El turismo de Colombia ante el dilema del vaso medio lleno o medio vacío
El sector privado clama por ayudas para sobrevivir, pero el Ejecutivo asegura que hay una reactivación exponencial
Publicada 08/09/21
¿Cuál es el estado actual del proceso de reactivación turística en Colombia a un año y medio del inicio de la pandemia? Según el Gobierno nacional, la recuperación está siendo rápida y los datos son exponenciales tanto en flujo de viajeros como en empleos. Pero los privados exigen aprobar ya mismo en el Congreso la extensión de las ayudas al sector ante una lenta recuperación que impide volver a contratar al personal. ¿Cuál es la realidad entonces? ¿Hay una sola?
Si antes de la pandemia los filósofos hablaban de una realidad líquida, que fluye todo el tiempo y se escapa entre los dedos cada vez que alguien la quiere asir, la pandemia y la pospandemia ofrecen retos todavía más complejos a la hora de analizar nuestro tiempo.
Y, en ese sentido, es verdad que tampoco hizo falta el COVID-19 para que los mismos datos estadísticos pudieran ser analizados de maneras tan diferentes que distintos observadores pudieran arribar a conclusiones diametralmente opuestas, según su punto de observación. Pero también es cierto que la pandemia potenció este fenómeno, ante el desafío de la propia supervivencia.
En lo que se refiere al sector turístico -el más afectado a nivel global durante la crisis-, esta multiplicidad de interpretaciones estadísticas se hizo especialmente evidente en relación al grado de impacto en las empresas y al volumen y la distribución de las ayudas públicas. Para resumirlo: los empresarios pronosticaban el peor de los escenarios para recibir la mayor cantidad de programas de asistencia posibles, mientras que los gobiernos ponían sus peros para evitar o dilatar desembolsos (falta de recursos, minimización del problema, entrega de apoyos que no eran los necesarios, requisitos de difícil cumplimiento, etcétera).
A lo largo de este largo año y medio, el Gobierno de Colombia y el sector privado tuvieron una visión bastante uniforme respecto a lo que pasaba y también acerca de lo que se necesitaba para afrontar la crisis. En algún punto las ayudas se volvían insuficientes y se lanzaba algún otro programa complementario. Y así marchaba la siempre compleja relación público-privada.
Pero en septiembre de 2021 el escenario es otro: la realidad ya no es la del encierro, por lo que se vuelve más amplia y con muchas más aristas para considerar. Básicamente, permite al Ministerio de Comercio, Industria y Turismo (Mincomercio) hablar de una rápida reactivación de la industria y presentar números de crecimiento exponencial.
La titular de la cartera, María Ximena Lombana, informó esta semana que, según datos del DANE, entre marzo y junio los alojamientos del país verificaron un 673%, contra un 2020 que en esos meses tenía ocupaciones inferiores al 2%. Asimismo, señaló que en el primer semestre del año llegaron al país 594.000 visitantes no residentes.
Y en términos de conectividad, subrayó que ya están operando 20 de las 29 aerolíneas que tenían previsto retornar este año a Colombia. “Hoy tenemos 22 aerolíneas que conectan a Colombia con 22 países, a través de 632 frecuencias aéreas semanales, y tienen disponibles en este momento 122.000 sillas por semana”, detalló. Vale aclararlo, a pesar de esos números, los cielos colombianos están todavía al 54% de las marcas de 2019 en cantidad de vuelos y al 58% en asiento.
Y, por último, dio a conocer dos datos adicionales que marcan cuál es la visión del Gobierno sobre el estado actual del sector: por un lado, señaló que se frenó la caída del empleo, ya que los puestos en la hotelería crecieron en junio un 4% con respecto a junio de 2020; y, por el otro, que en el primer semestre los ingresos de las agencias de viajes crecieron un 14,9%, también contra el año pasado.
Desde luego, las declaraciones de Lombana no cayeron bien en el sector privado, que tiene una visión completamente distinta sobre el actual escenario. Pero no porque no fueran ciertas, sino porque consideran que no reflejan la difícil realidad que transita el empresariado.
De acuerdo a la Asociación Colombiana de Agencias de Viajes y Turismo (Anato) durante el segundo trimestre de 2021 las agencias perdieron un 57% respecto al mismo período de 2019, que es el que creen realmente válido para establecer comparaciones.
En tanto, la entidad liderada por Paula Cortés Calle publicó este lunes 6 de septiembre un comunicado en el que, usando los mismo datos que Lombana, sostiene que la cantidad de puestos ocupados en el sector de las agencias cayó un 47% contra 2019.
“La situación ha sido muy complicada para nuestras asociadas. Si bien el Gobierno Nacional ha sido consciente de esto y, entendiendo nuestras necesidades, nos ha brindado ayudas, algunas no han sido suficientes. Requerimos de un espaldarazo adicional porque las agencias de viajes y el turismo en general no pueden enfrentar estos momentos solos”, insistió Cortés Calle respecto al proyecto que espera en el Congreso.
Respecto a la hotelería, es preciso señalar que el hecho de que la caída del empleo se haya frenado se debe indudablemente a una incipiente reactivación de la ocupación, que en julio fue del 45%, promediando un 33% en los primeros siete meses del año. Sin embargo, lejos están estos indicadores del 57,7% registrado en julio de 2019, año récord para el turismo colombiano.
“Si bien el sector turístico y hotelero ha mostrado resultados favorables en los últimos dos meses y en especial en los puentes festivos, aún estamos lejos de lograr equilibrar las finanzas de las empresas del sector”, advirtió hace algunas semanas Patricia Lastra Alarcón, presidenta ejecutiva interina de Cotelco.
Entonces, ¿la recuperación colombiana es rápida como plantea el Gobierno o lenta como lo sienten las empresas? ¿Son acaso dos realidades ciertas y simultáneas? ¿Es posible construir consensos a partir de diagnósticos o posturas tan diferentes? Afortunadamente, en lo que sí parece haber coincidencia es en que se espera que el Congreso apruebe pronto la extensión de la asistencia a la actividad, cuyo horizonte de recuperación se encuentra bien entrado 2022.
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