se hizo evidente en los EEUU. Aunque es una buena noticia, ya genera enormes inconvenientes a las compañías aéreas que han reducido sus estructuras y su oferta durante la crisis, y ahora tienen serios problemas para estar a la altura de esta reactivación. Spirit, el caso testigo.
La gran noticia para el turismo y la industria aérea de los últimos meses es la fuerte reactivación de los viajes que se está verificando en los EEUU. La amplísima vacunación de su población y la puesta en marcha de su economía está alimentando los sueños de recuperación a nivel doméstico y también de numerosos países de América Latina y el Caribe que hoy tienen a ese país como principal actor de su receptivo.
Es la tan mentada “explosión de demanda contenida” que se viene prometiendo en todo el mundo casi desde el propio inicio de la pandemia y que todavía no tiene en el mundo más casos que este. Y aunque esto recién está en su etapa inicial, ya genera serios inconvenientes para el sector.
Y es que uno de los problemas que los especialistas advertían para el corto y mediano plazo es que la cadena logística de la industria podría no estar a la altura de una demanda de evolución exponencial. Las aerolíneas hicieron fuertes recortes de rutas, frecuencias y, sobre todo, de personal, y no les está resultando sencillo recomponer su oferta al ritmo de la demanda.
Tal como lo contó HOSTELTUR, el primer gran problema que se presentó es un déficit de combustible para los aviones en la Costa Oeste, como consecuencia de la falta de choferes y camiones para trasladar ese insumo clave hasta los aeropuertos.
Esto obligó a American Airlines a pedirles a sus pilotos que accedan a llevar combustible en exceso para transportarlo hasta esas terminales, y en otros casos debió establecer más escalas técnicas de lo previsto. Y Southwest no descartó tomar la misma medida en caso de ser necesario.
Pero no es la única que está sufriendo inconvenientes operativos. El caso más serio es el de Spirit Airlines, la aerolínea con base en Fort Lauderdale y con una importante presencia en Centroamérica y el Caribe, que se encuentra en un fuerte plan de expansión y hasta anunció que establecerá un nuevo hub en Miami.
Hace cuatro días viene cancelando vuelos de manera intempestiva. Inicialmente se estima que había paralizado nada menos que un tercio de su red y se había limitado a explicar a través de su cuenta de Twitter que se debía a “desafíos operativos”.
Pero pasaron los días y Spirit sigue sin hacer pie: el miércoles canceló el 47% de sus vuelos, luego de que el martes debiera dado de baja el 60%. En total, fueron más de 300 las partidas desprogramadas.
En diálogo con la cadena estadounidense CBS News, el portavoz de la aerolínea, Erik Hofmeyer, fue un poco más detallado en las explicaciones, y aseguró que todo se debe a una combinación de fenómenos que incluyen fallos en los sistemas, la meteorología y la mencionada escasez de personal.
En parte, lo del clima es cierto, ya que American Airlines también se vio afectada por ello y tuvo que cancelar cientos de vuelos por las tormentas del pasado fin de semana en Texas, donde la aerolínea tiene su hub (Dallas-Fort Worth). Y aunque los vuelos suspendidos fueron muchos, significaron el 11% de su operación, cifra muy baja frente a las de Spirit.
A través de un comunicado a los pasajeros, la aerolínea pidió disculpas y concluyó: “Contamos con personas que trabajan para ustedes (clientes) las 24 horas del día. Para los miembros de nuestro equipo, estamos brindando ayuda adicional en los aeropuertos cuando es posible y proporcionándoles actualizaciones a medida que la situación evoluciona”.
Las preguntas que quedan abiertas son, por un lado, qué otros efectos se verán como consecuencia de esta “sobredemanda” o “suboferta”, según como se quiera ver de lleno el vaso; y la otra, ¿aprenderán el resto de los mercados de la experiencia estadounidense para no sufrir los mismos problemas?
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